REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 8 DE MARZO DE 2019.
“Recuerden las cosas que hice en el pasado. ¡Pues solo yo soy Dios! Yo soy Dios, y no hay otro como yo.” Isaías 46:9.
El Dios Altísimo nos anima a recordar las cosas que Él ha hecho en el pasado a nuestro favor y que nadie, si no Él con su poder y en su infinita misericordia, lo pudo hacer. Cuando afrontamos momentos difíciles, nos anima recordar las cosas buenas que, en otras ocasiones, nos han sucedido. Debemos recordar las victorias del pasado y las bendiciones que Dios nos ha concedido.
Por eso, cuando recordamos la bondad de Dios, todo pensamiento necio se desvanece de inmediato. Cuando recapacitamos continuamente sobre la gracia de Dios, nuestra vida se hace más feliz y nos sentimos más seguros. Él siempre tiene el control, Dios es el que guía nuestras vidas.
No debemos olvidarnos de ninguno de estos sucesos. Dios siempre ha estado ahí, obrando en nuestra vida y, en especial, en los momentos más críticos. Su divina mano es la que nos sostiene, nos guarda y nos guía. “Yo iré delante de ti y allanaré las montañas. Romperé las puertas de bronce y cortaré las rejas de hierro. Te daré riquezas depositadas en lo oculto y tesoros escondidos en sitios secretos. Así sabrás que yo soy el SEÑOR, el Dios de Israel, quien te llama por tu nombre.” Isaías 45:2-3.
¿En qué situación te encuentras hoy? Has memoria de lo que Dios ha hecho contigo y con los tuyos, eso te animará y te ayudará a reconocerlo en todos tus caminos. Eso llenará tu corazón de agradecimiento y de adoración. “Alabad al SEÑOR, porque ÉL es bueno; Porque para siempre es su misericordia.” Salmo 106:1.
¿Te sucedió algo bueno?, agradécele al SEÑOR y guárdalo en tu memoria y en tu corazón. Hay momentos que nos llenan de felicidad con solo recordarlos y todo esto nos sucede por el amor y bondad de Dios que siempre nos extiende su misericordia.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Has hecho tus maravillas para ser recordadas; clemente y compasivo eres tú SEÑOR. Tú derramas aguas sobre el sequedal y Ríos sobre la tierra árida. Eres el primero y el postrero y fuera de ti no hay Dios. Independientemente de mi situación, mi confianza está puesta en ti, porque abres camino en el desierto, y Ríos en la soledad. No tengo nada que temer y puedo confiar en tus promesas, porque eres siempre fiel. Alabo y glorifico tu nombre, en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
Arbey Serna Ortiz