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General: ESPERANDO EN EL QUERIT
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Néstor Barbarito  (Mensaje original) Enviado: 21/12/2017 15:08

 Anoche (17.12) florecieron seis pimpollos de la Epiphyllum oxypétalum, una cactacea popularmente conocida como “La reina de una noche”. Creo que la planta también había decidido agasajar a mi esposa en el día de su cumpleaños, porque nuestro patio lució por unas horas como un hermoso jardín, exhibiendo las preciosas flores y un aire embalsamado con exquisita fragancia.

 Esta mañana, cerradas ya definitivamente las flores y extinguido el aroma, mientras consideraba la riquísima meditación Querit, del hermano Héctor, el Espíritu tuvo a bien sugerirme releer una reflexión que ha tiempo había trasladado al papel, en la que me refería yo, sin dar su nombre, a estas preciosas flores de una sola noche, y me pareció oportuno amalgamarla con las ideas que Él me aportaba a través de aquella bella meditación del hermano.

Como siempre desde que comencé a escribir mis reflexiones, lo hice para mejor considerar, entender y recordar las sugerencias del Espíritu, y hoy quiero compartir.

El antiguo escrito decía:

Como esa bellísima flor, que se muestra sólo unas pocas horas y embriaga y conmueve, dejando en el corazón un intenso sabor agridulce -con la agrura de la brevedad y la dulzura de su aroma y su belleza-, así son breves y dulces los momentos en que Dios se deja notar en el alma…  Pronto se nos escapan, son inasibles. Se van, desaparecen, pero no sin dejar una estela de esperanza y de nostalgia que en ocasiones perduran para siempre en el corazón, que arde con sólo el recuerdo. Nostalgia de lo vivido y esperanza del retorno: reencuentro.

 Dios se nos muestra a veces dejando su impronta, para recordarnos que está en nuestra barca. ¡Que siempre está!

 Al cabo de los años, cada tanto el recuerdo de aquellas veces -quizás pocas- en que nos hemos sentido cara a cara con Él; de sus “visitas”, tan intensas como breves! surge en la memoria como una chispa que vuelve a encender en el corazón el fuego que lo abrasa de nuevo. Suele aparecer en momentos difíciles, de angustia o desierto. Sino tan intenso, sí tan vivo y elocuente como aquellos. Y renueva la fe y aviva la esperanza. Es lazarillo y Cireneo que nos ayuda a cruzar el páramo.

 Como el sol radiante se refleja entre las ondas -a veces encrespadas- de aguas profundas, así el alma agobiada y desolada, descubre en el recuerdo frágil y fugaz de aquellos instantes luminosos, la imagen de su Dios que se deja entrever, como una sonrisa, entre el pesar y el desconsuelo o la congoja.

 Luego de esta relectura volví a la reflexión  del hermano Héctor y pensé: ¿Será acaso que Dios me quiere ahora aquí, "a orillas del Querit”, sentado, calladito y oculto, describiendo emociones y recuerdos, en vez de luchar las batallas por Cristo que alguna vez imaginé e intenté, hasta que disponga llevarme al Horeb, donde lo encontraré para siempre? Como mis        fuerzas flaquean tanto, y mis años parecen anunciarme un final no muy lejano, me pregunto qué esperará yahvéh  de mí        entre tanto, y la única respuesta que encuentro a mi pregunta, es la de que me debo esforzar en abrir bien grandes los ojos y      los oídos de mi corazón para dejar que perciban el susurro de La Brisa. y el perfume de los campos de Dios. Claro que, si la respuesta fuera ésta, me propongo obedecer como el profeta, callado y dispuesto. Como Jesús mencionaba:                  “Con el lomo ceñido y la lámpara encendida (Lc.12,35)”.

 Y quiero terminar  mi comentario con la oración final que hacía en aquella antigua reflexión:

Quiera Dios mantener atentos nuestros ojos del alma, para descubrir tan eficaces auxilios, y no nos permita decaer en la esperanza a los que alguna vez hemos tenido la dicha de sentirnos  abrazados, y abrasarnos.

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella Enviado: 22/12/2017 19:28
Leyéndote, me acordé del conocido y legendario predicador Billy Graham, que este año cumplió 99 años. Él dijo que "solamente soy un predicador, mirando lo que Dios está haciendo"
Eso nos saca del centro de la escena. No somos nosotros, ni son nuestras fuerzas, ni nuestra edad, ni nuestros recursos. Es Dios mismo obrando a través nuestro. Y si Él decide en su soberanía que sigamos sobre la Tierra, es porque sigue teniendo planes en los que desea involucrarnos. Porque seguimos teniendo mucho para ver. 

Su último mensaje público fue grabado en 2013, cuando tenía 95 años, para la campaña “Mi Esperanza América”. En él, compartía una vez más el mensaje del evangelio:  

Nuestro país tiene una gran necesidad de un despertar espiritual. Ha habido momentos en que he llorado al ir de ciudad en ciudad y he visto hasta qué punto la gente se ha alejado de Dios. Quiero decirle a la gente sobre el significado de la cruz. No la cruz que cuelga de la pared o alrededor del cuello de alguien, sino la verdadera cruz de Cristo... Con todo mi corazón quiero dejarte con la verdad, que él te ama y está dispuesto a perdonarte todos tus pecados. El pecado es una enfermedad del corazón humano (…) No hay otro camino de salvación excepto a través de la cruz de Cristo”. 

Sorprende este varón de Dios hablando en presente, proyectando en el futuro inmediato su deseo de seguir anunciando el mensaje de Cristo, aún desde sus 95. 
Nestor, seguís teniendo mucho para ofrecer. Lo que acabo de leer y estoy respondiendo es una muestra. Seguís en plena lucidez, tu fe está intacta, y doy fe que seguís dando unos fenomenales abrazos que lo llenan a uno del Espíritu Santo que mora en vos. 
¡Adelante!
Habemos muchos (comenzando por tus nietos) que anhelamos conocer tu experiencia con Cristo. 
Como sucedió en el tiempo de la encarnación de nuestro Mesías, Él vuelve a preguntarme y a preguntarte: "¿Quien dices que soy?"... esa pregunta solamente puede responderse desde la propia experiencia, desde el dar testimonio de haber caminado alguna vez hacia Emaús, donde el Resucitado se apareció para hablarnos. 
No estás en Querit, querido amigo. Estás en plena batalla, en plena carrera, y creeme que lo mejor está por venir.
Feliz Navidad para Luisa, para vos y tu hermosa familia.

HÉCTOR



 
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