REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 17 DE AGOSTO DE 2018.
“Y Él (Jesús) estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y despertándole, le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?” Marcos 4:38.
Todos queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas. Todo bien, todo bien como dice un famoso jugador de futbol colombiano, que aun cuando las cosas no le salen tan bien como él esperaba, siempre ve, en medio de esos obstáculos que se le presentan, una oportunidad para mejorar.
Cuando viajamos por el mar de la vida, puede que vientos fuertes y aterradores amenacen con abrumarnos, tal como les sucedió a los discípulos que iban en la barca con JESÚS. Pueden ser las enfermedades, las pérdidas económicas, relaciones conyugales rotas, la desaparición de seres queridos y los diferentes peligros que, a diario, nos acechan, los que nos golpeen sin ninguna misericordia.
A pesar de que JESÚS dormía plácidamente y sin ninguna preocupación, los discípulos lo despertaron aterrorizados y aún a modo de reproche, le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que nos vayamos a ahogar?” Marcos 4:38b.
En nuestra ansiedad, cuando vienen las tormentas de la vida, cuantas veces le hemos clamado al SEÑOR JESUCRISTO, aparentemente indiferente a nuestras dificultades, con palabras como: ¿SEÑOR no te importan mis problemas? ¿Acaso no tienes cuidado de mí?
EL SEÑOR JESÚS que tiene absoluto control de todas nuestras circunstancias, con bondad y amor nos reprende para que depositemos nuestra confianza en El. Nos apremia a que confiemos en su soberanía, en su poder y en su sabiduría. Prefiero pasar cualquier tormenta con CRISTO dirigiendo mi barca, que navegar en aguas tranquilas sin la presencia de Él.
¿En qué clase de aguas navegas hoy? ¿Qué circunstancias te afligen? Suelta el timón y permítele al Rey de reyes y SEÑOR de señores, dirigir tu vida. Él tiene la autoridad y el poder para encaminarte a aguas tranquilas.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: “Te deleitas en todos los que en ti confían, fortaleces mi corazón y me alientas con nuevas fuerzas cada día. En toda circunstancia de mi vida, eres mi amparo y mi fortaleza. Ni viento ni ola temeré, porque tu Señor me bendices, como con un escudo me rodeas de tu favor y tu misericordia. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón, porque solo en ti puedo vivir confiado y seguro de que es tu preciosa mano, la que me sostiene y me guarda en todas mis tempestades, en el poderoso y glorioso nombre de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
FELIZ FIN DE SEMANA-
Arbey Serna Ortiz