caray es una pena que millones muriendose de hambre y no solo en argentina y los poderosos gastando millones y millones en una estupida guerra, para ser todavia mas poderosos, el que tiene siempre quiere mas y mas y mas.......que buscaran apropiarse del mundo? parece que les falta poco
Mafalda vs. Santa Claus
FÉLIX LÓPEZ
Por estos días, un célebre personaje de las tiras del humorista Quino ha llevado a Italia el reclamo de los argentinos. Con su talante contestatario, Mafalda grita a la entrada de la exposición: "¡Basta!". Y cuando un reportero de la BBC le pregunta a su "progenitor" a qué o a quién se lo dice, él responde de golpe: "A todo lo que está ocurriendo en el mundo, desde lo que hace Bush hasta todo lo demás".
En esa última categoría, por orden de conmoción, caben los rostros de los niños que mueren de bala o explosión en el Medio Oriente, por el SIDA en África, o por los continuos imponderables de una naturaleza que pierde aliento y vida. E incluye también, a no dudar, las imágenes de niños muertos por desnutrición en Argentina, esas que han provocado en las últimas semanas sentimientos de perplejidad y rabia, impotencia y desesperanza.
Mientras el Gobierno pide al FMI, y los argentinos a San Cayetano, los casos de niños desnutridos de Tucumán no han hecho más que agregar un nuevo episodio a la tragedia: en honor a la verdad hace meses que mueren de hambre pequeños de todo ese país, incluso en Buenos Aires. Y según las estadísticas, el 70% de los menores de 14 años son pobres y más del 40% son indigentes, pobres de toda pobreza.
Los medios han posado sus cámaras sobre los niños famélicos de Tucumán, Corrientes... pero detrás de esos amasijos de huesos y ojos hundidos en los rostros, está lo que no todos alcanzan a reconocer: el saqueo del país, la quiebra de un modelo, la complicidad de las clases dominantes.
Lo peor es que esa angustiante realidad no es privativa de los argentinos. La epidemia se expande al continente, y la gente, desesperada, busca una vacuna que inmunice a sus pueblos de corruptos, fugas de capitales, privatizaciones y toda clase de sugerencias contenidas en los manuales de filósofos y arquitectos neoliberales.
Y todavía hay quien se atreve a encandilar tantos ojos llenos de pobreza. La noche del pasado domingo, para citar solo un ejemplo, en la ciudad hondureña de San Pedro de Sula, se encendió lo que la prensa local ha calificado como el árbol navideño más alto de Centroamérica: un millón de luces multicolores y
28 000 adornos que terminan en una estrella fulgurante a 32 metros de altura.
El Alcalde de la ciudad, acompañado por los ejecutivos de la subsidiaria de Pepsi en Tegucigalpa, que aportó los 26 500 dólares que costó el "arbolito", dijo a la prensa que "ese regalo llenará de luz y esperanza a todo el pueblo", pero de seguro no se tomó ni un minuto para calcular a cuántos niños se podía haber vacunado con esa cifra. La Pepsi, por su parte, aseguró su publicidad y allanó el camino para que Santa Claus, entre triunfante en las alumbradas tiendas de la clase alta.
saludotes revolucionarios
anelita