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General: "Charco de Sangre' en Chile
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De: Galo760 (message original) |
Envoyé: 05/09/2003 14:54 |
MANDATARIO CHILENO PERMITE ENTRADA A CHILE DE PERSONEROS DEL REGIMEN ENTRE LOS QUE SE ENCUENTRA EL AUTOCONFESADO CRIMINAL DE GUERRA FERNANDO FLORES IBARRA ("CHARCO DE SANGRE")
Fuentes Ibarra ha admitido al menos haber dirigido mas de un centenar de ejecuciones sumarias en Cuba.
Tras una enérgica intervención de La Moneda, el Gobierno resolvió autorizar el ingreso a Chile de dos de los máximos personeros del régimen de FERNANDO FLORES IBARRA:
"ESAS MUERTES NO ME QUITAN EL SUEÑO"
El jerarca castrista que envió más opositores al paredón admite apoyo de Cuba al Frente Patriótico Manuel Rodríguez Fidel Castro -Néstor León Sobral y José Arbesú- cuyas visas se encontraban "congeladas" y en estudio en la Cancillería. El conflicto se produjo a comienzos de semana tras la segunda negativa del Gobierno de La Habana a autorizar la visa de ingreso al senador socialista Jaime Naranjo, hecho que fue rechazado por unanimidad en el Senado y habría gatillado la decisión del Gobierno de actuar con el principio de "reciprocidad" y adoptar una actitud similar con los dos personeros cubanos. "UN VERDUGO DUERME LA SIESTA EN EL BARRIO ALTO"
Roberto Ampuero responde a Fernando Flores Ibarra
Al trascender las intenciones de la Cancillería, los senadores PS Carlos Ominami, Ricardo Núñez, Jaime Gazmuri y el propio Jaime Naranjo -convencido por sus pares- se reunieron con los ministros Soledad Alvear y José Miguel Insulza, en Valparaíso, para tratar de revertir la situación y evitar problemas en el ya conflictivo trigésimo aniversario del 11 de septiembre de 1973. Según trascendió, esta iniciativa fue respaldada por La Moneda, que instruyó a la Canciller Alvear para concretar una rápida solución al conflicto en ciernes.
Por Patricio Gonzalez El Mercurio Santiago de Chile Chile La Nueva Cuba Septiembre 5, 2003
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De: Galo760 |
Envoyé: 05/09/2003 15:15 |
FERNANDO FLORES IBARRA: "ESAS MUERTES NO ME QUITAN EL SUEÑO"
El jerarca castrista que envió más opositores al paredón admite apoyo de Cuba al Frente Patriótico Manuel Rodríguez
El poderoso ex embajador de Castro en Francia, Fernando Flores Ibarra, sale al paso de las versiones de su ex yerno Roberto Ampuero sobre la revolución cubana y habla con franqueza inusitada de los cientos de personas que ordenó ejecutar. Además, justifica la decisión de La Habana de armar y entrenar a la izquierda chilena.
Por Cristián Bofill Santiago Diario La Tercera Chile Mayo 3 2001 -------------------------------------------------------------------------------- "La revolución cubana no va a finalizar con Fidel, porque está afincada en vínculos muy sólidos. Sea cual sea la situación, sería tan grande la resistencia que costaría demasiados muertos al enemigo. Y nuestro enemigo no arriesga muertos", asegura Fernando Flores Ibarra, "Charco de sangre" (Foto: COPESA). "El libro es una distorsión de mi vida y de mi país" Fernando Flores Ibarra entregó a La Tercera una declaración con fuertes críticas personales a Roberto Ampuero, a quien define como "un proxeneta de lujo", entre otros epítetos. Aquí, algunos extractos de ese texto. -"Nuestros Años Verde Olivo es un tergiversado y muy taimado relato del período que Ampuero vivió en Cuba. Esto me consta porque soy el personaje Ulises Cienfuegos (uno de los pocos nombres que fue cambiado). En dicho libelo, el autor -cual consumado alcahuete- pone en evidencia que carece del más elemental sentido del pudor, amén de decencia y decoro, regodeándose en revelar nombres y hechos que sólo conciernen a quienes un día abrieron las puertas de su casa para darle acogida como yerno, esposo o amigo. Al parecer, Ampuero ignora la existencia del derecho a la privacidad. Y este libro no es más que eso: una historia chismosa y distorsionada de una parte de mi vida, de mi familia y mi país".
-"Ampuero sería hoy un don nadie si no hubiese tenido la suerte de vivir en Cuba. Gracias a la Revolución cubana y a sus suegros tuvo casa, comida y ropa limpia. Con el sustento resuelto, se dedicó a sacar provecho de la nueva beca obtenida. Y una vez concluida la meta de ser profesional, con el título de licenciado bien seguro bajo el brazo, salió de Cuba, dejando atrás dos hijos, uno de ellos de su matrimonio fracasado, de quienes poco o nada se ocuparía en adelante".
-"Su salida de La Habana no fue en nada traumática o plagada de amenazas. Salió como todo viajero común y corriente, con su pasaporte, rumbo a Alemania Federal. Allí, en contra de lo que su libro relata, se mantuvo en amistoso contacto con la Embajada de Cuba. No podía ser de otro modo: aún le era útil conservar un aura progresista, pues no hay que olvidar que en esos años -principios de los ochenta- el socialismo europeo aún no daba señales de descalabro y para un redomado oportunista es imprescindible estar bien con Dios y con el Diablo".
-"Que quede constancia: desde 1995, Ampuero se ha dedicado a usar diversas tribunas públicas para difamar a mi país y a mí mismo sin el menor decoro. Como el respeto es para quienes lo practican, ya es tiempo de romper el silencio". Fernando Flores Ibarra se ganó el apodo de "Charco de sangre" entre 1961 y 1964, cuando se desempeñó como fiscal de la revolución cubana y envió a más de 100 "contrarrevolucionarios" al paredón. Posteriormente, realizó una destacada carrera como embajador de Fidel Castro en lugares como Francia, Yugoslavia, Suecia, Polonia y Ecuador. Respetado y temido en La Habana, Flores Ibarra estaba acostumbrado a guardar celosamente su vida privada hasta la aparición de la novela "Nuestros Años Verde Olivo", escrita por su ex yerno chileno Roberto Ampuero. En el libro, Flores Ibarra es retratado como el embajador Ulises Cienfuegos, que llega a apuntar con una pistola a la cabeza de su yerno para obligarlo a desaparecer de la vida de su hija.
Actualmente de 71 años, Flores Ibarra está jubilado y asegura que no le molesta su responsabilidad en más de un centenar de ejecuciones. Lo que sí lo saca de quicio son las críticas de su ex yerno a la revolución cubana y las revelaciones sobre los años en que fue parte de su familia. "Lo que hizo ese descarado es una canallada, por eso he aceptado por primera vez hablar sobre él en público", dice el ex embajador, quien se contactó con La Tercera para dar su versión respecto de los hechos relatados en la serie especial "La historia inédita de los años verde olivo".
Casado con una chilena, en los últimos años Flores Ibarra ha estado en numerosas ocasiones en Santiago, siempre manteniendo un bajo perfil, que sólo ahora rompe para fustigar a su ex yerno y defender a la revolución cubana. En las próximas semanas, lanzará a través de ediciones LOM su libro de memorias "Yo fui enemigo de Fidel". En el texto, dedicado a Castro y que no se aparta un milímetro del discurso oficial cubano, Ampuero no está mencionado.
-¿Se identifica usted con el personaje Ulises Cienfuegos de "Nuestros años verde olivo?
-El personaje está basado en mi persona. Y mi comentario sobre eso es que Roberto Ampuero es un miserable. Es la primera vez que hablo en público sobre él, pues por asuntos muy personales no había querido nunca salirle al paso.
-Usted es conocido por el apodo de "Charco de sangre". ¿Es verdad que mandó a fusilar a más de 100 personas entre 1961 y 1964 en la isla, cuando Castro desató su más dura represión?
-Es posible. No he contado para saber si fue esa cifra, pero ¡nunca me he arrepentido!.
Esas muertes no me han quitado el sueño. Jamás he dejado de dormir un minuto, ni siquiera en la siesta. ¿Sabe por qué? La mortalidad infantil en mi país es de sólo siete por cada mil habitantes. Es decir, con la revolución le hemos salvado la vida a cientos de miles de niños. También fusilamos gente, aunque no me jacto de eso ni mucho menos.
-¿Es cierto que usted condenó al paredón incluso a ex amigos, como Eufemio Fernández? -Sí, como no. Eufemio Fernández era un gángster que había iniciado contacto con traficantes de droga norteamericanos. Conocidos fuimos, pero nunca amigos.
-¿Tuvo participación en la ayuda militar cubana a la izquierda chilena? -No. Pero puedo decir lo siguiente: cuando América Latina, siguiendo órdenes de los yanquis, rompió relaciones con Cuba, a excepción de México, nos sentimos con las manos libres para tomar cualquier actitud frente a los países que nos habían despreciado. Pero en la serie de artículos publicados por este diario, hay cosas ridículas. Por ejemplo, eso de que Fidel Castro despreciaba a Allende y que ahora desprecia a Hugo Chávez, es falso. En Chile, sólo intervenimos después de la caída de Allende.
-¿Por eso Cuba organizó el Frente Patriótico Manuel Rodríguez?
-Eso no lo niega nadie. Nadie niega que nosotros ayudamos después de que cayó Allende, cuando este país rompió relaciones con Cuba.
-El FPMR fue formado por chilenos, en escuelas militares cubanas como la Camilo Cienfuegos...
-No conozco eso en detalle. Lo que sí sé es que ayudamos y que dimos instrucción militar y que eso no se lo hemos negado a nadie.
-¿Podría Roberto Ampuero viajar a Cuba y dar una entrevista a un diario como lo hace ahora usted en Chile?
-No puede, sencillamente porque Cuba está en una situación de guerra. Eso es lo que la gente olvida cuando critica a Cuba. Primero que nos abran la puerta, que nos reconozcan, que no nos manden agentes a poner bombas, que no siga la actividad subversiva en mi país. El día en que todo sea normal en Cuba, entonces el señor Ampuero podrá dar entrevistas. Ahora, sencillamente no podemos darle chances a ninguno de nuestros enemigos. Estamos en guerra.
-Pinochet utilizaba el mismo argumento de la guerra al descalificar a sus adversarios.
-Entonces en eso coincidimos con Pinochet. Por qué no. Pero en Cuba nadie ha podido mencionar el nombre de un desaparecido, jamás. Nosotros combatimos la subversión y la agresión de la potencia más poderosa del mundo aplicando la ley.
-Sus constantes viajes a Chile han despertado sospechas. Se dice que usted estaría preparando acá un refugio para colaboradores de Fidel en caso de que su régimen caiga. ¿Qué tan cierta es esa versión de que las empresas que tiene en Chile pertenecen también a otros involucrados en la represión cubana, para cuando venga la transición y no puedan quedarse en la Isla?
-¿Por qué gente como yo no podría quedarse?
-Porque usted envió a más de un centenar de personas al paredón ¿Existe esa operación de traslado? Una persona que conoce su relación con Castro asegura que usted es dueño en Chile de una cadena de farmacias y otras empresas ¿Qué inversiones tiene en Chile?
-Me da risa oír cosas tan fantasiosas. La revolución cubana no va a finalizar con Fidel, porque está afincada en vínculos muy sólidos. Sea cual sea la situación, sería tan grande la resistencia que costaría demasiados muertos al enemigo. Y nuestro enemigo no arriesga muertos.
-¿Qué inversiones tiene usted en Chile?
-Yo vivo de lo que gana mi mujer. La pensión que tengo la cobro en Cuba. Consigo el pasaje, pero vivo de mi mujer que es médico y que comparte conmigo su dinero. Además, no nos vamos a quedar en Chile. Tengo la libertad de ir y venir de Cuba cuando quiera.
-Usted es una de las personas más odiadas por el exilio cubano ¿No teme un atentado?
-Sería mejor morir en un atentado que en una cama. Tengo 71 años ¿Qué me queda? Cinco o seis años de vida.
-Hablemos de chilenos influyentes en Cuba ¿Conoce a Max Marambio?
-Sí, cómo no. Es una persona cuyas actividades empresariales, creo, siempre han sido lícitas, tanto dentro como fuera de Cuba. Es amigo de Fidel Castro... Pero si se entiende como influyente a alguien que pueda hacer lo que le dé la gana, eso no existe en Cuba.
-¿Conoció a Marambio como empresario o como oficial de Tropas Especiales?
-Yo lo conocí hace mucho tiempo, pero creo que ya estaba fuera de Tropas Especiales. Lo conocí cuando fundó la corporación Cimex. Y me imagino yo que al momento de empezar a trabajar en eso él dejó de ser oficial de Tropas Especiales. Yo admiro a Max por su inteligencia, por su agresividad en los negocios. No creo que haya hecho nada ilícito, por lo menos en Cuba.
-¿Qué le parece que el FPMR haya asesinado al senador Jaime Guzmán y luego secuestrado a Cristián Edwards en 1991, en momentos en que Chile y Cuba negociaban la reapertura de relaciones?
-Un principio que tiene que ver mucho con la existencia de la revolución cubana es que respetamos meticulosamente a todos los países -independiente de su posición política e ideológica- que tengan relaciones con Cuba. Bajo el gobierno de Aylwin había un proceso de acercamiento. Yo, por ejemplo, recuerdo que la primera vez que vine a Chile, Pinochet ya se había ido y había un grupo que ponía bombas. Se llamaba el Lautaro, creo. Yo era embajador en Francia, y vine a Chile vine como ciudadano cualquiera a conocer a la familia de mi mujer. En el gobierno chileno se enteraron de mi visita, por lo que me reuní con el ministro del Interior, Enrique Krauss, y el subsecretario Belisario Velasco. El ministro Enrique Correa me hizo una comida. Y todo era para que nosotros los ayudáramos a detener a este grupo. ¡Y no teníamos nada que ver! Eso es una prueba de cómo a veces nos endilgan la responsabilidad cuando no la tenemos en absoluto.
-Pero sí tenían todo que ver con el FPMR que en esos años también estaba activo y era liderado por oficiales cubanos retirados. Incluso, uno de ellos, "El Chele", era yerno de Raúl Castro. ¿Ayudó Cuba a desarticular al FPMR-A?
-No tengo una respuesta para eso, pero es posible.
-¿Conoció usted a "El Chele"?
-Creo que una vez, en una casa en que yo estaba, llegó él y me lo presentaron, no estoy seguro. No recuerdo ni la fecha siquiera.
-¿Es un problema de lealtad militar, política o familiar el que Cuba nunca haya colaborado con Chile para detener a los dirigentes del FPMR involucrados en el asesinato de Guzmán?
-¿Y cómo podría Cuba colaborar en eso?
-Se trata de ex oficiales cubanos, cuya permanencia en Cuba fue comprobada por la policía chilena.
-No tengo la menor idea de esa situación. Lo que sí le puedo afirmar es que Cuba, repito, no sólo no interfiere en los asuntos internos en cualquier país con que tenga relaciones, sino que también evitará cualquier actividad que se quiera hacer en su contra desde su territorio.
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