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General: Cómo enseñarle a los niños a decir la verdad
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De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 20/03/2019 09:19

El niño que miente obviamente entristece a Dios y aflige a sus padres. Pero también traerá consecuencias adversas sobre sí mismo.

Aprendí esta lección en tercer grado cuando compré un “lanza-garbanzos” (una especie de cerbatana) y una bolsa de garbanzos secos para dispararlos. Sabía que me metería en problemas grandes si le disparaba a mis hermanos menores. Mis padres ya me habían quitado mi lanza-garbanzos antes por apuntarlo a mis hermanos.

Comencé a experimentar afuera de nuestra puerta trasera con mi nuevo equipo secreto. Frustrado por la lentitud de lanzar un garbanzo a la vez, decidí meterme toda la bolsa de garbanzos en la boca, esperando que el dispositivo de disparo funcionara como una ametralladora automática (no fue así).

Justo cuando llenaba mis abultadas mejillas con rondas de garbanzos, la puerta trasera se abrió. Mamá se asomó: “Sammy, ¿qué estás haciendo?”. Al sentir la necesidad de ocultar mi maldad y mis armas de gran potencia, mi instinto pecaminoso fue responder: “Nada”. Pero es difícil para un niño de 8 años hablar con claridad cuando tiene una bolsa de garbanzos entera en la boca. En lugar de “nada”, salió “ngmffngm”. Pero no estaba haciendo ngmffngm. Mentí. Y mi madre lo sabía. En ese momento ella no se preocupó por el tira-garbanzos; le importaba la flagrante falsedad de su hijo, que revelaba una oscuridad que golpeó con tristeza y dolor el corazón de una madre sabia.

Deseamos que nuestros hijos nos digan la verdad, especialmente al confesar su pecado. Pero ¿cómo podemos enseñarles a ser sinceros con nosotros, a decir la verdad?

He encontrado seis prácticas útiles para fomentar la honestidad en los niños.

1. Ora con ellos

Pídele a Dios que haga el trabajo en el corazón que solo Él puede hacer.

Tal vez algún día en el cielo averiguaré todos los problemas que evité debido a las oraciones de mis padres y abuelos.

2. Enséñales que Dios es veraz

Enfoca tu corazón en la confiabilidad de Dios y en la gran recompensa que le otorga a la verdad.

Debes creer con alegría y decisión que Dios es veraz.

Antes de lidiar con las acciones y los corazones de los niños, vuelve a enfocar tu corazón en la confiabilidad de Dios y en la gran recompensa que le otorga a la verdad.

Adórale porque puedes confiar en Él. Su nombre es verdad (Jn. 14:6). Que te quede claro. Es imposible que Él mienta (Heb. 6:18), y odia la mentira (Pr. 13: 5).

Que tu deseo sea que tú y los tuyos sean como Él.

3. Modela decir la verdad, especialmente cuando sea difícil

No hagas concesiones sobre ser veraz. Nunca le mientas a tus niños, ni mientas en frente de ellos, ni hagas que mientan por ti. Si queremos que los niños nos confiesen sus pecados, debemos confesar y arrepentirnos de nuestros propios pecados y hacer una humilde promesa por esforzarnos en no volver a cometer ese error.     

Cuando digas algo, dilo en serio. Que sea en serio lo que dices. Di lo que quieres decir. Si dices: “Apaga el videojuego”, y te ignoran y no haces nada, entonces no solo significa que “apagar el videojuego” no significa nada, sino que todas tus palabras pierden valor. Eso convierte tus palabras en una especie de mentira, ya que “apagar el videojuego” aparentemente no significa lo que parece decir.

4. Habla con tus hijos sobre decir la verdad

Habla con ellos sobre las ventajas de decir la verdad. Explícales cómo decir la verdad hará que, en el futuro, la gente confíe en ellos, mientras que mentir destruirá esa confianza. Apúntalos y celebra la verdad donde quiera que la veas: en la predicación, en los reportajes de noticias, en las conversaciones en la mesa, etc.  

Deja que escuchen lo que la Palabra de Dios dice sobre ello (por ejemplo, Col. 3:9Ef. 4:25Lc. 6:31Pr. 11:3). Déjalos que vean que te tomas la Biblia en serio. Muéstrales en la Biblia con qué frecuencia Jesús dice: “De cierto”.

Expónlos a historias sobre la verdad y la mentira, como la historia de Pedro y el lobo, Pinocho, Ananías y Safira, y Zaqueo.

Cuando les enseñes a hablar con sinceridad, junta la verdad con el amor (Ef 4:15). ¿Qué hace el amor? Dice la verdad.

5. Recompénsalos por decir la verdad

Cuando tu hijo admita haber pecado, alábalo por decir la verdad antes de hablar sobre las consecuencias.

Es difícil sobreestimar el valor de una recompensa rápida para moldear el comportamiento de un niño pequeño. Cuando tu hijo admita haber pecado —que rompió una lámpara, o pateó a su hermano—, alábalo por decir la verdad antes de hablar sobre las consecuencias. Tal vez puedes decir: “Gracias, hijo, por ser honesto conmigo. Decir la verdad es muy importante, porque nos ayuda a confiar en ti. Le agrada a Dios. Así que me alegro de que hayas dicho la verdad. Ahora hablemos sobre la lámpara rota”.

6. Enfatiza la honestidad y enseña el discernimiento

No es necesario declarar todo lo que es verdad, y sin duda nunca sin amor. En ciertos contextos es mejor que no se diga algo que es verdad… ¡solo porque la señora de la tienda tiene sobrepeso no significa que tengamos que decírselo! A los niños se les puede enseñar gradualmente que cierta información objetiva se debe mantener en privado.

Padres y educadores, podemos enseñarle a nuestros hijos el valor y la belleza de decir la verdad sin importar el costo. Después de todo, no hay mayor alegría que saber que nuestros hijos están caminando en la verdad (3 Jn. 4).




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