“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).
Santiago da una orden aquí: “Sé feliz cuando el camino es difícil”. Él continúa razonando que si obedeces este imperativo, ¡tu paciencia tendrá la oportunidad de crecer y tú estarás listo para cualquier cosa!
Todos están buscando una manera de vivir una vida feliz. De hecho, cuando la Universidad de Yale ofreció una clase en su plan de estudios llamada “Cómo vivir una vida feliz”, la mitad del alumnado se anotó para inscribirse. Esa clase, Psicología 157, se convirtió en la clase más popular en la historia de la escuela.
Una versión de Santiago 1:2 dice: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas” (NVI). La palabra considerar literalmente significa pensar en que está adelante. No te quedes atrapado en el ahora, el presente; piensa en lo que estás enfrentando en el futuro. Esto es tremendo, porque lo que Santiago dice es: “Quiero que te des cuenta de que el final de tu destino tiene un propósito. Hay algo bueno al otro lado”.
Pedro dice: “Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve” (1 Pedro 1:6, NTV). Lo que podemos aprender de Santiago y Pedro es que el cielo no es un lugar geográfico. El cielo es una motivación para nosotros en este momento; un pensamiento futuro cuando estamos en la lucha presente. Si valoramos lo material y lo físico más que lo espiritual, no podremos “considerarnos muy dichosos”. Si vivimos sólo para el presente y olvidamos el futuro, entonces las pruebas nos harán más amargos, no mejores.
Es de vital importancia entender que cuando eres probado, tus pruebas no están quitando de ti, sino que están produciendo en ti, lo cual es bastante sorprendente.
Tim Dilena