“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:33-34).
La fe que soporta es aquella que pone todas las cosas en las manos de Dios. La fe que soporta le dice al Señor: “Pongo cada evento, cada preocupación, en tus manos. Y me agarro de tu promesa de que pondrás todo lo que eres, toda tu omnisciencia y tu fuerza omnipotente, para preservarme”.
Cuando te enfrentas a las aflicciones y la persecución, a Satanás le encanta susurrar temores y mentiras: “¿Cómo vas a superar esta crisis? ¿Qué harás ahora? Si Dios es fiel, ¿cómo podría él permitir que esto te suceda? ¿Cómo podría él poner a tus seres queridos en riesgo de esta manera? ¿Qué será de ti, de tu familia, de tu trabajo, de tu ministerio?”
La fe que soporta se levanta y responde a las mentiras del enemigo: “Demonio, estás haciendo las preguntas equivocadas. La pregunta para mí en este momento no es cómo lo voy a lograr; no es qué pasará conmigo y con mis seres queridos. Yo ya he puesto todo lo que me preocupa en las manos de mi padre amoroso. Le he confiado todos los eventos futuros porque él ha demostrado ser fiel una y otra vez. ¡Se puede confiar en él!”
La pregunta para los creyentes es: “¿Cómo puedo amar y servir mejor a mi Señor? ¿Cómo serviré a los demás como a mí mismo?” Verás, la fe que soporta declara: “No tengo voluntad propia; más bien, su voluntad será hecha. ¡Ya no tengo una agenda personal! Ya no jugaré más con Dios, tratando de que él resuelva mis propios problemas o los de otros”.
Con tal fe, estarás listo para lo que sea que traiga la hora presente y tu corazón se establecerá en tu Padre celestial. ¡Que el Espíritu Santo mantenga tu mente firme en el Señor y en sus promesas!
DAVID WILKERSON