“No tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere, porque Jehová será tu confianza, y él preservará tu pie de quedar preso” (Proverbios 3:25-26).
Hoy, muchas personas están haciendo preguntas que no tienen una respuesta definitiva. ¿¿La situación económica del país hará que entremos a una depresión pronto? ¿Será que estamos enfrentando la tormenta económica de la que tantos ministros y economistas han estado advirtiendo?
Francamente, ningún ser humano en la tierra tiene las respuestas. Los economistas dan terribles pronósticos controversiales; y los “profetas” envían todo tipo de advertencias confusas y calamitosas.
Hace varios años, cientos de cristianos preocupados en EEUU se alarmaron acerca de una profecía que decía que la mayor parte de Florida en ese país sería inundada por un maremoto. Muchos huyeron de Florida en la fecha prevista para unas “vacaciones”, sólo en caso de que la profecía fuese correcta... pasaron los meses y los años y ¡Florida todavía nos acompaña!
Nadie sabe dónde, cómo ni cuándo enviará Dios, juicio. Los tiempos y las estaciones están todos en sus manos. ¿vivís en una zona de terremotos, tal vez cerca de una falla geológica? O ¿Vivís en un barrio en expansión que parece menos seguro a medida que pasan los días? ¿No tenés alimento almacenado? ¿No tenés barras o monedas de oro para protegerte contra la inflación? ¿No hay nada a qué recurrir si la economía colapsa? ¿Nada con qué vivir si pierdes tu trabajo?
¡No entres en pánico! Tenés todo lo que necesitás si tan sólo creés en la promesa de protección de nuestro Señor. Cuanto más leo las palabras de Jesús, más creo que Él está pidiendo que confiemos en Él como niños, para que nos mantenga a salvo en cualquier situación.
Adaptación de un texto de DAVID WILKERSON