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Una lección Acerca de la Sabiduría serpentina.
Sed, pues, prudentes como serpientes y
sencillos como palomas.
(Mateo 10:16)
El dinero es un tema común en las parábolas de Jesús.
Aproximadamente un tercio de las cuarenta o mas parábolas que Jesús conto tiene
algo que ver con riquezas terrenales, tesoros, monedas o dinero de algún tipo.
Este hecho es a menudo citado por los falsos profetas de hoy y los predicadores
de la prosperidad. Ellos emplean esto para justificar su propia obsesión con
todas las clases de riqueza temporal. Escucharlos puede dar la impresión de que
Jesús mismo era un amante del dinero, o que la forma principal (o única) en que
Dios bendice a los fieles es haciéndolos ricos.
Sin
embargo, el verdadero asunto de Jesús (y el tema constante de su enseñanza) era
precisamente lo contrario: <> (Mateo 10:24). <> (Mateo 6:24). <> (v. 33). En ningún caso Jesús hizo o dijo algo que pudiera alentar
a sus discípulos a entregar sus corazones y esperanzas a la prosperidad
material o las posiciones terrenales. De hecho, todas las parábolas que
mencionan el dinero hacen lo opuesto.
Por
ejemplo, el hombre rico y Lázaro igual como la historia del rico insensato en Lucas 12:16-21 ilustran como las
riquezas pueden ser un impedimento para entrar en el reino de los cielos (Mateo 19:23-24). Pensemos en la parábola
de los talentos, la de las minas (Lucas
19:12-27) y la de los viñadores (Lucas 20:9-16). Estas Historias nos
recuerdan que somos nada más que administradores de todos los recursos
terrenales que el Señor confía a nuestro cuidado. Debemos ser prudentes y fieles
en la forma en que los usamos, sean cuales sean las posiciones y las
oportunidades que Dios pone a nuestra disposición. El tesoro escondido y la
perla preciosa (Mateo 13:44-46) no
tratan sobre la búsqueda o el acaparamiento de la riqueza terrenal. Todo lo
contrario; ilustra el valor infinito del reino celestial.
Las
escrituras condenan enfáticamente el amor al dinero. <>> (1
Timoteo 6:10-11).
Jesús
resumió su enseñanza sobre el asunto en una exhortación clara en su Sermón del
Monte: << No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín
corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde este vuestro corazón tesoro, allí estará también vuestro
corazón>> (Mateo 6:19-21).
En Lucas 16, narra una parábola que evoca
y pone de manifiesto esta amonestación de una manera muy inusual. Es la
historia de un siervo infiel, mentiroso y engañador quien fue descubierto y se
le aviso que sería despedido. Entonces, astutamente utiliza la riqueza de su
amo para comprar amistades que le serian de utilidad para amortiguar su caída.
Había
un hombre rico que tenía un mayordomo, y este fue acusado ante el cómo
disipador de sus bienes. Entonces le llamo, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de
ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás mas ser mayordomo. Entonces
el mayordomo dijo para sí: ¿Qué hare? Porque mi amo me quita la mayordomía.
Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que hare para que cuando
se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas. Y llamando a cada uno de
los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? El dijo: cien
barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta siéntate pronto, y escribe cincuenta.
Después dijo a otro: Y tú ¿cuanto debes? Y él dijo cien medidas de trigo. El
dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. Y alabo el amo al mayordomo malo por
haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el
trato con sus semejantes que los hijos de luz. (Lucas 16:1-8)
¡Que
cosa tan extraña por la cual alabar a alguien! Esta es una de las más
sorprendentes y enigma éticas de las parábolas de Jesús. Las historias que
nuestro Señor conto a menudo contenían giros profundamente espeluznantes, pero
ninguna es más desconcertante que esta. ¿Cómo es posible la elaboración de algún
principio espiritual positivo a partir de las acciones poco éticas de un
mayordomo injusto? ¿Puede alguna buena enseñanza provenir de tan patente mal
ejemplo?
Pero esto no es un error. Jesús era muy hábil para ilustrar
sus ideas por medio de parábolas.
La historia.
El
personaje principal de esta parábola es un hombre al que Jesús se refiere como
un <> (Lucas
16:8). Así que no hay duda acerca de su carácter torcido. Las acciones
propias del mayordomo revelan que era malvado, conspirador totalmente carente
de principios y descaradamente sin vergüenza en su maldad.
Pero
al parecer, llego a este punto por una progresión de transigencias que
probablemente parecían pequeños al principio. Su caída comenzó porque el
manejaba las propiedades de su amo de una manera que era un desperdicio, un
gasto excesivo o tal vez utilizaba los recursos de la empresa para pagar sus
gastos personales. Debe haberse imaginado que era libre de gastar de forma
extravagante porque el amo nunca le haría una comprobación. Pero una acusación
creíble contra el llego a oídos de su jefe rico, quien le dio su aviso de
despedida y ordeno una auditoría completa.
El
mayordomo sabía que sería imposible encubrir su mala conducta. Su mala gestión
derrochadora sería totalmente documentada
y el seria deshonrado y desacreditado. Reconoció por si mismo que no
podía hacer un trabajo físico fuerte y que era demasiado orgulloso para pedir
limosna. Así que opto por engañar al hombre rico aun más. Preparo, entonces los
libros a favor de las personas que le debían dinero a su amo. Gratuitamente les
perdono grandes deudas. En efecto, le robo as su amo con el fin de ganar amigos
y comprar favores, asegurándose así que cuando el hombre rico finalmente lo
despidiera, sería recibido por la gente que ahora estaría en deuda con él.
No hay manera de darle la vuelta al comportamiento sin
escrúpulos del hombre, o destacar positivamente el hecho de que Jesús utiliza
el comportamiento de un sinvergüenza para ilustrar su asunto. Recuerde que el
mismo Jesús se refiere al hombre como un <>. No hay
hechos atenuantes o detalles ocultos que puedan poner las acciones inmorales y
poco éticas de este hombre en una mejor proyección. Si Jesús hubiese querido
ser exonerado de la acusación de elogiar la astucia de un hombre malvado, El
podría haber utilizado una trama diferente. No hay necesidad de imaginar un
contexto que pudiera hacer que el comportamiento del hombre pareciera menos
malvado. Después de todo, esta es una parábola. No es la vida real. Jesús
invento esta historia. Los únicos hechos registrados son los que el dio. Si nos
impacta el sorpresivo final, esto es lo que exactamente El se proponía. También
su audiencia original se habría escandalizado con esta historia.
El
publico principal aquí era que los discípulos (<> [Lucas 16:1, énfasis añadido]). Así que este no es el mismo género
que las parábola del hijo prodigo. Esta historia es un mensaje evangelistico,
un llamado a los fariseos y escribas a arrepentirse, a creer en el evangelio, a
recibir la entrada al reino celestial y a entrar en el gozo del Señor. Esta
parábola sigue a la del hijo prodigo en el Evangelio de Lucas. Pero se dirige a
personas que ya se han comprometido a seguir a Jesús, hombres y mujeres que
aman la justicia, se han apartado del mal y viven sus vidas preocupados por la
gloria de Cristo. Este es un mensaje de discipulado. Esto es para los
creyentes.
El
hombre rico de la parábola es un magnate impresionantemente rico. No alguien
con un pequeño negocio. El es tan rico que ni siquiera se dignaba participar en
la operación diaria de sus negocios. En su ligar, él contrata un gerente, un administrador,
para conducir su empresa. Es claramente una enorme responsabilidad debido a que
solo dos de las deudas contraídas por sus deudores eran <> y <> (vv.6-7). El hombre rico probablemente vivía en una mansión a
cierta distancia de la sede de su negocio, ya que no tenía conocimiento de
primera mano de lo que estaba haciendo su mayordomo.
Es evidente que el mayordomo era un administrador experto
y hábil, un hombre distinguido. (Por su propio testimonio, no era alguien
acostumbrado al trabajo manual). Sin duda,
tenía el respeto de la mayoría de la gente. No habría sido puesto en una
posición tan importante si no hubiera tenido la confianza plena e incondicional
del hombre rico. Probablemente, los dos hombres tenían una relación muy larga
de confianza y afecto mutuos. (A menudo, los mayordomos eran ciervos de confianza
que habían nacido y se habían criado en el hogar del dueño y eran tratados como
parte de la familia). En cualquier caso, la confianza del hombre rico en la
habilidad y la integridad del mayordomo era tal que le había