“Mirad, pues, con diligencia como andéis, no como necios sino como sabios.” Efesios 5:15.
Hay un triste canto que dice: -Cuando un amigo se va, algo se muere en el alma, algo se muere en el alma, cuando un amigo se va. Cundo un amigo se va, ese vacío que deja, es como un pozo sin fondo que no se puede llenar. Ha dejado una huella, que no se puede borrar.
¿Qué huella estamos dejando a nuestro paso? ¿Cómo nos recordarán todos los que nos conocen? Tenemos a nuestro alrededor muchas personas que nos inspiran cariño, respeto, ternura, admiración, etc. Pero, ¿Le expresamos con nuestros labios, con una mirada ó un sincero abrazo esas cualidades que los hacen especiales? Es tan efímero nuestro paso por esta tierra que no debemos esperar a que esos seres queridos fallezcan, para expresar nuestro cariño en sentidos epitafios, al que ya partió. Dice la Escritura: ”El hombre es semejante a un soplo; sus días son como una sombra que pasa.” Salmo 144:4.
Bien cierto es que los epitafios buscan describir a las personas que han fallecido, pero, se ha preguntado ¿Cuál sería el epitafio que escribirían de cada uno de nosotros los que nos conocieron en vida? ¿Serían palabras de agradecimiento a Dios por lo ejemplar de nuestras vidas? Ó, talvez, no serían muy agradables para nuestros oídos.
De verdad, ¿Ven en ti los que te rodean algo digno de imitar? ¿Andas sabiamente para con los de tu casa y aún para los de afuera? ¿Qué dirán de ti los que te conocen? ¿Inspiras tanto amor y confianza para que muchos quieran estar cerca de ti?
Es bueno saber, de vez en cuando, que opinan los demás acerca de nosotros sea bueno ó sea malo, no para vanagloriarnos ó enojarnos, más bien para corregir las fallas que, a veces, sin darnos cuenta estamos cometiendo. “Mirad, pues, con diligencia como andéis, no como necios sino como sabios.” Efesios 5:15.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial:” Gracias porque tú conoces lo que sucede en nuestra mente y en nuestro corazón, por la pérdida de un ser querido y nadie es ajeno a vivir esta circunstancia. Gracias porque siempre brindas a estos corazones abatidos consuelo, fortaleza y entendimito. Hazme entender y aprenderé tus mandamientos, no quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero. Avívame en tu camino, hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma, en el glorioso nombre de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA
ARBEY SERNA ORTIZ