EL SUEÑO DEL NIÑO JESÚS.
La Virgen María pensaba y sufría, Jesús no quería dejarse acostar.
-¿No quieres? -No quiero. Cantaba un jilguero, sabía a romero y a luna el cantar.
La Virgen María probó si podía del son que venía la gracia copiar.
María cantaba, Jesús la escuchaba, José que aserraba dejó de aserrar.
La Virgen María cantaba y reía, Jesús se dormía de oírla cantar.
Tan bien se ha dormido, que el día venido, inútil ha sido gritarle y llamar.
Y entrando ya el día, como Él aún dormía, para despertarlo la Virgen María tuvo que llorar.
Eduardo Marquina (1879-1946)
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