Si me diera la oportunidad de volver a conquistarla,
si permitiera que mis suspiros entraran despacito,
lentamente en su corazón, no cometería los mismos
errores que me llevaron a descuidarla, a perder su amor.
Si acaso viera la humedad de mis ojos en la soledad de
la melancolía cuando al llegar otra vez la noche solo la luna
me hace compañía, se esconde, me mira, vuelve a aparecer,
se baja hasta donde estoy, llora conmigo.
Si yo pudiera viajar en el tiempo hacia atrás en un acto de
magia, de encanto, para oír su voz, la misma que no me
cansaba de escuchar una y otra vez, cada te quiero, cada
letra de su te amo, te necesito, eres todo para mí,
voz que como melodía escapaba de su alma.
Si pudiera sentir de nuevo cada caricia de sus manos que
abrían los surcos de mi cuerpo haciendo estremecer mis
sentidos, mis ganas, si yo pudiera por unos instantes dejar
de sufrir su ausencia, la falta de su respiración.
Si yo pudiera olvidar todos esos momentos de felicidad
que a su lado vivía, si su calor no me hiciera falta cuando
la escarcha del frío congela mis sentidos, estos pedazos que
quedan de mi cuerpo, si la lluvia que cae afuera sobre el
techo no me hiciera temblar, si en esta habitación no entrara
por la ventana la brisa de su olvido, si el tiempo no fuera
interminable, si no tuviera espinas, restos de sus besos,
de su perfume, la almohada que parece una piedra sobre mi cabeza.
Si me diera la oportunidad, si leyera cada uno de mis versos.