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26 de Octubre del 2002
Decenas de miles de personas marcharon pacíficamente en la tarde del sábado 26 de octubre, en una demostración antiguerrerista que tanto los organizadores como la policía sugirieron que probablemente fuera la más grande en Washington desde la era de Viet Nam, con más de 100 000 participantes.
En San Francisco miles marcharon también por el centro de la ciudad. Protestas similares tuvieron lugar en Maine y el estado de Washington, así como en Chicago, Denver, Indianapolis, Ann Arbor, Taos, San Antonio, Cincinnati, Augusta y San Juan Puerto Rico.
En la demostración de Washington DC hubo varios oradores: Jesse Jackson, la actriz Susan Sarandon, la cantante Patti Smith y el ex Fiscal General Ramsey Clark entre otros. Leonard Weinglas, prestigioso abogado norteamericano y líder de causas de derechos civiles en Estados Unidos fue uno de esos oradores.
A continuación la presentación e intervención de Leonard Weinglass en la Marcha Antiguerrerista que tuvo lugar en Washington D.C, el 26 de octubre del 2002.
Mara Verheyden-Hilliard: Nuestro próximo orador ha estado al frente de todos los movimientos y luchas políticas durante las pasadas tres décadas. Es el líder principal de los abogados de derechos humanos, ha sido un luchador por los activistas políticos y por el derecho del pueblo de los Estados Unidos a disentir y hacer cambios. Ha estado aquí por los 8 de Chicago, por los Documentos del Pentágono, por Angela Davis. Por favor, den la bienvenida a Leonard Weinglass.
Leonard Weinglass: Estoy aquí para hablarles hoy a ustedes de cinco hombres cubanos que comenzaron la lucha contra el terrorismo dirigido contra su país desde los Estados Unidos, y están ahora cumpliendo cadenas perpetuas en cárceles de Estados Unidos.
Ustedes recordarán que la justificación de la guerra en Afganistán fue que cualquier país que ampare a terroristas es tan culpable como los mismos terroristas. Durante 40 años este país ha amparado a una red de terrorismo en la Florida dirigida contra Cuba; los ha reclutado, entrenado y armado, y cuando Cuba pidió reiteradamente a Estados Unidos, el país que los ampara, que pusiera freno a nuestros terroristas, ellos se enfrentaron a la inacción, y entonces Cuba envió a un grupo de personas aquí a monitorear las actividades de la red terrorista en la Florida, y cuando ellos se acercaron mucho, el FBI intervino y arrestó a los cinco, y los procesó ante la comunidad de exiliados en Miami, y fueron sentenciados a cadenas perpetuas en prisión. Su caso está ahora bajo apelación y necesita del apoyo de ustedes.
Este caso es más fácil de comprender si usted piensa en el caso de Orlando Bosch, un miembro de esa red terrorista, que puso una bomba en un avión de Cubana en 1976, que explotó en el aire, asesinando a 73 personas. El Sr. Bosch solicitó la residencia en los Estados Unidos después de ese episodio, y el Departamento de Justicia y el INS lo consideraron una persona indeseable, señalando sus 30 años de actividad terrorista incluyendo el atentado con bomba, y pidieron que se le prohibiera la entrada en los estados Unidos. Pero, Orlando Bosch tenía un amigo en la Florida, un joven que quería ser gobernador: su nombre era Jeb Bush.
Jeb Bush intervino con su padre que era entonces el Presidente de los Estados Unidos, y George Bush Sr. anuló la decisión del Departamento de Justicia y del INS y le otorgó a Orlando Bosch la residencia en los Estados Unidos. Bosch ahora camina como un hombre libre en Miami, Florida. Camina como un hombre libre, mientras que los Cinco, que no tenían armas, ni explosivos, que no hicieron daño alguno en los Estados Unidos, que no estuvieron envueltos en ninguna información clasificada aquí, que no interfirieron con la Seguridad Nacional, están cumpliendo cadenas perpetuas en cárceles de máxima seguridad aquí en Estados Unidos.
La próxima vez que la Administración Bush moralice acerca de la guerra contra el terrorismo, recuerden a Orlando Bosch, y recuerden a los Cinco cubanos.
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