En nuestro deseo de obtener el favor de Dios, nunca debemos olvidar que Satanás está constantemente buscando robarnos. De hecho, el enemigo de nuestra alma ataca más ferozmente cuando estamos enfrentando pruebas. Pero la Biblia nos dice de muchas maneras que Dios restaura lo que Satanás roba, y no sólo eso, sino que lo multiplica.
En los tiempos del Antiguo Testamento, si un ladrón era sorprendido robando algo, tenía que devolver siete veces más. Esa es una figura de la justicia de Dios. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, Dios promete hacer aún más. En diversos pasajes, él dice que restaurará treinta veces o incluso cien veces más lo que nos fue quitado. Eso va más allá de la justicia; eso remarca su abundante gracia.
En nuestras pruebas más profundas, cuando todo está cambiando de mal en peor, es difícil imaginar que algo maravilloso vuelva a suceder. Existe tal disparidad entre lo que sabemos de nuestro Dios amoroso y las circunstancias tan reales que enfrentamos. Pero el problema es que no podemos ver a Dios obrando. Y, sin embargo, la Biblia nos dice que nuestras mentes no pueden comprender lo que Dios ha preparado para nosotros. “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9).
Muchos cristianos se preguntan si Dios alguna vez contestará sus oraciones: para reparar un matrimonio sin vida, para traer de vuelta a un hijo pródigo, para rescatar a un hermano adicto, para salvar a un padre perdido. De hecho, a veces después de orar, las cosas parecen empeorar en lugar de mejorar. Se dicen a sí mismos: “En una época Jesús hacía milagros en mi vida, pero ahora parece estar ausente. ¿Por qué debería seguir creyendo que vendrá una respuesta?”
Quiero decirle a cada cristiano que está luchando: “¡Resiste! El Señor no está inactivo durante tus pruebas. De hecho, está almacenando grandes bendiciones para ti”. Debido a que eres su hijo, su favor no se aparta de ti, incluso durante tu dolor y tus problemas.
GARY WILKERSON