La fe es el puente que existe entre lo natural y lo sobrenatural.
El Dios todopoderoso es su Padre. El Rey de reyes y Señor de señores es su Hermano de sangre. Usted es coheredero junto con Jesús. Todo lo que Él tiene y todas las victorias que ha ganado, también le pertenecen a usted. Lo ha redimido de la maldición y le ha dado LA BENDICIÓN. ¡A través de Él, usted está conectado a todo lo que necesita para disfrutar del éxito, la satisfacción y la abundancia, en cualquier área de la vida! Algunas veces como creyentes, olvidamos lo maravilloso que es disfrutar de todos esos beneficios. Olvidamos cómo era la vida antes que tuviéramos esa conexión. No me avergüenza decir que para Kenneth y para mí, nuestra vida era un desastre. Ninguno de los dos había nacido de nuevo cuando nos casamos, así que de inmediato comenzamos a cometer errores. La mayoría de ellos fueron errores financieros, y de forma rápida nos encontrábamos involucrados en una situación desesperante. No teníamos nada de dinero, vivíamos en una casa rentada sin muebles, sin refrigerador y sin estufa. Y vivíamos endeudados. Kenneth obtuvo un nuevo empleo y esperábamos comprar lo que nos hacía falta con el dinero que iba a ganar. Sin embargo, no fue mucho lo que ganó. Por meses, todo lo que tuvimos fue un catre que rentábamos, una caja de cartón que estaba en el garaje, la cual usábamos para mantener los alimentos frescos (gracias a Dios, era otoño); y una pequeña mesa que Kenneth había hecho en su clase de taller, cuando estaba en la secundaria.
No tenía la más mínima idea de cómo íbamos a salir de esa situación, pues todo se veía sin esperanza. Pero un día, mientras andaba alrededor de la casa buscando algo qué hacer, encontré la Biblia que la madre de Kenneth le había regalado para su cumpleaños. Al abrirla leí lo que había escrito en frente: Precioso Kenneth:
«Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33). «Nunca antes había leído ese versículo, pero pensé que eran muy buenas noticias. ¡Necesitaba muchas cosas! Dispuesta a encontrar más, busqué en la Biblia Mateo 6, y empecé a leerlo. Cuando llegué al versículo en donde manifiesta que Dios cuida de las aves al punto que las alimenta, recibí una revelación».
Si Dios cuida de las aves, ¡Él cuida de mí! Ese pequeño rayo de luz espiritual, fue suficiente para convencerme de entregarle mi corazón a Jesús. Entonces oré y le pedí: "Señor, toma mi vida y haz algo con ella". Y con esa oración tan sencilla, fue como nací de nuevo aunque no sabía nada acerca del nuevo nacimiento, ni entendía lo que había hecho.
La fe abre la puerta
Poco tiempo después, Kenneth también nació de nuevo. Las cosas empezaron a cambiar de inmediato, iniciamos a aprender lo que la Biblia enseña, fuimos bautizados en el Espíritu Santo y comenzamos a seguir Sus instrucciones.
Kenneth se dio cuenta que había sido llamado para predicar. ¡Incluso nos mudamos a un apartamento amueblado! Sin embargo, ya que todavía no conocíamos nada acerca de la fe, no teníamos ni idea de cómo salir del agujero financiero donde nos encontrábamos. Así que las cuentas por pagar se seguían acumulando.
Luego, Dios le habló a Kenneth para que se inscribiera en Oral Roberts University.
Aunque Kenneth quería obedecerle al Señor, no comprendía cómo funcionarían las cosas. Tenía 30 años de edad, una familia que sostener, un monto asombroso de deudas, y nada de dinero en el banco. ¿Cómo lograría mudarse a Tulsa y convertirse en un estudiante? Kenneth me dijo: "¡Gloria, si hacemos eso, moriremos de hambre!".
Y yo le contesté: "¡Ya estamos pasando hambre, es mejor que pasemos hambre bajo la voluntad de Dios, que fuera de ella!" (Eso fue brillante, ¿no cree?).
Talvez las palabras que dije en ese momento fueron las más acertadas, pero no me di cuenta de lo siguiente: No moriríamos de hambre si ejercíamos nuestra fe y le obedecíamos a Dios, pues la fe es el medio que nos conecta con Sus bendiciones. La fe es el puente que existe entre lo natural y lo sobre natural.
La fe la cual simplemente trata de reconocer lo que Dios ordena, estar de acuerdo con ello y poner por obra lo que Él nos pide que realicemos le abre la puerta a Dios y le da la bienvenida a nuestra vida.
En el Antiguo Testamento, Dios les explicó este tema a los israelitas de la siguiente forma: «Si obedeces al SEÑOR tu Dios en todo y cumples cuidadosamente sus mandatos que te entrego hoy
recibirás las
bendiciones»
(Deuteronomio 28:1-2, NTV).
¿Por qué desea Dios que le obedezcamos? ¿Será porque Él es una persona difícil de sobrellevar, y siempre desea hacer todo a Su manera?
No, ésa es la manera en que Él obra. Es la forma que utiliza para conectarnos con la vida y la bendición, mientras que la desobediencia nos conecta con la muerte y la maldición. Sin embargo, aun así, Él nunca nos forzará a llevar a cabo lo que Él nos ordena. Dios nos permite tomar la decisión. Nos dice lo mismo que les expresó a los israelitas: «Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!» (Deuteronomio 30:19, NTV).Quizá yo no sea la persona más lista sobre la tierra, pero la biblia nos enseña desde Génesis hasta Apocalipsis que el plan de Dios es, y ha sido, bendecir a Su pueblo de todas las formas posibles. Por esa razón, en el Huerto del Edén, Dios proveyó a Adán y Eva todo lo bueno y nada malo. Tenían bastante comida, un clima perfecto y oro en abundancia. ¡Ellos eran BENDECIDOS! Por supuesto, echaron a perder rápidamente todo lo bueno que se les había otorgado. Al desconectarse de LA BENDICIÓN por medio de la desobediencia, trajeron la maldición a todo ser humano. Pero Dios se rehusó a dejar...
Por Gloria Copeland