GENEALOGÍA DE JESUCRISTO, SEGÚN MATEO Y EL LIBRO DE LUCAS:
La genealogía de nuestro Señor Jesucristo, se ha hecho confusa para
algunas personas, por no saber desde la óptica de las dos variantes
“Mateo y Lucas”, su sentido real.
Mateo es claro en su afirmación
escritural, de mencionar a Jacob como el progenitor de José, pero a este
no lo señala de procrear a IESUÉ de Nazaret, sino que nació de Miriam
“María” (Mt. 1:16). Lo cual era desconocido por la mayoría del pueblo
judío, que por no saber del embarazo sobrenatural de Maria por el
Espíritu Santo, muchos creían en la paternidad natural de José en cuanto
a IESUÉ. Lucas 3.23 por su parte, trae al entendimiento una adopción de
hijo que José obtuvo de Elí, a causa de la doncella María; y que
después de nacido Cristo, este se hace hijo legal por adopción
encubierta, cuando José lo presenta en el templo como hijo suyo, en
compañía de María (Lc. 2:22-34).
Además Lucas a diferencia de Mateo,
presenta otros antepasados no descendientes de Salomón, sino que
proceden de Natán, hijo del rey David, de la Tribu de Judá; y este a su
vez de Isaí, hasta llegar a Dios, padre verdadero de IESUÉ de Nazaret,
por haberlo engendrado de su Espíritu en el vientre de María (Lc.
3:31-38; Mt. 1:18-25).
Ello aún se revalida y se fortifica, por lo
escrito en la carta de Pablo a los hebreos, en estrecha concordancia al
anuncio profético de David así:
“Mi Hijo eres tú, yo te he
engendrado hoy, Yo seré a él Padre, Y él me será a mí Hijo (Heb. 1:5; y
Slm. 2:7).
Y en fin, Jesucristo al no ser
procreado por José, no es descendiente del rey Salomón. Las razones que
de esto devienen, es porque Salomón con su idolatría en Israel con
dioses abominables y detestables a causa de sus mujeres, Dios le
predestinó la división del reino de Israel, para tener cumplimiento,
cuando estuviera el primero de su descendiente reinando sobre Judá; y
porque terminantemente, Dios arrancó del trono de Judá a la descendencia
de Salomón para siempre, momento en que estaba el rey Jeconías
(Conías), en los siguientes términos:
“Vivo yo dice IEUÉ, que si
Conías hijo de Joacín rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha, aun
de allí te arrancaría. Te entregaré en manos de los que buscan tu vida, y
en manos de aquellos cuya vista temes; si, en mano de Nabucodonosor rey
de Babilonia, y en manos de los caldeos. Te haré llevar cautivo a ti y a
tu madre que te dio a luz, a tierra ajena en que no nacisteis; y allá
moriréis. Y a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver
allá, no volverán. ¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y
quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Porque fueron arrojados él y
su generación, y echados a la tierra que no habían conocido? ¡Tierra,
tierra, tierra! Oye palabra de IEUÉ. Así ha dicho IEUÉ: Escribid lo que
sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada
prosperó sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su
descendencia logrará, sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre
Judá (Jr. 22:24-30).”
Por lo tanto la genealogía de Mateo
1:1-17, queda soslayada por la genealogía de Lucas 3.23-38, en la que
Jesucristo al nacer de María, es descendiente de Natán, otro de los
hijos que además de Salomón, tenía el rey David.