No transforme a su mascota en un hijo las tendencias actuales apuntan a que la tenencia de un animal de compañia en muchos casos viene al reemplazar el lugar del hijo que se fue o en forma dramática, de aquel que nunca existio.
Los entendidos en relaciones humanas saben muy bien que la importancia de una mascota dentro del núcleo familiar puede llegar a compararse con la que tendría un ser humano. Perros y gatos muchas veces se transforman en verdaderos "hijos" a quienes sus "padres" entregan todo lo que esté a su alcance para generar una relación lo más humanizada posible.
En ciudades donde el tiempo y el espacio disponible para la recreación es cada vez menor las mascotas juegan un rol fundamental en la vida cotidiana de las personas. Parejas de adultos mayores, quienes vieron partir a sus hijos hace años, o sencillamente parejas jóvenes que no están preparados para enfrentar los gastos que implica un hijo, se deciden por el animal de compañia. Aunque esta actitud no es erronea, no debemos confundir el trato hacia la mascota con los cuidados que se darían a un hijo.
Los gatos de departamentos casi nunca salen de su habitat y mas aun es casi seguro que al hacerlo se desorientan y pueden perderse dentro de la misma cuadra, o incluso en los jardines cercanos. Por otra parte, los perros que no estan acostumbrados a salir a parques y conocer otros animales pierden sociabilidad, y ademas no tienen defensas desarrolladas para enfrentar simples resfrios o infecciones.
En suma, no es recomendable tener la mascota en el encierro. Tampoco podemos entregar una dieta muy elaborada y menos pensar en que al animal estará a gusto comiendo "Golosinas" en reemplazo de los excelentes alimentos extruidos que hoy en dia se conocen.
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