Una de las consecuencias de que Dios esté en nosotros, nos llevará a mejorar nuestra vida de oración. Si Dios está en nosotros, no tenemos que buscarle fuera de nosotros… no tenemos que mirar al cielo para orar… simplemente debemos buscar a Dios en nuestro corazón, en nuestro ser.
Os dejo con un poema de Santa Teresa de Jesús que resume cómo debe ser la oración a Dios en nosotros