UN ARROZ DE VERANO.
El pacifico y los andes solían amarse sin limites. Como el verdadero amor.
Un día el desierto, lleno de celos, su puso entre ellos, decidido a separarlos para siempre. No lo logro.
De pronto, las lagrimas del ande se convirtieron en ríos que iban a llorarle al mar y ocurrió el milagro.
En su camino, las lagrimas iban dando vida al fruto de su amor: Fértiles valles en los que los antiguos habitantes del Peru dieron vida a la historia, a la vida.
La receta de hoy trata de eso, del abrazo entre la tierra y el mar, entre el pescador y el agricultor, entre pueblos de aquí y de allá, del amor.
En una sartén, sudar lentamente ajo y aceite de oliva. Añadir unas alcachofas peladas y cortadas en dados. Añadir un chorro de vino blanco y otro de caldo de pollo. Cocer dos minutos. Licuar.
En una sartén honda, cocer lentamente ajo molido, cebolla picada finamente y una ramita de romero. añadir arroz crudo de preferencia redondo. Añadir un chorro de vino blanco y dejar hervir un minuto. Añadir poquito a poco caldo de pollo mientras movemos con una cuchara el arroz a fuego lento. Se seca y volvemos a echar caldo hasta que luego de 12 minutos le echamos mantequilla, el puré de alcachofas anterior y movemos con mas cariño dos minutos mas. Probamos de sal , pimienta.
En otra sartén rápidamente saltamos colitas de langostinos con alcachofas peladas, ajo molido, ají panca seco picadito y perejil picadito. Echamos un chorrito de vino blanco, otro de limón, sal, pimienta, chorrito de oliva y todo junto lo echamos sobre el arroz. Listo el abrazo, listo el amor. |