LA DULZURA DEL ANGELUS
La dulzura del ángelus matinal y divino que diluyen ingenuas campanas provinciales, en un aire inocente a fuerza de rosales, de plegaria, de ensueño de virgen y de trino
de ruiseñor, opuesto todo al rudo destino que no cree en Dios... El áureo ovillo vespertino que la tarde devana tras opacos cristales por tejer la inconsútil tela de nuestros males,
todos hechos de carne y aromados de vino... y esta atroz amargura de no gustar de nada, de no saber adónde dirigir nuestra prora,
mientras el pobre esquife en la noche cerrada va en las hostiles olas huérfano de la aurora... (¡Oh süaves campanas entre la madrugada!)
(RUBèN DARìO)
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