Dios Padre entronó a Cristo como rey sobre todas las naciones y toda la naturaleza; y como Señor sobre la iglesia. No importa cómo se vean las cosas en el exterior. Todo pudiera parecer estar fuera de control y que el diablo ha tomado el poder, pero la verdad es que Dios ha puesto todas las cosas bajo los pies de Jesús.
A nuestro alrededor hoy, vemos a nuestra sociedad y gobierno destronando a Cristo, negándose a reconocer su autoridad y reinado. Dios está siendo quitado de nuestras escuelas y cortes y está siendo ignorado al hacer nuestras leyes. ¡El problema del destronamiento de Cristo es mucho peor que el rechazo de Estados Unidos a la autoridad de Jesús porque también está sucediendo en su iglesia!
Tú puedes decir: “Quiero que Jesús sea el rey de mi vida. Quiero hacer todo lo que él ordena”. Dios dice: “Si quieres conocer una vida abundante, verdadera y plena, entonces entrégate a mí y te daré una vida sin temores, culpa o condenación”.
Quienes se sometan al señorío de Cristo caminarán en paz. Los cristianos que se sujetan no viven con miedo, confusión o ansiedad. Están vestidos de paz: “Nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos… para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz” (Lucas 1:73-74, 79).
¡Qué promesa tan maravillosa! Si entregamos nuestras vidas a él, él hará brillar su luz en nuestra oscuridad, eliminará la sombra de muerte y nos guiará hacia la paz y el descanso. Básicamente, él estaba diciendo: “Voy a aclarar toda la confusión en tu vida y podrás caminar en paz”.
El Salmo 121 resume la actitud que debemos tener: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero… Jehová te guardará de todo mal” (Salmos 121:1-3, 7).
¡Pon a Cristo en el trono de tu corazón hoy… y vive!
David Wilkerson