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De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 28/07/2019 10:58
Hay momentos en la vida en que habrás de quedar vulnerable. Y quizás sea en ese preciso momento en que el enemigo te arroje certeros dardos que algo de daño te producirán. Y también será en ese tiempo donde una serie de preguntas partirán raudas en búsqueda de respuestas. 
Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan (Mateo 4:2-3). 
En el momento en que Jesús era físicamente vulnerable, el diablo trajo su primera tentación. No había pecado en tener hambre. Así que, ¿cuál era el asunto aquí? Satanás estaba desafiando a Jesús: "Si eres completamente Dios, entonces tienes el poder de Dios en ti. Y ahora mismo, estás en una situación muy dura. ¿Por qué no usas el poder que Dios te ha dado para librarte a ti mismo? ¿No te dio Él dicho poder para ver si lo usarías correctamente?". Acá tenemos una de las tentaciones más insidiosas que enfrenta el verdadero pueblo de Dios. Como Jesús, el ejemplo, tú tienes una pasión por Dios. Has decidido rendirte a Él con todo tu corazón. Luego el Señor te lleva a experimentar el desierto y, luego, surgen preguntas. Tú comienzas a desorientarte y dudas sobre el propósito eterno de Dios en tu vida. Y mientras tratas de orar y obtener la victoria, las tentaciones de Satanás parecieran ser más feroces que nunca. El enemigo quiere que tú vivas independientemente del Padre. El diablo dice: "Tu sufrimiento no es de Dios. No tienes que pasar por esto. Tienes el poder de Dios en ti, por el Espíritu Santo. Di la palabra, libérate a ti mismo. Satisface tu propia hambre". La primera artimaña de Satanás fue crear un fracaso del poder. Esperaba que Dios no honrase el clamor de Jesús por pan, si lo hubiera pedido. Si el poder del cielo fallara, entonces Cristo dudaría de su divinidad y se alejaría de su propósito eterno en la Tierra. Segundo, Satanás sabía que Jesús fue enviado para hacer sólo lo que el Padre le dijo. De modo que se propuso convencer a Cristo a que desobedezca por su propio bienestar. De esa forma, si Jesús usaba su poder ahora, para evitar el sufrimiento, podría hacer lo mismo luego, para evitar la cruz. Así que, ¿cómo respondió Jesús a la tentación del diablo? 
Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4). 
Cristo dijo, en esencia: "Mi venida a la Tierra no tiene que ver con mis necesidades, dolores, heridas o comodidad física. He venido a dar a la humanidad, no a salvarme a mí mismo". Aun en ese nivel de sufrimiento, Jesús no perdió de vista su propósito eterno. Y si nuestro Señor aprendió dependencia y compasión a través de una experiencia en el desierto, nosotros también. Porque, en definitiva, pregunto: ¿A qué crees que has venido a esta tierra? Fíjate bien, que en tu respuesta está tu objetivo.

NESTOR MARTINEZ


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