“Fuente de vida es la boca del justo,
Pero la boca de los impíos encubre violencia.
Los labios del justo apacientan a muchos,
Pero los necios mueren por falta de entendimiento”, Proverbios 10:11, 21.
En una reunión de junta directiva en la que participé hace algún tiempo, el presidente preguntó a los miembros de la junta qué habíamos estado leyendo. Uno de los hermanos estaba leyendo Puritanos escoceses: Biografías selectas (Scottish Puritans: Select Biographies. Compartió con nosotros las 12 reglas del puritano James Fraser sobre cómo poner orden a nuestras conversaciones.
En la providencia de Dios, yo estaba predicando Proverbios. Y ese próximo domingo predicaría un sermón titulado: “Domando la lengua”. El consejo del libro de Fraser fue muy útil, y lo usé para aplicar el sermón a nosotros mismos.
Lamentablemente, vivimos en una cultura —y estoy hablando de la cultura cristiana— en la que debemos recordarnos a nosotros mismos de un consejo así, que nos exponga, que traiga convicción a la conciencia, y que nos dé sabiduría.
Entonces, permíteme alentarte de esta manera: antes de publicar algo en las redes sociales, antes de enviar un correo electrónico, antes de responder a otro hermano o hermana, revisemos estas 12 reglas y decidamos hablar palabras que den vida. He actualizado el idioma y he añadido proverbios aplicables.
Puedes encontrar estas 12 reglas en las Memorias del reverendo James Fraser de Brea, Escocia, 1798.
1ª regla: No hables nada pecaminoso.
Esto incluye mentir, maldecir, regañar, murmurar, chismear, difamar, cualquier cosa que deshonre a Dios o al prójimo.
Proverbios 13:3: “El que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina”.
2a regla: No digas palabras ociosas.
¿Será provechoso lo que hablo, o es vano y vacío?
Proverbios 25:11: “Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo”.
3ª regla: No hables mucho.
Proverbios 10:19: “En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, pero el que refrena sus labios es prudente”.
Proverbios 17:27-28: “El que retiene sus palabras tiene conocimiento, y el de espíritu sereno es hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio, cuando cierra los labios, por prudente”.
4ª regla: Habla con seriedad, ya sea en forma o en tema.
No seas ruidoso y desagradable.
Proverbios 27:14: “Al que muy de mañana bendice a su amigo en alta voz, le será contado como una maldición”.
5ª regla: No hables precipitadamente ni apresuradamente.
Proverbios 29:20: “¿Ves a un hombre precipitado en sus palabras? Más esperanza hay para el necio que para él”.
6ª regla: Habla con gravedad, en serio.
Proverbios 26:18-19 “Como el enloquecido que lanza teas encendidas, flechas y muerte, así es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: ‘¿Acaso no estaba yo bromeando?’”.
7ª regla: Habla con fe.
¿Sabes y crees lo que estás diciendo?
Proverbios 12:22: “Los labios mentirosos son detestables para el Señor, pero las personas fieles son su deleite”.
8ª regla: Habla con oración.
¿Has orado acerca de lo que vas a decir?
Proverbios 15:29: “El Señor está lejos de los impíos, pero Él escucha la oración de los justos”.
9ª regla: Habla a tiempo y con propósito.
Proverbios 15:23: “El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!”.
10ª regla: Habla con temor.
Pon freno a tu boca.
Proverbios 8:13: “El temor del SEÑOR es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco”.
11ª regla: No permitas que las faltas de otros sean el tema de tu conversación, incluso si es cierto.
Proverbios 16:24: “Las palabras agradables son un panal de miel: dulce al paladar y salud para el cuerpo”.
12ª regla: No hables de ti mismo o de tu valor.
Proverbios 16:18: “El orgullo viene antes de la destrucción, y el espíritu arrogante antes de la caída”.