Por las noches,
en la infinitud de mis ensueños,
me elevo por los aires y me escapo
de la cárcel del cuerpo…
¡Vuelo hacia ti, trepado en un cometa
de fosforescente cabellera ondulante…!
Y contemplo tu etéreo. Transparente.
En la irrealidad de mirarte,
aún sin verte…
Transpuestas las distancias materiales,
fuera del globular planeta,
dónde la sombra es luz,
y la luz, ciencia,
te encuentro en las raíces celestiales
de donde provenimos
por creación perpetua,
y me abrazo sin brazos a tu esencia.
En esas dimensiones siderales
en que el Amor gobierna,
acudo a nuestra cita
sin esperas…
Te brindo el beso Universal y Eterno
que nuca has recibido,
ni te dieran,
que mi onda espiritual proyecta
en la perpetua búsqueda
de tu órbita y eternal silueta.
Seremos por siempre un sentimiento
que traspone los umbrales de lo incierto,
-y se eleva sin límites-
¡Creciendo…!
Fuera de dimensiones y de tiempos.
Que quema como estrellas con sus fuegos,
y arremolinan vientos
siempre eternos.
¡Sí…!
¡Por las noches yo voy hacia tu encuentro…!!!
Para unirme contigo en el perfecto
amor que vence el cuerpo.
¡Te Amo…!
En la eternal caricia de los vientos,
que noche tras noche me transportan
ha consumar contigo un nuevo encuentro …
Y al llegar la mañana,
vuelvo al mundo,
y traigo de las alturas la pureza,
de una flor que cortada de un cometa,
he de brindar a la Diosa de mis sueños.
Así, como la blanca rosa
que he traído,
naciera sin nacer de un mundo incierto,
también con ella va mi vida,
que cada noche entrego
en nuestro nuevo encuentro…
¡Cuida de ella mi Reina y mi Señora!
Que en tus manos delicadas y pequeñas,
guardas el alma de un poeta enamorado,
que de tanto y tanto Amarte…
¡Por las noches sueña…!