La noche será oscura, llega la navidad y el día se habrá ido, mientras me despedía un infierno de nubes se estacionó en mi pecho. Y pedirá mi locura nunca haberte conocido, sin ti quedó pendiente un beso una mirada, una vida juntos. En ésta soledad es curioso como a veces se puede llegar a ser tan inocentemente cruel con lágrimas amargas en el invierno de mis ojos. Con el aroma frio de la indiferencia que abraza con ásperas caricias, caen de mis ojos las rosas de tu ausencia.