Puedo mirarme en muchos espejos, buscar mi reflejo en todos y cada uno de ellos. Puedo encontrar mi sombra junto a la de otros proyectándose alargada en el suelo.
Mas mi identidad quiero encontrarla en ti.
En tus manos clavadas, en tu frente desgarrada, en tu costado traspasado, en tu cuerpo zaherido y maltratado.
Ésas han de ser mis credenciales.
La vida que quiero vivir debe estar teñida de tu victoria en el Calvario. ¡Oh Señor! Hazme volver a ser la que fui. Quiero encontrarme en ese primer amor. Que una ráfaga de aire me envuelva y despeine lo que los años han rociado de letargo, un estado estático que atropella mi razón y confluye en un estallido de emociones contradictorias.
Necesito mirarme en ti deseando que tu luz sea el reflejo que yo emita.
Encontrarme en tus palabras y sentir que formo parte de tus frases.
Necesito esperar en silencio y ver lo que me has de mostrar. Ando tan apresuradamente que olvido cual es mi cometido, la finalidad de mi carrera. Cuando pienso en todo lo que me has dado, en tus favores y misericordia, evoco con tristeza el desgaste de mi pasión , la pereza que apesadumbrada se coloca en un lugar inadecuado y lo tiñe todo de desanimo.
¡Oh Señor! Enséñame a irradiar tu luz, portando el destello preciso para iluminar a otros. Alecciona mi vida puliendo mi corazón .
Sé que algún día me mostrarás un nuevo sendero atenuado de albor.
Un atardecer donde los sueños y las promesas jueguen a cumplirse .
Entonces recordaré la tristeza como aguas que pasaron y con alegría escribiré un poema que me ayude a expresar el amor que por ti siento y que a veces , permanece oculto entre la ociosidad y el descuido.