REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 15 DE FEBRERO DE 2019.
“En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre, porque tú, oh SEÑOR, no abandonas a los que te buscan.” Salmo 9:10.
¿En quién debes poner tu confianza? Dice la Escritura: “Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en la gente. Es mejor refugiarse en el SEÑOR que confiar en los poderosos.” Salmo 118:8-9. No hay nada ni nadie más seguro en quien podamos refugiarnos y depositar toda nuestra confianza. Nuestro Padre Celestial siempre y, por siempre, es fiel. En sus brazos estaremos seguros. En Él no hay reproches, en Él hayamos perdón, consuelo y paz.
No es que no podamos confiar en las personas, DIOS es poderoso para usar muchas, pero muchas personas para ayudarnos y bendecirnos, como instrumentos preciosos en sus manos y eso es innegable. Lo que sucede es que no podremos encontrar en este mundo, un lugar más seguro y confiable para levantarnos de nuestras necesidades y temores que en el Dios Altísimo. A un corazón sincero y arrepentido EL SEÑOR no le dice NO. “Busqué al SEÑOR, y El me respondió, y me libró de todos mis temores. Los que a Él miraron, fueron iluminados; sus rostros jamás serán avergonzados” Salmo 34:4-5.
¿Cómo están hoy tus asuntos? ¿No están saliendo las cosas como quisieras? Hay un lugar espectacular al cual acudir en busca de reposo y, como pregonan los muchachos, “Es gratis” Es pues el momento de hacer un alto en tu camino, asegúrate de estar haciendo lo correcto, conectado con lo que le agrada a Dios. “En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre, porque tú, oh SEÑOR, no abandonas a los que te buscan.” Salmo 9:10. Cuando gobernamos nuestros asuntos, guiados por el Altísimo, las adversidades se convierten en bendiciones.
El SEÑOR siempre tendrá cosas mucho mejores para darnos. Replantea lo que has hecho. En oración, ponlo todo en las manos del Padre Celestial y podrás contemplar los resultados. Él sí sabe que es lo mejor para cada uno de nosotros. “Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. “Efesios 3:20-21.
ARBEY SERNA ORTIZ