Cuando Jesús le preguntó al padre del hijo endemoniado cuánto tiempo había estado así, el hombre respondió: “Desde niño” (Marcos 9:21). En otras palabras, había pasado mucho tiempo. Fue esta larga y constante dificultad la que despertó el deseo del padre de buscar la ayuda de Dios. Dios usará la temporada difícil de nuestras vidas para generar el deseo de buscarlo y tener fe en su liberación.
Tomemos, por ejemplo, a Elías. Santiago 5:17 dice: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses”. Elías sabía que su oración provocaría dificultades sin precedentes en la nación. Pero esto era necesario porque el rey de Israel había llevado al pueblo por un camino pecaminoso. En esencia, Elías quería que la nación se volviera a Dios y estaba preparado para orar con ese fin, incluso si eso significaba que tomaría tres años y medio recibir una respuesta. Básicamente, Elías estaba diciendo: “¡Lo que sea necesario, Señor, lo que sea necesario!”
Ahora, Dios pudo decir inmediatamente, después de que Elías oró, que ya estaba hecho, que fue respondido. Pero hubo un tiempo entre el momento en que se hizo la oración y cuando se manifestó la respuesta. Tú puedes orar por los miembros de la familia que no son creyentes y Dios puede decir: “¡Hecho! He oído tu oración y la respuesta está en camino… pero tomará algún tiempo. Necesito permitirles pasar por dificultades para que su deseo se desvíe del mundo hacia mí”.
Cuando lees sobre todo el evento en 1 Reyes 18, sabes que la oración de Elías fue respondida inmediatamente cuando la oró, pero Dios tenía un tiempo especial para que Elías viera su oración completamente cumplida. Del mismo modo, cuando oras, lleva tiempo, ¡así que no te rindas! Tres años y medio de falso consuelo tenían que ser quitados de Israel y ellos necesitaban pasar por tiempos difíciles para darse cuenta de que necesitaban a Dios.
Volviendo al hijo poseído por el demonio, cuando los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué no pudimos expulsar al demonio?” Jesús les dijo que este tipo de posesión demoníaca sólo sale con oración y ayuno persistentes. En otras palabras: “No te rindas si no ves la respuesta de inmediato”. ¡Lo que Dios ha prometido, lo hará!
Carter Conlon