REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 20 DE ABRIL DE 2018.
“Los seres humanos son como la hierba. Toda su gloria es como una flor silvestre. La hierba se seca y la flor se cae, pero la palabra del Señor vivirá para siempre. Esta palabra es la buena noticia que se les anunció a ustedes.” 1 Pedro 1:23-25.
La Escritura utiliza la imagen de la hierba para ilustrar la mortalidad y la corruptibilidad del hombre, quién fue formado por Dios del polvo de la tierra “Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7.
De igual manera dice la Escritura, refiriéndose a que nuestras vidas son cortas y a que nosotros volveremos al polvo en el momento ordenado por Dios. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” Génesis 3:19.
El hombre es mortal, hecho del polvo y retornará al polvo. ¿Dónde quedan entonces la hermosura, la Jactancia, la vanagloria y la fuerza de la vida humana? “Todos van a un mismo lugar. Todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo.” Eclesiastés 3:20.
CRISTO, el Hijo de Dios, se hizo hombre para redimir con su sangre a la humanidad. También como la hierba fue arrebatado de la tierra. El murió, pero Dios le levantó de entre los muertos, CRISTO resucitó y su carne no conoció corrupción. JESUCRISTO vive por siempre y para siempre, Él es el buen pastor que dio su vida por las ovejas, Él es el Soberano y el Eterno; Él vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: “ ¡Cuan glorioso es tu nombre en toda la tierra! Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria y el hijo del hombre para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles y le coronaste de gloria y de honra. Soy especial tesoro en tus manos y tus misericordias extiendes, cada día, sobre mí y sobre todos los que me rodean. Eres mi refugio y escudo de edad en edad. Tal como lo haces con las buenas hierbas, así también, tu mano divina, riega mi vida y la colmas de bendiciones. Eres el dueño de mis días, cada mañana me sacias de tu amor y de tu gozo, tú mano poderosa me sostiene, me ayuda y me guarda, en el glorioso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
ARBEY SERNA ORTIZ