Pagina principale  |  Contatto  

Indirizzo e-mail

Password

Registrati ora!

Hai dimenticato la password?

Fraternalmente unidos
 
Novità
  Partecipa ora
  Bacheche di messaggi 
  Galleria di immagini 
 File e documenti 
 Sondaggi e test 
  Lista dei Partecipanti
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Strumenti
 
General: SOSTENIDO POR LA ORACIÓN DE CRISTO
Scegli un’altra bacheca
Argomento precedente  Argomento successivo
Rispondi  Messaggio 1 di 1 di questo argomento 
Da: hectorspaccarotella  (Messaggio originale) Inviato: 28/09/2019 10:00

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte” (Lucas 22:31-32).

Jesús había previsto el zarandeo que vendría a Pedro y no lo iba a detener porque el proceso era necesario. Pero Jesús agregó rápidamente: “He orado por ti”. “He orado por ti”, no “Voy a orar por ti”. Probablemente él ya había pasado horas con el Padre hablando acerca de Pedro: de cuánto lo amaba, de cuán necesario era él en el reino de Dios, de cuánto lo valoraba como amigo. Cuando Jesús dijo que estaba orando por él, él estaba hablando no sólo a Pedro, sino a todos los discípulos; y a nosotros hoy.

Jesús conocía muy bien la ferocidad de los poderes del mal y cómo Satanás zarandea a los seguidores del Señor. Ninguno de nosotros puede entender el gran conflicto que se desata en este momento en el reino espiritual contra los santos que han fijado sus corazones firmemente en seguir con Cristo hasta el final.

En tu caminar cristiano, llega un momento en que cruzas la línea hacia una vida de obediencia y dependencia de Jesús, decidido en tu corazón a no volver atrás nunca más. Cuando esto sucede, te conviertes en una amenaza para el reino de las tinieblas y, por lo tanto, en un blanco de principados y potestades. ¡El testimonio de todo creyente que se vuelve al Señor con todo su corazón, con hambre de santidad y de un caminar más profundo con Jesús, incluye el brote repentino de intensas pruebas!

“Jesús… levantando los ojos al cielo, dijo… Yo ruego por ellos… Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre… no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:1, 9, 11, 15).

Si estás entregado incondicionalmente a Dios, leyendo su Palabra, pasando tiempo con él, amando a las almas perdidas; no importa lo que estés pasando o lo que te espera, Jesús está orando por ti. ¡Qué maravilloso consuelo es esto para todo hijo de Dios!

David Wilkerson



Primo  Precedente  Senza risposta  Successivo   Ultimo  

 
©2025 - Gabitos - Tutti i diritti riservati