Más adelante en el mismo capítulo (verso 8), Pablo dice: “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda”. Esa es la señal de una iglesia cristiana.
El libro de Apocalipsis dice que cuando los veinticuatro ancianos se postren a los pies de Jesucristo, cada uno tendrá una copa de oro, y ¿Sabes lo que contienen las copas? Incienso. ¿Qué es este incienso que es tan fragante para Cristo? “Las oraciones de los santos” (Apocalipsis 5:8).
Imagínate...tu y yo nos arrodillamos o nos ponemos de pie o nos sentamos para orar, abriendo plenamente nuestros corazones a Dios, y lo que decimos es tan precioso para Él que lo guarda cómo un tesoro.
¿Sabes de alguna iglesia en la comunidad donde vives, que diga que porque la oración es tan grande y algo tan central a la definición de Jesús de la iglesia, que seleccione una noche prominente de la semana para concentrarse en la oración, contando con la presencia de todos los líderes?
En cuanto a mí, he decidido que la reunión de oración de los martes es tan crucial que nunca estaré de viaje por dos martes seguidos. Si eso significa que no puedo aceptar ciertas invitaciones para predicar, que así sea. ¿Por qué habría de preferir estar en cualquier otro lugar?
La Biblia contiene todas estas promesas:
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.”(Mateo 7:7)
“Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13)
“No tenéis lo que deseáis, porque no pedís.”(Santiago 4:2)
Acaso no es tiempo de decir: “¡Alto! Vamos a orar, porque Dios dijo que cuando oremos, Él intervendrá.”
Jim Cymbala