REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 2 DE FEBRERO DE 2018.
“Busca la sabiduría como si fuera plata, como si fuera un tesoro escondido. Entonces aprenderás a respetar al SEÑOR, y sabrás lo que es conocer a Dios.” Proverbios 2:4-5.
La Biblia describe la sabiduría como un tesoro más valioso que el oro, que la plata y las piedras preciosas. Podemos tener mucho conocimiento pero, si no lo aplicamos a la vida diaria, de nada nos sirve. “Afortunado el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia; porque ellas dan más ganancias que la plata y rinden más beneficios que el oro.” Proverbios 3:13.
¿Valoramos la sabiduría? ¿La buscamos diligentemente como si fuera oro? El mayor tesoro de la vida es el conocimiento de Dios. La verdadera sabiduría viene de Él. “Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” Santiago 1:5.
Los beneficios que se reciben cuando buscamos la sabiduría del Altísimo son: Una relación personal con Él y una comprensión de lo que significa temerle. Pero ese temor más que tener miedo, es sentir reverencia y profundo respecto al reconocer la Santidad de nuestro Padre Celestial. El temor de Dios no es una emoción, es una relación de confianza, de adoración, y sometimiento a Él a través de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.
¿Dónde buscar ese tesoro? "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí"Juan 5:39. La verdad se encuentra en la Biblia, la Palabra de Dios. Déjate guiar por ella y caminarás seguro y gozoso.
De nuestro Padre Celestial recibimos la sabiduría. El conocimiento y la ciencia brotan de sus labios. Él Altísimo da sabiduría a la gente que es justa con los demás y protege a los que viven honestamente. Él cuida el camino de los justos y protege la senda de los que le son fieles.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: La verdadera sabiduría procede de ti. Gracias porque pones en mí, un corazón sabio y entendido. Quítame toda necedad y dame discernimiento y entendimiento. Inclina mi oído a la sabiduría y a recibir tu palabra, atesorándola en mi corazón. Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas, en el glorioso nombre de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ