Todo sabemos que la Fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, pues la Biblia lo describe literalmente de esa forma en la carta a los Hebreos.
También hemos escuchado siempre las palabras o frases de muchas personas incluyéndome que nos motivan a tener fe en medio de los momentos más difícil de nuestra vida.
Todos quisiéramos tener fe, y de hecho la tenemos, en diferentes proporciones, pero la tenemos. Pero en más de alguna ocasión he escuchado o leído cartas o comentarios de personas que me preguntan: ¿Cómo puedo aumentar mi fe?
La Biblia dice lo siguiente sobre la fe:
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Romanos 10:17
También encontramos en Hebreos 11:1 lo siguiente:
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Si hablamos de fe hablamos de una firme expectativa de que Dios cumplirá todo lo que ha prometido. Es estar convencidos y confiados en que Dios tiene el control de todo. La fe es la que le demuestra a nuestra mente la realidad de las cosas que no podemos ver con nuestros ojos humanos.
La fe en nuestra vida aumenta a través de las experiencias que hemos vivido y que nos han llevado a ver la mano poderosa de Dios actuando en nuestra vida. Todos, absolutamente todos hemos sido testigos en algún momento de nuestra vida de cómo Dios nos a ayudado en momentos en donde sentíamos que no podíamos más, momentos de aprietos económicos, momentos de enfermedad, momentos de soledad o momentos en los que sentíamos que la vida se nos venía encima, sin embargo en cada uno de esos momentos Dios estuvo allí para ayudarnos, para darnos fuerza, para darnos salud, para darnos sabiduría para saber qué hacer en los momentos que no sabíamos que hacer.
Recordar esos momentos o esas experiencias en donde Dios nos sacó adelante nos motiva a volver a tener fe. Nos motiva a confiar en que Dios nos volverá a sacar adelante. Nos impulsa a ver más allá de lo que nuestros ojos ven sabiendo de antemano que Dios tiene el control de todo.
Tu fe aumenta cuando vienen los momentos de crisis, cuando pasamos por enfermedades, cuando los problemas en tu hogar parecen que nunca terminaran o cuando algo no está saliendo como esperábamos. Y es que en esos momentos somos más sensibles a Dios, esos momentos en donde por alguna razón nos sentimos destrozados nos llevan a buscar más de Dios, cómo que es en esos momentos en donde nuestro espíritu se humilla delante de Dios y somos más fuertes espiritualmente porque permitimos a Dios tomar nuestras cargas.
Y es que es fácil decir tener fe cuando todo va bien, es fácil creer que tienes una gran fe porque nunca pasa nada malo en tu vida, sin embargo, a través de la historia hemos visto hombres y mujeres de fe que fueron catalogados de esa manera porque todos estuvieron en situaciones muy pero muy difíciles, pero a pesar de ver todo en contra confiaron en Dios, creyeron en la Palabra de Dios sin dudar.
Nuestra fe aumenta cuando pasamos por desiertos, tormentas y tiempos difíciles, porque es allí cuando somos más sensibles a la presencia de Dios y nuestros oídos más audibles a su voz.
A lo mejor hoy estas pasando una crisis económica de la cual sientes que no vas a poder salir, es allí en esos momentos de crisis donde debes depositar tu fe en el Señor sabiendo que Dios es un Dios Proveedor y que Él puede usar cualquier medio posible o imposible para nuestra mente para bendecirnos y darnos la respuesta que necesitamos.
Quizá estés pasando por un problema matrimonial o familiar, en donde la única respuesta que encuentras apunta a la separación o ruptura, pero es allí en donde debes de tener fe para confiar en que Dios puede renovar todo en tu familia, a creer que Él puede restaurar tu matrimonio o que Dios puede cambiar el corazón de tu pareja o hijos para que se acerquen a Él.
Pueda que te encuentras pasando una enfermedad que no esperabas, o a lo mejor un amigo o familiar tuyo esta pasando por una enfermedad dura que les ha hecho creer que será fatal, es allí donde nuestra fe debe activarse para creer que Dios puede sanarlos o hacer un milagro maravilloso si así fuese su voluntad.
Es hora de aumentar nuestra fe, es decir, comenzar a creer sin dudar acerca de lo que Dios puede hacer en nuestra vida, es hora de creer que Dios puede otorgarnos ese empleo que tanto estamos deseando, es hora de creer que Dios puede darnos a esa persona especial para que sea tu compañero o compañera de travesía en esta vida, es hora de creer que podemos alcanzar más cosas de las que nuestra mente piensa, es hora de creer que somos importantes para Dios y que nuestras peticiones están a la distancia de la fe, esa fe que nos lleva a creer que las cosas van a pasar si o si, y las cuales Dios quiere hacer siempre y cuando estén bajo su voluntad y en su tiempo perfecto.
Hoy te invito a buscar cada día más de Dios, a orar cada día, a leer su Palabra porque ella aumentará nuestra fe al ver lo que Dios hizo con aquellos hombres y mujeres que le creyeron y de quienes se encuentras sus historias en la Biblia, hombres y mujeres que confiaron en Él, entre más nos llenemos de su presencia, y más aprendamos de su Palabra, más fortalecida estará nuestra fe.
Todos somos capaces de aumentar nuestra fe, primero: Orando y leyendo la Palabra de Dios, y segundo a través de las experiencias que nos otorgan las diferentes situaciones que nos tocan enfrentar. Creámosle a Dios, porque cuando le creemos, Él nos responde.
La fe en Dios nos llevará a ver milagros sorprendentes en nuestras vidas.
“Los apóstoles le dijeron al Señor: —Muéstranos cómo aumentar nuestra fe. El Señor respondió: —Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y échate al mar”, ¡y les obedecería!”
Lucas 17:5-6 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Enrique Monterroza