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LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
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General: Cuba supera en medicina a los países imperialistas.
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Anti-gusano  (Mensaje original) Enviado: 25/01/2004 02:30
La medicina es una de las ciencias más importantes, ya que es la encargada de mantener la salud del ser humano.  Un país que tenga pocos habitantes por médico será un país en que el bienestar de la población aumente considerablemente ya que la salud es una de las cosas básicas que necesita una persona para que su vida sea placentera y evidentemente será un país que le da mucha importancia a la felicidad de su pueblo y a la educación universitaria.  Estas estadísticas que doy a continuación están extraídas del Almanaque Mundial 2004 (fuente no castrista), si quieren pueden consultarlo por su propia cuenta para comprobar su veracidad.
HABITANTES POR MEDICO:
Cuba 175
Italia 193
España 241
Alemania 279
Francia 346
Estados Unidos 365
Canadá 508
Japón 508
Países Bajos (en moral) 582
Reino Unido 629
 
Ante estas estadísticas y teniendo en cuenta que Cuba es un país pequeño, pobre, bloqueado y no imperialista solo cabe decir: FIDEL QUE GRANDE SOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: meche_cpr Enviado: 25/01/2004 13:17

LA HABANA, noviembre 2003 (Reciente no creen?) -

Uno de los mitos más anunciados por el gobierno cubano es la gratuidad de la medicina. En épocas de crisis, cuando el velero revolucionario parece naufragar, se nos recuerda a todos los cubanos que "esta gran conquista social" se la debemos a la generosidad del sistema.

Como es natural, donde más víctimas ha cobrado esta propaganda es en el exterior. Casi semanalmente se nos muestra en la televisión las alabanzas de académicos, políticos y artistas extranjeros.

Pero para el cubano de a pie que monta los camellos para ir a su trabajo, mantiene a su mujer y dos hijos con un salario ficticio, esto no pasa de ser una letanía que no tiene ningún vínculo con la realidad. Paralelamente a toda esa publicidad de altruismo socialista se esconde una verdad que dejaría boquiabierto al que la conozca.

Para empezar pudiéramos hablar de los servicios médicos gratuitos de "los humildes y para los humildes". Una higiene pésima debido a la carencia de agua en los hospitales, escasez de medicinas -y no precisamente por el bloqueo como veremos más adelante- más la negligencia de médicos y enfermeras, caracterizan a esta potencia médica de la que muchos cubanos se quejan y a la cual ridiculizan. No por gusto la gran mayoría prefiere acudir a un brujo o espiritista que le cure sus dolencias antes que acudir a la consulta médica.

Los hospitales de más mala fama entre los habaneros son el Julio Trigo, en Arroyo Naranjo, y la antigua clínica Dependientes, en el municipio 10 de Octubre. Al primero se le conoce como Coppelia (rememorando a la ya no tan famosa heladería del Vedado) pues se corre el riesgo de entrar caliente y salir frío. Es decir, muerto.

Pero como en la viña del Señor hay de todo, tenemos también hospitales privados. La gran mayoría de éstos trabajan como sanatorios y están en manos de órdenes religiosas. Su tarifa mensual oscila entre los 150 y los 110 pesos mensuales por estadía y tratamiento. Ofrecen también otros servicios privados, como cafeterías.

El hospital psiquiátrico San Juan de Dios, en las afueras de Arroyo Naranjo, colindante con un barrio llamado La Fortuna, atiende alcohólicos, dementes o personas con desórdenes nerviosos. El tratamiento, la higiene y la atención son exquisitas. Al frente de este hospital se encuentra un padre español que, según algunos, prefiere atesorar billetes de los pocos que se atienden allí, que buenas obras.

De la otra parte tenemos hospitales de urgencia y especializados, como el ortopédico Frank País y el Cira García, a donde asiste la nomenclatura del país y donde se atienden los extranjeros. Sus precios en dólares son astronómicos. Al menos para nosotros, pero igualmente sus servicios son impecables. Cuartos privados, televisión por cable y todo tipo de medicina disponible. ¿Y el bloqueo?

Entre los hospitales a los que acude la jerarquía está el Naval, que atiende al ministerio del Interior (MININT) y a las Fuerzas Armadas (FAR). En éstos tampoco se carece de nada, y al parecer son inmunes a la epidemia del bloqueo, que sólo ataca a los pobres.

Luego, con un salario que no cubre la canasta básica de alimentos, con la única opción de acudir a hospitales semidestruidos donde se corre el riesgo de morir por los malos cuidados, y la imposibilidad de denunciar esto sin que nos llamen traidores, ¿se puede hablar de medicina gratuita? cnet/32

Ah sin contar que los médicos cubanos fueron enviados a Venezuela y que las medicinas genéricas que se fabrican en Cuba son vendidas principalmente a España.

No sé de dónde pudo extraer estas estadíscas el Almanaque Mundial, puesto que es de todos conocido que los resultados del último estudio poblacional realizado en Cuba aún no han sido publicados. 

2 + 2 son 4 no 8 ni 16. 

SOS? Eso no me suena muy cubano que digamos. 



Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Maiko668 Enviado: 25/01/2004 13:17
Esa noticia fue dada por telefono,y quien la dio?.esa si es verica pues fue dada por un opositor al gobierno de Castro.que tal raza.

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: tango Enviado: 06/02/2004 14:00
Y ahora en boca de un medico Cubano, tango
 
Ser médico en Cuba es una de las peores desgracias que le pueden ocurrir a un ser humano. La robolución necesita de su esfuerzo para permanecer en el poder y no duda en esclavizar en el extranjero a miles de licenciados en medicina. A pesar de las farsas que muchos quisieron creer, es este el más importante éxito de la sanidad castrista. Libertad Digital ha hablado con un cirujano cubano que ha pedido refugio en Madrid después de haber sido forzado a trabajar para la tiranía en Nicaragua y en Guinea Ecuatorial.

Pregunta: ¿Por qué ha pedido asilo en España?
Respuesta: Me sentía como un esclavo. Me obligaron a separarme de mi familia y a abandonar mi país para trabajar por un sueldo miserable en Nicaragua y en Guinea.
P: ¿Por qué no se negó?
R: No puedes negarte. Si lo haces te califican de miedoso, de flojo y de desafecto, te inscriben en la lista negra y comienzas a tener problemas. Caes en desgracia y por cualquier pretexto pierdes el trabajo y te persiguen de por vida.
P: ¿En qué consistió su primera “misión” internacional?
R: En el año 1986 me obligaron a trabajar como primer cirujano en Nicaragua sin haber terminado mis estudios de cirugía. Dirigí intervenciones de mucho riesgo sin ser todavía cirujano.
P: ¿El gobierno cubano les presentaba como especialistas sin serlo?
R: Por supuesto. Engañamos a los nicaragüenses haciéndoles creer que habíamos terminado nuestros estudios cuando todavía nos faltaban dos años para licenciarnos. Nos “vendieron” como cirujanos sin haber concluido la carrera. Trabajé 25 meses en Nicaragua por 11 dólares mensuales para que Castro pudiera presentarse como un líder mundial que corría en auxilio de los más pobres. Por desgracia, no fue esta mi única experiencia en el extranjero. Años después, en el mes de agosto de 2001, me “sugirieron” –como ellos sólo saben hacerlo– que aceptara servir a la revolución en Guinea Ecuatorial. Aunque cueste creerlo, en África me sentí aun más esclavo que en Nicaragua. Nos vigilaban constantemente. De este cometido se encargaban, Dimas Lima, encargado de negocios de Cuba en Guinea, y el jefe de la misión médica. No podíamos acercarnos a una embajada sin que ellos lo supieran. Para el gobierno cubano, los médicos somos inmuebles del Estado.
P: ¿Cómo consiguió llegar a España?
R: Al hacer escala en Madrid después de visitar a mi familia en La Habana. Aproveché que me habían concedido una visa de tránsito para salir del aeropuerto de Barajas y pedir asilo político. No puedo regresar a Cuba. En la isla había tenido relación con la disidencia y sirviéndome de mi trabajo en un hospital les había ayudado en lo me fue posible. Mis hijas ya no cuentan con mi sueldo, pero espero que me concedan el asilo político y regularizar mi situación para –gracias a la reunificación familiar– reunirme con ellas.
P: La tiranía siempre se queda con rehenes.
R: Gracias a ellos perdura el régimen de los hermanos Castro. Yo mismo –a pesar de todo lo que he sufrido y sufro– en cuanto se me permita trabajar enviaré la mayor parte de mi salario a mis hijas. No me queda más remedio si no quiero que mueran de hambre. En Cuba hay de todo, pero sólo para los que tienen divisas para comprarlo. Ni siquiera los cubanos que tienen dólares pueden entrar en una farmacia para extranjeros, han de pedirle a un turista que les compre la medicina que necesitan. Con pesos no puedes adquirir ni una aspirina. Como usted sabe, son los propios enfermos los que tienen que llevar las sábanas, las toallas y los medicamentos a los hospitales. El gobierno trata de ocultar una verdad que todos conocen. Un buen ejemplo de ello es la polineuropatía que padecen los cubanos por causa de que no prueban la carne de res. El racionamiento que soportan desde hace más de cuarenta años no les ofrece más de cuatros trozos de carne de muy mala calidad al año. Es un milagro que no sean muchos más los enfermos.
P: Comía usted mejor en Malabo.
R: Sí, pero no quiero que me esclavicen más. Prefiero vivir en un refugio en Vallecas antes que trabajar para Castro en África. Tengo cuarenta y nueve años, soy un buen cirujano, poseo una gran experiencia y espero que la vida me ofrezca una verdadera oportunidad.
P: Pasarán años antes de que pueda ver a sus hijas.
R: Esa es la suerte que disfrutamos los cubanos que hemos nacido en tiempos de Fidel Castro. Somos moneda de cambio. Desde que abandoné mi puesto en Guinea mi familia no recibe un peso. Después de trabajar durante toda mi vida no tengo derecho ni a cobrar un mes de paro. Castro ha fracasado en todo lo que ha intentado, pero conserva una gran capacidad para la venganza.
P: ¿Cómo es posible que no se produzca una rebelión en Cuba? ¿Cómo pueden conformarse los cubanos cuando se les niega las medicinas a sus hijos, mientras los turistas consiguen con dólares todas las que necesitan?
R: Los cubanos no se conforman, pero tienen miedo y no confían en nadie. No pueden organizar nada importante en contra del régimen. Cualquiera puede ser un chivato. La tiranía vigila todas las casas de todas las cuadras. Mis compatriotas viven aterrorizados y han elegido la doble moral para sobrevivir. La mayor parte de la población carece de lo imprescindible, de manera especial los viejitos que no reciben dólares del extranjero y no pueden vender nada por no poderlo robar en el trabajo que ya no tienen. Da lástima verlos ofrecer los cigarrillos de la libreta de racionamiento por las esquinas de La Habana.
P: Sin embargo, son muchos los que en España defienden a Castro y a su régimen.
R: Es cierto. Aunque llevo pocos meses en Madrid, soy consciente de que una gran parte de los españoles simpatizan con el gobierno cubano. Si hubieran sufrido lo que hemos sufrido mi familia y yo no pensarían así. En España son muchos los que odian a los estadounidenses y creen que Castro es su enemigo. Pero se equivocan. Castro no odia a los norteamericanos, mañana mismo les vendería la isla entera si se la compraran. Castro odia y desprecia a su propio pueblo. Muchos de los españoles que le defienden estarían presos en Cuba si hubieran nacido allí.
P: ¿Por qué antes de aceptar hablar con nosotros nos ha pedido que silenciemos su nombre?
R: Porque tengo miedo. Mientras mis hijas vivan en Cuba no seré un hombre libre. Como ya le he dicho lo único que funciona en la isla es la represión. Castro disfruta vengándose y aún conserva una gran capacidad para hacerlo.
P: ¿Volverá algún día a su país?
R: Eso espero. Pero no me hago ilusiones. Pasará mucho tiempo antes de que Cuba sea un país libre. Por desgracia, el régimen comunista ha sabido servirse de la ambición de muchos especuladores europeos que se han prestado a invertir en la isla. Gracias a ellos, y a los dólares que envían los exiliados a sus familias, la tiranía consigue financiar la brutal represión que le permite conservar el poder.



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