Durante tiempos de calamidad, podríamos preguntarnos: “¿Dónde está enfocado el ojo del Señor en todo esto?” Podemos estar seguros de que Dios no se centra en los planes descabellados de los líderes trastornados, no importa cuán poderosos sean. “El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana… tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca” (Isaías 40:23-24).
Isaías nos dice: “Tan pronto como estas 'semillas' se plantan y echan raíces en la tierra, Dios sopla sobre ellas y se secan. Los malvados gobernantes de la tierra son atrapados en su torbellino y arrastrados como paja. Él los reduce a nada”. Para probarnos esto, Jesús dijo: “No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28).
Incluso en medio de la gran agitación mundial, el enfoque principal de Dios no está en los tiranos; su atención se centra, durante cada circunstancia, durante cada detalle, en la vida de sus hijos. Cristo dice en el versículo siguiente: ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre” (10:29).
En la época de Cristo, los gorriones eran la carne de los pobres y se vendían dos por un centavo. En las calles se podía ver a los cazadores de pájaros cargando cestas llenas de gorriones atrapados. Sin embargo, Jesús dijo: “Ninguna de estas pequeñas criaturas cae al suelo sin que su Padre lo sepa”. Según el comentarista de la Biblia William Barclay, la palabra de Jesús “caer” en el versículo anterior significa más que la muerte del pájaro. El significado arameo es “iluminar el suelo”. En otras palabras, “caer” aquí indica cada pequeño salto herido que hace un pajarillo.
Cristo nos está diciendo, en esencia, “El ojo de tu Padre está en el gorrión, no sólo cuando muere, sino incluso cuando está moviéndose sobre el suelo. Dios ve cada pequeña lucha y se preocupa por cada detalle de su vida”.
Entonces Jesús dice: “Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos” (10:31). En pocas palabras, el que hizo y contó todas las estrellas, que mantiene las galaxias en sus órbitas, tiene sus ojos puestos en ti. ¡Así que encuentra reposo y seguridad en él!
David Wilkerson