Necesitamos distinguir entre estar solos, sentirnos solos y apartarnos. Estar solo, es el estado de estar físicamente separado de otras personas. A veces la familia, los amigos y otras personas no se encuentran en nuestra presencia, pero el hecho de que estemos solos no significa necesariamente que debemos sentirnos solos. Simplemente tomamos estos momentos con calma y reconocemos que la vida no siempre puede estar llena de personas.
En realidad, podemos lograr mucho cuando estamos solos. Podemos pasar tiempo con Dios y profundizar nuestra comunión con él. El salmista David escribió: “En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación. Él solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré mucho” (Salmos 62:1-2).
“La soledad es la experiencia única más común para todos nosotros, pero también es la más incomprendida” (Ira J. Tanner, La Soledad: El Temor de Amar). La soledad es universal; toda persona viva lo experimenta en alguna medida. Verás, el sentirnos solos no es causado por nuestras circunstancias, sino que es un estado mental. Es un sentimiento de que nada ni nadie es sensible a nuestro profundo hambre de apoyo y amor.
Y luego tenemos el apartarse, el acto de alejarnos intencionalmente de los demás con el propósito de estar solos. Este es el momento en el que podemos refrescarnos espiritualmente y recuperarnos emocionalmente, un tiempo de renovación y creatividad. Jesús mismo necesitaba estos tiempos de retiro con su Padre celestial. “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo” (Mateo 14:23).
La superficialidad que caracteriza al cristiano moderno se debe en gran parte a la falta de apartarse. Nos apresuramos aquí y allá a conciertos, campañas, estudios bíblicos, cruzadas, retiros, conferencias y servicios de todo tipo, pensando que estamos “llenando nuestra copa”, mientras tanto nos preguntamos por qué seguimos sintiéndonos tan vacíos y, sí, solos, incluso en medio de una multitud de personas Pero Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados... y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Nicky Cruz