La tarea del predicador o de la predicadora no termina cuando una persona renuncia a la vida de pecado y acepta la gracia de Dios. Después de aceptar el mensaje del evangelio, cada creyente debe entrar en un proceso de crecimiento en la fe. Esto quiere decir que, en unión a su carácter evangelizador, la predicación cristiana tiene una tarea educativa que cumplir. La predicación es una de las herramientas que la iglesia cristiana usa para educar teológicamente a las personas que han creído en Jesucristo. La predicación nos ayuda a conocer a Dios, a conocer los atributos de Dios, a comprender cómo se relaciona Dios con la humanidad, a evitar las cosas que son desagradables a Dios y a actuar como creyentes responsables en el mundo. En términos teológicos, podemos decir que el crecimiento en la fe nos lleva a entrar en un proceso de santificación y consagración a Dios. Del mismo modo, la iglesia cristiana usa lá predicación como una herramienta para ofrecer cuidado y apoyo a las personas que pasan por momentos de crisis. La predicación tiene, pues, un carácter pastoral. Los pastores y las pastoras, entonces, predican sermones en momentos claves de la vida de sus feligreses, ya sea en la alegría de una boda o en el dolor de un funeral.
Pablo Jimenez-Principios de la predicación- página 16