Pablo les dijo a los efesios que oraran “en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu” (Efesios 6:18). ¡Qué frase e imagen tan interesantes! Orando en el Espíritu. ¡Orando en, a través y por el Espíritu Santo, que es Dios mismo!
Además de esta referencia en Efesios, hay más: “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento” (1 Corintios 14:15). Nota que Pablo ora no sólo con su mente sino también con su espíritu, inquietado y despertado por el Espíritu de Dios.
¿Dónde más obraría el Espíritu principalmente, si no en nuestros espíritus humanos? Además, para combatir a los que dividen el cuerpo de Cristo, a “los sensuales, que no tienen al Espíritu”, Judas les dijo a sus líderes, “edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo” (Judas 20, énfasis añadido).
Estas instrucciones sobre la oración, inspiradas por el Espíritu Santo, pueden parecer fanatismo emocional para algunos. Ellos sienten que es para “esos hermanos” que siempre cantan muy alto y levantan sus manos en la iglesia cada seis segundos. Ellos dicen: “Asi no es como me criaron en la iglesia”.
Dios nos dio la Biblia para que podamos buscar en oración y humildemente sus profundidades y experimentar lo que promete. ¿Se evaporó de alguna forma el poder del Espíritu Santo para inspirar la oración, durante los siglos siguientes al libro de Hechos? Hoy, ¿nos ayudará menos el Espíritu, sobretodo cuando más lo necesitamos? Asi no lo haría un Dios misericordioso.
¿Cómo podremos orar confiadamente en fe si el Espíritu Santo no nos está ayudando? Sólo cuando el Espíritu guíe e inspire, nos elevaremos a un nuevo nivel de oración prevaleciente. Luego, las fortalezas van a caer, los seres queridos serán visitados por la gracia de Dios, y las personas que nos rodean van a recordar que Cristo es un Salvador viviente y no un mero concepto teológico.
Nada es demasiado difícil para Dios. “Señor, enséñanos a orar, y que sea una oración en el Espíritu Santo”.
Jim Cymbala