REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 23 DE NOVIEMBRE DE 2018.
“Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9.
Se ha vuelto un problema, en especial en las grandes ciudades, que los amigos de lo ajeno se roban las tapas de hierro de las alcantarillas, para vender el metal como chatarra. Las consecuencias de estos actos ponen en peligro la vida de innumerables peatones, ciclistas y vehículos automotores que caen dentro de las cloacas.
Cuando se destapa una alcantarilla, le corresponde a las administraciones gubernamentales invertir de su, muchas veces escaso presupuesto, para reponer dichas tapas por que el olor nauseabundo de las aguas negras que emanan de las alcantarillas, se hace insoportable.
¿Qué ocurre cuando se destapa la mente del hombre? ¿Qué sale a la luz cuando se descartan restricciones de decencia y moralidad? Abrimos el periódico, escuchamos las noticias radiales, vemos la televisión y con que nos encontramos? Hombres y mujeres de prestigio nacional que han vendido su dignidad y conciencia. Lo resumirían las abuelas con sus sabios dichos:-Han perdido el temor de Dios.-
Cuando se destapa la mente del hombre, se expone todo lo que hay en su corazón. Y si ese corazón no ha sido purificado, lo que sale es putrefacción e inmundicia. En algunos, es como abrir una cloaca y poner al descubierto lascivia, engaño, falsedad y violencia.
Dice la Escritura: “Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9. Todo aquel que lo desee, puede ser purificado. Hay limpieza total, efectiva y gratuita al alcance de los que, con corazón sincero y arrepentido, se acercan a JESÚS. Es la sangre de JESUCRISTO que continúa purificándonos de todo pecado.
Cuando creemos en JESUCRISTO y nos sometemos a su Señorío, Él limpia por completo nuestro corazón. ¿Podrá existir en el mundo un placer tan exquisito que sentirnos limpios por dentro? Ese honor, inmerecido, nos lo da nuestro SEÑOR JESUCRISTO, cuando rendimos nuestra vida a Él.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial:” “Examíname, oh Dios, cada día, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Muéstrame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame, con tu Santo Espíritu, por el camino de la vida eterna. Que mis pensamientos y mis sentimientos estén rendidos a ti. Hoy, te confieso mi amado JESÚS, como mi SEÑOR y mi único y suficiente SALVADOR, creyendo en mi corazón que DIOS le levantó de entre los muertos. Recibe DIOS PADRE, DIOS HIJO y DIOS ESPIRITÚ SANTO, toda la honra, la gloria y la alabanza, en el precioso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO, el que murió y resucito y vive y reina, por los siglos de los siglos.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ