Me merezco todo lo bueno.
No algo, no un poquito, sino todo lo bueno.
Ahora dejo atrás
todos los pensamientos negativos y restrictivos.
Me libero y me olvido
de todas las limitaciones de mis padres.
Los amo y voy más allá de ellos.
No soy sus opiniones negativas,
ni sus creencias limitadoras.
No me ata ningún miedo ni prejuicios de la sociedad en que vivo.
Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi mente, tengo libertad absoluta.
Ahora entro a un nuevo espacio en la conciencia,
en donde me veo de forma diferente.
Estoy creando nuevos pensamientos
acerca de mi ser y de mi vida.
Mi nueva forma de pensar
nace de nuevas experiencias.
Ahora sé y afirmo
que formo una unidad
con el Próspero Poder del Universo.
Y por lo tanto, recibo multitud de bienes.
La totalidad de las posibilidades
se encuentra ante mí.
Merezco la vida, una buena vida.
Merezco el amor, abundante amor.
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar.
Merezco la alegría y la felicidad.
Merezco la independencia,
la libertad de ser todo lo que puedo ser.
Merezco mucho más que todo eso.
Merezco todo lo bueno.
El Universo está más que dispuesto
a manifestar mis nuevas creencias.
Y yo acepto la abundancia de esta vida con alegría, placer y gratitud.
Porque me la merezco,
la acepto y sé que es verdad.
-De la Red-