REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 30 DE NOVIEMBRE DE 2018.
“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre nos da consuelo.” 2 Corintios 1:3.
¿Cuál es tu actitud cuando estás al lado de alguien que pasa por momentos de angustia ó desesperación? Cuando estamos con personas que pasan por momentos difíciles, muchas veces caemos en el error de llenar con palabras y más palabras al afligido. Hablamos y hablamos como loros, tenemos el temor de que si no decimos nada, las vamos a defraudar.
Algunos van al extremo de evitar cualquier contacto con el que sufre, por temor a no saber qué decir. Otros, en cambio, van aún más lejos, porque cuando los problemas invaden nuestras vidas ó las vidas de los demás, de inmediato concluyen que eso les sucede porque algo malo hicieron.
Alguien que se encuentre en tremendas dificultades y se le acerquen personas de este tipo, podría decir con toda seguridad que: -Con amigos así, para que enemigos.- En cambio, contamos con un Excelentísimo Amigo que si entiende nuestro dolor y nos consuela para que podamos consolar a otros: “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre nos da consuelo.” 2 Corintios 1:3.
Dios usa nuestras adversidades para prepararnos y para que podamos ayudar a otros. Qué bueno es encontrar en momentos tristes y desafortunados a personas sabias que se sientan a nuestro lado, no hacen preguntas, no juzgan lo que no saben, no insinúan respuestas, simplemente están ahí brindando compañía. ¿Eres tú esa persona sabia? Un silencio elocuente vale más que mil palabras.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: ”Aunque esté afligido ó necesitado, Tú piensas en mí, mi ayuda y mi libertador eres Tú. Me consuelas en todos mis sufrimientos, para que también yo pueda consolar a quienes sufren, dándoles el mismo consuelo que he recibido de Ti. Hazme sabio para hablar cuando debo hacerlo y para callar en el momento oportuno. Que no me erija en juez de los demás, ni levante mi dedo acusador contra nadie. Tu presencia me fortalece, me ayuda y me anima. Misericordioso Dios, te exalto y te glorifico, en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ