“Derriba todo argumento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y lleva cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 2 Corintios 10:5
En mis días de aprendizaje de utilizar una computadora me enseñaron el concepto de “GIGO” (Garbage Input – Garbage Output) que traducido en español es Basura que entra – Basura que sale. Lo que ingresa en la mente domina nuestro pensamiento y Pablo dice que tenemos que llevar todo pensamiento para que se sujete en obediencia a Cristo.
Un nuevo estudio científico ha encontrado que la capacidad de almacenamiento de información del cerebro puede ser de alrededor de un cuatrillón de bytes. Por ello la mente es una herramienta que Dios quiere usar para cumplir sus propósitos. Sin embargo, hay una gran cantidad de cosas que luchan por el acceso a nuestra mente.
La Biblia es muy específica cuando habla de proteger nuestras mentes:
1. Protección de Sobrecarga: Todo es más rápido hoy en día y con ello podemos también hacer más cosas. El peligro de esto es que sobrecargamos nuestra mente y no tomamos el descanso transgrediendo el mandamiento de guardar reposo (Deut. 5.12). Cuando la mente se sobrecarga entonces saltan los fusibles y es más fácil caer en pecado.
2. Protección de Tentaciones: La mente es un campo de batalla estratégico, y si Satanás puede entretener mi pensamiento con alguna tentación entonces el resto es historia. El Salmo 101:3 dice: "Me negaré a mirar cualquier cosa vil o vulgar” (NTV). Por ello tengo que ponerme el casco de Salvacion (Efesios 6.17) para guardar mi mente de los dardos de la tentación.
3. Protección contra la Vanidad: El orgullo y la vanagloria es el pecado que sacó a Satanás del Cielo. La gente te dirá a veces cosas que te hincharán la mente y el corazón. Por tanto, no permitas que la vanagloria entre en tu mente pues te conducirá a toda clase de indecencias (Efesios 4.17-19).
4. Protección de Falsas Enseñanzas: La Palabra nos anima a defender la Fe que Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo (Judas 1: 3). La única manera para protegernos de las falsas enseñanzas es con la verdad de la palabra. Pablo dice que incluso si un ángel te dice algo diferente de lo que dice la Palabra de Dios, no le creas (Gálatas 1:6-8). El billete falsificado se compara con uno verdadero.
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