Un Libro Especial
En la feria semanal, cuando no hay clientes, la vendedora se
sienta detrás de su puesto de flores y lee su Biblia. Cierto día un cliente,
que ya le había comprado flores varias veces, le preguntó: –¿Qué libro lee
usted hoy? –Siempre leo el mismo, dijo ella. –¿Y cuál es?, inquirió el hombre.
–La Biblia, la Palabra de Dios, respondió ella. –¿Vaya, y quién le dijo que la
Biblia es la Palabra de Dios?, quiso saber el comprador. –Él mismo, repuso
ella. –Oh, ¿Acaso Dios le ha hablado?, dijo, sorprendido, el hombre.
Un poco incómoda, la vendedora no
supo cómo probarle que la Biblia es la Palabra de Dios y que por medio de ella
Dios habla a los seres humanos. Mas mirando al cielo, ella señaló el sol y dijo
al cliente: –¿Puede probarme que éste es el sol? – Es muy simple probárselo; la
mejor prueba es que nos da luz y calor, contestó el hombre. –Lo mismo sucede
con mi libro, repuso la vendedora. El hecho de que me da luz y calor interior
es la prueba de que es la Palabra de Dios.
¿Tiene usted dudas en cuanto a la
Biblia? ¿Considera ese libro sencillamente humano? Entonces sólo puedo
recomendar que lo lea una vez sin prejuicio. Empiece por el evangelio de Juan.
Usted comprobará que es el libro de Dios y que tiene un mensaje para usted.
Esta información no consiste en palabras vacías, sino que le hace conocer a una
persona: Jesucristo, el Hijo de Dios. A través de él Dios habló a los seres
humanos, y sigue haciéndolo por medio de su Palabra, la Biblia.