Mi madre me decía: <> y cuando menos merecía los golpes,
Me pegaba, quizás cuando andaba cansada, no sé.
Antes de conocer a Juan, yo estaba con mis amigos o me iba atrás de la casa, me
Gustaba estar sola en algunas ocasiones y ya más tarde me reunía con ellos, recuerdo
Que sólo Pepe era de mi edad, los demás eran más chicos, yo tenía 14 años, Bole (Leodegario)
Tenía la misma edad que Virginia mi prima, 12 años, David andaría entre 10 y 11 años,
Ellos eran hermanos, las dos hermanas de ellos, no se juntaban con nosotras, una andaría
El los 9 años y la otra quizás 6 o 7 años, la abuela de ella tenía una tienda, que se llamaba
“La Puntada”, se juntaban con nosotras otros chicos, que eran amigos de Pepe y sus hermanos
Alejandro, que recuerdo que tenía una voz medio aguda, también chiquillo, Caballo, Juan “La Mere”
Nunca quién le puso ese apodo, quizás porque parecía gay, también Pablo, que vivía
en la acera de enfrente y su madre, era amiga de mi tía Juana, dueña de la casa en donde vivíamos.
A la pandilla se agrego Bertha Alicia, que fue mi mejor amiga, nos queríamos como hermanas,
Todo era padre, yo reía, era feliz, era libre, aunque a veces me entraba la nostalgia él porque mis padres
No me quisieron, era cuando yo me imaginaba que tenía una gran familia, padres, hermanos,
Abuelos, yo me hacia la idea de que al casarme, mi familia iba a ser como las familias americanas
Que yo veía en las películas, que se reunían en cumpleaños, navidad y otras festividades.
Pero la realidad siempre es muy diferente, todo cambio al aparecer Juan en mi vida, me controlo,
Me quito de mis amigos, de con Bertha, el miedo se apodero de mi, nunca tuve a un adulto en
Quien confiar, en mi casa, no querían a Juan, pero al confiar en ellos, no supe pedir ayuda y ya
Siendo yo mayor, casi tres años de andar con él, fue cuando mi tía Juana, que no se llevaba bien
Con mi madre, dijo que iba a vender la casa, que porque ella no podía estar viniendo cada año
A pagar el predial, para mí, fue una excusa, porque con lo que le daban de renta, mi madre
Hubiera pagado, mi Coma se fue pronto, busca casa y nos quedamos mi madre y yo, así
Que nos quedamos en toda la casa, formamos la sala en lo era la casa de mi Coma, fue cuando
A Juan se le ocurrió la “buena idea” de hablar con mi madre y ser “novio oficial”, ahí se
Multiplicaron mis pesares, mi tía abuela, al contarle mi madre que Juan había ido a verla
Empezó mi tía con: << ¡pendeja, se la esta chingando en tu propia cama!>> y cada noche mi
Madre, me daba un codazo y empezaba a regañarme, a insultarme y cuando íbamos con mi
Coma, le echaba más leña a la hoguera. Hablé con Juan, le conté lo que pasaba con mi madre,
Fue cuando se le ocurrió que nos casáramos y yo pensé que era lo mejor, me dije: << Bueno,
Ya casados, todo va a ser diferente, ya no celos, ya no va atráeme casi corriendo de cuando
Regresábamos del cine, ya no esto, ya no aquello… todo fue peor, ya casados, ya no eran
Cachetadas o golpes en las piernas o en la boca del estomago, me dio un puñetazo en el ojo
Que me hizo ver que el techo daba vueltas, esa vez, después de un mes de haberme casado
Sin el consentimiento de mi madre, porque se hizo la dormida, me acompaño mi cuñada
Adela, quién yo consideraba más discreta. Cuando llegamos, mi madre me recibió muy
Fría, estaba mi tío abuelo Chato, y él me hablo muy bien, al rato llego la Chata, mi madre biológica
Y todo bien, desayunamos con mi ellos, cuando nos despedimos, ya teníamos como media cuadra
Caminando, cuando salió la Chata y me grito, me saludas aquel cabrón (ella siempre hablaba así)
Cuando llegamos a casa de mis suegros, Juan estaba ayudándole a mi suegro o a mi cuñado con
el auto, y me dijo mi suegra que fuera a hablarle para que comiera, Juan estaba tomando y me contestó
de mala manera, agarro mi bolsa y las llaves y me fui al cuartito en donde vivíamos, esa tarde no comí,
ya en la noche llegó Juan, dando una patada a la puerta la abrió, empezó a reclamarme el porque
mi madre (la Chata) le había dicho cabrón, le dije que ya sabia que ella hablaba así, que era su forma de ser
empezó a pegarme, al defenderme, lo rasguñe, y con el puño cerrado me dio en el
ojo izquierdo, recuerdo que vi que el techo que giraba y yo grite diciendo¡¡ hay mi ojito, mi ojito!! Y el mismo golpe me aventó a la cama y yo tapándome el ojo con la mano, me insulto y me dijo que a él, ninguna mujer
lo rasguñaba, ya cuando se le bajo el coraje, me abrazo y recuerdo que vomite algo espeso color café, me dijeron que fue la bilis y que me reventó algunas venitas del ojo, porque me quedo rojo.
Al no tener trabajo seguro, nos fuimos a vivir con mis suegros, cuñadas y cuñados he inicio mi prisión