REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 15 DE JUNIO DE 2018.
“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”Salmo 42:5.
Dicen los entendidos acerca de estos temas que el miedo, la ira, el odio, la alegría, la confusión y la tristeza, etc., son emociones básicas del ser humano.
¿Quién en algún instante de su vida no se ha sentido triste, abatido, derrotado y abandonado, cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas ó cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres? El Rey David habla consigo mismo y le pregunta a su alma acerca de esa tristeza que lo invade: “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí?” Salmo 42:5ª.
A pesar de su quebranto, sabía con certeza que la única fuente de su confianza era el Dios Altísimo y a renglón seguido le ordena a su alma: “Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” Salmo 42:5b. Cuando estás sumergido en el dolor, cuando aún tu familia y amigos te abandonan, cuando parece que no hay ninguna salida posible a tu dificultad y te abaten las tinieblas, ¿A dónde acudes? Dice la Escritura: “Él protege a quienes buscan su ayuda y protección.” 2 Samuel 22:31b.
En esos oscuros instantes, cuando parece que no hay salida a tus problemas, Dios puede proporcionarla. ¿Te hayas en medio de un desafío? El Padre Celestial puede ayudarte, aun usando fuentes increíblemente inesperadas. En tiempos así en los cuales nos sentimos impotentes y sin fuerzas, solamente Dios es necesario, solo Él puede quitar nuestra aflicción y darnos fuerzas.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial: Gracias porque me muestras tu fiel amor todos los días. Gracias por enseñarme a aprender y a depender de tu Soberanía, de tu suficiencia y de tu misericordia. Gracias Dios mío por el cuidado que siempre me das, gracias por tomarme de la mano y cubrirme con tus alas, por amor de tu nombre. Solo tú sanas los quebrantos de mi corazón y vendas mis heridas; abres camino en el desierto y ríos en la soledad. En tu presencia hay plenitud de gozo, en el glorioso y poderoso nombre de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ