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General: El Socialismo es Ciencia
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Tony  (Mensaje original) Enviado: 13/06/2004 17:53

EL SOCIALISMO ES CIENCIA

Artículo publicado en "Rodong Sinmun", órgano del Comité Central del

Partido del Trabajo de Corea

1째 de noviembre de 1994

KIM JONG IL



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Tony Enviado: 13/06/2004 20:58

La idea Juche ha sido la primera en aclarar de modo científico las

características esenciales del hombre, y sobre esta base ha explicado de un

nuevo modo el papel y lugar que ocupa en el mundo.

En otros tiempos, hubo también muchas tentativas de explicar la esencia

del hombre partiendo principalmente de sus características. Podemos citar

como ejemplo la determinación del hombre como ente de palabra, trabajo

y pensamiento. Pero esto es sólo la observación de un determinado aspecto

de sus actividades, las cuales son la manifestación de sus atributos

esenciales.

El hombre es un ser social con espíritu independiente, espíritu creador y

conciencia. He aquí sus características esenciales.

El espíritu independiente es un atributo del ser social, el cual, siendo

dueño del mundo y de su propio destino, quiere vivir y progresar de manera

independiente, sin verse sometido ni restringido. El espíritu creador es otro

de sus atributos, éste le permite, con fines bien definidos, transformar el

mundo y forjar su destino conforme a las demandas suyas. Y la conciencia

es el atributo que le posibilita determinar todas sus actividades encaminadas

a conocer y transformar al mundo y a sí mismo. Garantiza el espíritu de

independencia y el creador. Por actuar de manera independiente y creadora

guiado por la conciencia, el hombre se distingue cualitativamente de los

animales, que se mueven según los instintos. Su acción es un proceso en el

que exterioriza su espíritu independiente, espíritu creador y conciencia,

mientras sus actividades independientes, creadoras y conscientes son su

modo de ser.

Al margen de su organismo desarrollado, en especial, de su cerebro

altamente desarrollado, es inconcebible que se valore como ente social con

espíritu independiente, espíritu creador y conciencia. Este organismo,

biológicamente es la base que le permite poseer espíritu independiente,

espíritu creador y conciencia. Mas, no tiene en sí la capacidad para

engendrarlos espontáneamente. Estos son atributos sociales que se forman

y desarrollan en el proceso de sus actividades socio-históricas dentro del

marco de las relaciones sociales.

Por poseer independencia, espíritu creador y conciencia el hombre puede

forjar su destino con sus propias fuerzas. Para un ente biológico, su destino

depende de cómo se adapta al medio ambiente; puede afirmarse que es

parte de la naturaleza. Al contrario, el hombre es el dueño y artífice del

mundo; forja su destino por su cuenta y transforma el mundo conforme a

sus necesidades. A medida que se desarrollan la independencia, el espíritu

creador y la conciencia, se fortalecen su posición y papel de dueño y artífice

del mundo, lo cual se manifiesta en su esfuerzo por transformar la

naturaleza y la sociedad. A la par que se desarrollan la conciencia ideológica

independiente y las facultades creadoras del hombre y se eleva su papel, se

incrementan las riquezas de la sociedad y mejoran las relaciones que rigen

9

en ella. En el proceso de desarrollo histórico todas las generaciones toman

esas riquezas y las relaciones creadas por las antecesoras, o sea, aprovechan

las condiciones objetivas dadas. Aunque éstas desempeñan un rol

importante en el desarrollo de la sociedad, no son sino un producto

histórico de las actividades independientes, creadoras y conscientes del

hombre, y éste es quien las aprovecha y desarrolla. Aunque ellas sean

favorables, la sociedad no puede avanzar con rapidez si no son elevadas ni

se despliegan a plenitud el espíritu independiente, la creatividad y la

conciencia del hombre que las aprovecha y desarrolla; pero en contraste,

aunque sean desfavorables, si son elevadas y despliegan plenamente, su

desarrollo puede ser rápido. Esto significa que el proceso histórico del

desarrollo social lo determina el grado del progreso y el despliegue de esos

atributos del hombre. Las masas trabajadoras explotadas desearon desde

temprano una nueva sociedad, de igualdad, libre de explotación y opresión;

pero si no pudieron lograrla en otras épocas es porque su conciencia

ideológica independiente y su facultad creadora no estaban desarrolladas

y su papel fue limitado. El hombre transforma la naturaleza y la sociedad,

y lleva hacia adelante la historia, y cuanto más rápidamente se desarrollan

su conciencia ideológica independiente y capacidad creadora y se eleva su

papel, tanto más se acelera el progreso de la sociedad y la historia, y con

más éxito se impulsa el proceso revolucionario y constructivo. Puede decirse

que la historia del desarrollo social es, en definitiva, la de la evolución del

espíritu independiente, espíritu creador y la conciencia del hombre.

El hombre, por su independencia, creatividad y conciencia, deviene el ser

más valioso y potente. Es el único dueño y transformador del mundo. En

éste no hay otro más valioso y poderoso que él.

Sin embargo, los reaccionarios burgueses no lo consideran desde este

punto de vista sino como medio de producci

ón de bienes materiales, un ente

insignificante que se compra y vende como una mercancía con capacidad de

trabajo. Tampoco lo estiman como un ente poderoso que forja por su cuenta

su propio destino sino como un incapaz que se gobierna por el oro. Si los

traidores al socialismo han restaurado el capitalismo y abolido todas las

disposiciones populares, considerando el desempleo y la pobreza como un

medio de presi

ón para incentivar el interés por la competencia e

incrementar la intensidad del trabajo, y si, desconfiando de la fuerza de sus

pueblos, depositan esperanzas en la "ayuda" y la "cooperaci

ón" de países

capitalistas del Occidente, y adulan y obedecen a los imperialistas, esto

también tiene que ver con su criterio burgués reaccionario acerca del

hombre.

El socialismo, centrado en el hombre, se basa en el principio sociohist

órico,

sustentado en la idea Juche, que aclara original y científicamente

las leyes del desarrollo de la sociedad y la historia, circunscribiéndose al ser

10

humano. Se trata de un socialismo muy científico que, partiendo de la

concepci

ón y la actitud jucheanas acerca del hombre, permite ponerlo todo

a su servicio y solucionar todos los problemas con la elevaci

ón de su papel

creador. Nuestro socialismo defiende y asegura de manera consecuente la

independencia del hombre, incrementa con rapidez y pone de pleno

manifiesto su conciencia ideol

ógica y capacidad creadora, de modo que se

eleva extraordinariamente su posici

ón y papel come dueño y transformador

del mundo, y se impulsan con vigor la revoluci

ón y la labor de construcción.

Además, la idea Juche ha esclarecido de manera original la esencia de la

vida del hombre y el valor de su existencia.

Considerando al hombre como un organismo biol

ógico, su vida significa,

precisamente, la física. Pero él no tiene s

ólo vida física. La idea Juche ha

sido la primera en la historia en definir que el hombre, además, tiene la vida

socio-política. Si la física le es consustancial por ser un organismo biol

ógico,

la socio-política la adquiere como ente social. Como ente social le es propia

la vida socio-política.

Para el hombre la vida física es valiosa. S

ólo si la posee, también puede

tener la socio-política. En este sentido puede decirse que la vida material,

que cubre las demandas de la vida física, satisface la primera necesidad del

hombre. Como éste es un ser social, a diferencia de un simple ente biol

ógico,

su demanda por la vida material crece sin cesar, ejerciendo influencia sobre

la socio-política a medida que se eleva su grado de independencia, facultad

creadora y conciencia, y se desarrolla la sociedad. La vida material, estable

y sana, no s

ólo cubre satisfactoriamente las demandas vitales, sino que

también sirve de garantía material para mantener y hacer brillar la sociopolítica.

Para el hombre, desde luego, es valiosa la vida física, pero lo es más la

socio-política. Valorar más ésta que aquélla es una demanda intrínseca del

hombre, ente social. Si, haciendo caso omiso de las demandas de la vida

socio-política, se atienden s

ólo las de la física, no puede ser una vida de gran

valor aunque se asegure una rica vida material, sino resultará deformada y

vacua como la de un animal, por contravenir la naturaleza del ser

humano.

La independencia es la vida para el hombre. Este, ente social

independiente, quiere vivir de manera soberana, sin verse sometido, ni

restringido por nada. Vivir independiente significa defender su posici

ón, y

ejercer sus derechos como dueño del mundo y de su propio destino. S

ólo

cuando el hombre, ente social, materializa sus exigencias de independencia,

y goza del derecho a ella puede decir que vive con dignidad, disfrutando de

la vida socio-política. Si uno pierde la independencia y se somete a otros,

aunque esté vivo, no se diferencia de un muerto en el plano social y político.

La demanda del hombre de vivir en independencia se realiza, ante todo,

11

mediante la actividad política independiente. Esta actividad es inconcebible

si el hombre está avasallado política o socialmente.

Como la vida socio-política es la más valiosa para el hombre, poseerla y

hacerla brillar proporciona un alto valor para vivir. El hombre la recibe del

colectivo social. Este es, pues, la matriz de esa vida. Por tanto, la existencia

del hombre se valora según c

ómo se une con el colectivo social. Resulta

valiosa si disfruta del afecto y la confianza de la colectividad social; de lo

contrario no tiene valor. El individuo puede gozar de ese afecto y confianza

cuando pone los intereses de la colectividad por encima de los personales

y le sirve con lealtad. En resumidas cuentas, el hombre disfruta de la más

valiosa y digna vida cuando une su destino al del colectivo y le sirve con

abnegaci

ón, y cuando en medio de su afecto y confianza despliega

actividades independientes y creadoras. He aquí, precisamente, el camino

que conduce a hacer brillar su vida socio-política y vivir con dignidad como

ser social.

En la actualidad, los reaccionarios burgueses y los traidores al socialismo

consideran como un fen

ómeno normal la explotación y dominación del

hombre por el hombre y consideran a éste como un ente vil que persigue

sólo su propia ambición material; 10 que es una evidente expresión del

carácter reaccionario de su punto de vista y actitud burgueses en cuanto a

la esencia de la vida del hombre y el valor de su existencia.

La auténtica vida con que todas las personas pueden hacer brillar la

valiosa socio-política, y satisfacer plenamente las exigencias de la física,

puede darse sólo, por excelencia en la sociedad socialista basada en el

colectivismo. Esta sociedad les posibilita desenvolverse de manera

independiente y creadora en las actividades socio-políticas y demás planos

sociales, libres de toda clase de explotación y opresión, de dominación y

sojuzgamiento. Para que en ella las personas gocen de una existencia

independiente y creadora, con alta conciencia y capacidad como dueñas de

la sociedad, es preciso programar con acierto sus actividades orgánicoideológicas

y culturales. Sólo cuando ellas posean una firme conciencia

ideológica independente y capacidad creadora desarrollada integralmente

adquiridas a través de las actividades organizativo-ideológicas

revolucionarias y las culturales sanas y fecundas, pueden hacer activos

aportes a la sociedad y al colectivo, y disfrutar de una vida de gran valor

como dignos miembros de la sociedad.

El nuestro es un socialismo auténtico, centrado en el hombre: valora al

hombre en todas sus magnitudes, encarna a plenitud sus exigencias

consustanciales, y así permite a todos poseer y hacer valer constantemente

la vida socio-política, y satisface a plenitud las demandas de su vida física.

El socialismo humanocéntrico propicia que todos los miembros de la

sociedad, con elevada conciencia ideológica y facultad creadora, se

12

entreguen a la sociedad y el colectivo y lleven por igual y a sus anchas, en

medio de su afecto y confianza, una existencia armoniosa, digna y

valiosa.

3

Nuestro socialismo está cimentado en el criterio y la posición jucheanos

en cuanto al las masas populares.

La verosimilitud y superioridad del socialismo se manifiestan en el apoyo

y la confianza que depositan en él las masas populares. Nuestro socialismo

es el más potente y ventajoso porque al estar sustentado en el criterio y la

posición jucheanos acerca de las masas populares, disfruta de su absoluto

apoyo y confianza.

Las masas populares son el sujeto de la historia. Forman una colectividad

social integrada principalmente por los trabajadores sobre la base de la

comunidad de sus exigencias por la independencia y de sus actividades

creadoras.

En la sociedad de clases el término masas populares reviste un carácter

clasista. En ella, según posean o no los medios de producción y el poder

estatal, se dividen en clases explotadoras y explotadas, en dominantes y

dominadas. Las clases explotadas y sometidas son las principales integrantes

de las masas populares. La composición clasista de éstas no es inmutable,

sino cambia en el proceso del desarrollo social y la historia. En la sociedad

capitalista las componen no sólo los obreros y los campesinos sino también

los trabajadores intelectuales y otras clases y sectores que luchan por

defender su independencia. En la socialista las integran todos los sectores

y las capas, transformados en trabajadores socialistas. Por supuesto,

también en esta sociedad continúa actuando una ínfima minoría de

elementos hostiles y en las filas revolucionarias pueden surgir traidores. Por

eso, es necesario distinguir acertadamente las masas populares de los

elementos negativos.

El término masas populares refleja las relaciones socio-clasistas, pero no

es una simple concepción clasista. Originalmente, a éstas las conforman

diversas clases y sectores. Para distinguir a sus integrantes de los que no lo

son se debe tener en cuenta su situación socio-clasista, pero no hay que

absolutizarla. La ideología y acción del hombre no sólo son susceptibles de

la influencia de esta situación. Si recibe influencias revolucionarias y asimila

ideas avanzadas, puede servir a las masas populares, independientemente

de su situación socio-clasista. La principal pauta para distinguir a los

miembros de las masas populares no es su origen socio-clasista, sino su

ideología. La ideología socialista y comunista no es la única que sirve de

fundamento ideológico para aglutinar a las personas de todos los sectores

13

y clases en masas populares. Cualquiera que ame al país y el pueblo puede

servir a éste y, por consiguiente, ser integrante de las masas populares.

Partiendo de esta posición, el gran Líder, camarada Kim Il Sung, impulsó

con éxito el proceso revolucionario y constructivo agrupando en sus

distintas etapas a todas las personas que tenían la idea de servir a la Patria,

al pueblo y a la nación, en una sólida fuerza revolucionaria. Nuestro Partido

confía en los integrantes de todas las clases y sectores que tienen interés en

la revolución, considerándolos acompañantes no temporales sino eternos de

la revolución, y los guía por el camino del socialismo y el comunismo.

Por su naturaleza clasista, los imperialistas y otros reaccionarios se

oponen a las masas populares y, en consecuencia, temen a la misma palabra

pueblo. Suelen utilizar la palabra "conciudadanos" para encubrir los

enfrentamientos y contradicciones clasistas de su sociedad. También los

traidores al socialismo tratan de enmascarar sus actos antipopulares con el

término "ciudadanos", prometiendo la construcción de una "sociedad cívica"

o cosas por el estilo. Por supuesto, a menudo se les oye decir

hipócritamente, a unos y otros, "pueblo". Pero con esto no pueden encubrir

la naturaleza antipopular de esos elementos hostiles al pueblo y de los que

lo traicionaron. Pueblo es una palabra sagrada que sólo pueden utilizar con

dignidad los que le son fieles, los comunistas que luchan con toda

abnegación en aras de las masas populares.

Desde hace mucho tiempo el gran Líder, camarada Kim Il Sung,

enalteciendo al pueblo como el cielo, hizo incluir esta palabra en la

denominación del Estado, del ejército, de las obras monumentales y de

muchas cosas valiosas y hermosas del país. Por valorar tan altamente al

pueblo, nuestro socialismo resulta un socialismo centrado en las masas

populares, el socialismo más ventajoso, en el que están materializadas de

modo consecuente sus demandas de independencia.

Las masas populares son dueñas de todo lo que hay en la sociedad. Esto

es porque son sus creadoras.

Ellas poseen la capacidad creativa más poderosa, que le permite

transformar la naturaleza y la sociedad. La fuerza y la inteligencia del

individuo tienen límites, pero las de las masas populares son inagotables. Si

en este mundo existe un ser omnipotente, éste es exactamente el pueblo.

Gracias a sus fuerzas y talento inagotables se crean todas las cosas de la

sociedad, avanza la historia y se promueve la revolución.

Las masas populares transforman la naturaleza, desarrollan las fuerzas

productivas y crean las riquezas materiales. Es obvio que también la clase

capitalista se interesa por el desarrollo de esas fuerzas para obtener más

ganancias, pero no crean los bienes materiales con sus propias manos. Las

masas populares producen las riquezas ideológicas y culturales y, además,

de ellas salen ideólogos avanzados, científicos competentes y literatos y

14

artistas talentosos. También las clases explotadoras presentan portavoces

de su ideología y cultura, mas sus creaciones contaminan la vida sana y el

progreso de la sociedad. Las masas populares transforman la sociedad. Pero,

las clases explotadoras reaccionarias no tienen interés por ello, sino,

únicamente, por el mantenimiento y la consolidación de su viejo régimen.

La farsa de la "reforma" que escenifican los gobernantes burgueses, es, en

todos los casos, para evitar la crisis capitalista. La transformación

progresista de la sociedad sólo la llevan a cabo las masas populares

concientizadas y unidas. Como éstas son creadoras de todas las cosas de la

sociedad, es natural que sean sus dueñas. Pueden serlo en el verdadero

sentido de la palabra sólo en la sociedad socialista donde les pertenecen el

Poder estatal y los medios de producción.

Por esta razón, en calidad de dueñas, tienen que ocupar su posición,

ejercer sus derechos, cumplir con su responsabilidad y papel y disfrutar de

una vida valiosa y feliz.

Como dueñas de todas las cosas de la sociedad han de ocupar su lugar y

ejercer sus derechos.

Esta es su demanda independiente. La independencia es su vida, y la

posición y derechos independientes constituyen una condición esencial que

decide su destino. Siendo, como son, dueñas del Estado y la sociedad, tienen

que ocupar el lugar merecido y ejercer los derechos correspondientes en

todas las esferas de la vida social, como la política, la económica y la

cultural.

Con miras a defender con firmeza la independencia de las masas

populares y concretarla, hay que trazar todos los lineamientos y las

políticas, reflejando sus demandas, y llevarlos a la práctica apoyándose en

sus fuerzas.

Esas demandas son la pauta que mide la exactitud de la política y los

lineamientos. La única vía que permite evitar el subjetivismo y los reveses

en la revolución y la construcción reside en compenetrarse con las masas

populares y prestar oídos a sus opiniones y exigencias. Estas son maestras

en todos los asuntos. La sintetización de esas opiniones y demandas

independientes da origen a ideas, lineamientos y política, el partido de la

clase obrera siempre debe entrar en las masa populares y oir sus opiniones

y demandas. Este ha de ser el primer proceso también en el trabajo de los

funcionarios. Si nuestro Partido ha podido implantar el régimen socialista

más avanzado y hacerlo brillar sin cesar aun en complicadas y difíciles

circunstancias, ha sido porque se compenetró con las masas populares y

trazó los lineamientos y la política reflejando sus exigencias independientes

y las hizo realidad de modo consecuente apoyándose en sus fuerzas. Esta es,

justamente, la llave que ha permitido a nuestro socialismo avanzar

victoriosamente por el camino más científico, sin conocer ninguna

desviación ni altibajos.


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Tony Enviado: 13/06/2004 20:58

A fin de defender y concretar la independencia de las masas populares hay

que salvaguardar con firmeza la del país y la nación.

Practicar la independencia en la política, la autosuficiencia en la economía

y la autodefensa en la salvaguardia nacional constituye el principio

revolucionario que nuestro Partido mantiene invariablemente. Al sostener

de modo estricto este principio revolucionario aun bajo la presión de los

imperialistas y dominacionistas, teniendo en alto aprecio la independencia

del país y la nación nuestro Partido y pueblo han defendido con firmeza su

soberanía y dignidad, y hoy dignidad, y hoy también siguen avanzando

según su convicción, enarbolando la bandera del socialismo.

En la actualidad, los imperialistas se inmiscuyen de manera arbitraria en

los asuntos internos de otras naciones y violan la soberanía de sus pueblos,

pero tratan de justificarlo con el pretexto de la "defensa de los derechos

humanos". Los derechos humanos son inconcebibles fuera de la soberanía

del país y la nación. Nunca se les pueden asegurar a los pueblos dominados

por las fuerzas extranjeras. Son derechos independientes que los pueblos

deben ejercer en todas las esferas de la vida social, sobre todo en la política,

la económica, la ideológica y la cultural. Los "derechos humanos" que

pregonan los imperialistas son los privilegios de los ricos porque su dinero

les permite cometer cualquier vileza. Ellos no consideran un derecho

humano el de los desempleados al trabajo y el de los desamparados y

huérfanos a subsistir. Ellos, que privan a los trabajadores del más elemental

derecho a la existencia y aplican la política antipopular, la de discriminación

racial y nacional, y la colonialista, no tienen cara para hablar de los

derechos humanos. El primer enemigo de los derechos humanos son los

imperialistas que violan la soberanía de los pueblos e intervienen en los

asuntos internos de otros países bajo el rótulo de "defensa de los derechos

humanos". No toleraremos en absoluto la ingerencia y arbitrariedad de ellos

que tratan de violar a su antojo la soberanía de nuestro país y nación, y la

defenderemos resueltamente.

Las masas populares, como dueñas de todo lo que hay en la sociedad,

deben cumplir con la responsabilidad y el papel que les corresponden como

tales.

Sólo entonces pueden defender su lugar y derechos. La revolución y la

construcción son obras para y de las masas populares. Estas tienen que

resolver bajo su responsabilidad y con sus propias fuerzas todos los

problemas que surgen en estos procesos.

Para que cumplan a plenitud con dicha responsabilidad y papel, deben

elevar su conciencia de dueñas, y para lograrlo, anteponer la transformación

ideológica, la labor política, a otras tareas. Hacerlo así constituye una

demanda consustancial de la sociedad socialista. En ésta, donde las masas

16

populares son dueñas del Estado y la sociedad, la principal fuerza motriz de

su desarrollo es el elevado entusiasmo revolucionario y la actividad creadora

que ellas manifiestan, dotadas con conciencia ideológica independiente y

unidas monolíticamente en torno al partido y al líder. Sólo cuando

priorizando la transformación ideológica y el trabajo político, se

transforman todos los miembros de la sociedad por vía comunista y se eleva

su entusiasmo revolucionario y actividad creadora, es posible impulsar

vigorosamente la revolución y la construcción, y manifestar plenamente la

superioridad del socialismo. Por seo, en la construcción socialista hay que

prestar atención principal a la educación de las masas populares y la

elevación de su entusiasmo revolucionario y actividad creadora sin dejar de

conceder prioridad a la transformación ideológica, a la labor política. Para

impulsar la construcción socialista, no hay mejor manera que la de elevar

así el papel de las masas populares. Tratar de mover a los hombres con

dinero contraviene la naturaleza de la sociedad socialista y con tal práctica

no se puede poner de manifiesto las ventajas del socialismo. Si se aferra a

ese método capitalista, no es posible elevar el entusiasmo revolucionario y

la actividad creadora de las personas y, además, da como resultado que se

pone en peligro el mismo sistema socialista, al degenerarlo. Con la segura

priorización de la transformación ideológica y la labor política, nuestro

Partido ha venido impulsando enérgicamente la revolución y la labor de

construcción, y ha puesto en pleno manifiesto la superioridad del

socialismo, apoyándose en el entusiasmo revolucionario y la actividad

creadora de las masas populares. El elevado celo revolucionario y espíritu

creador de éstas, agrupadas sólidamente en torno al Partido y al Líder,

constituyeron la fuente de la fuerza que le permite a nuestro socialismo

centrado en las masas populares y científico en todas sus magnitudes,

mostrar su superioridad e invencibilidad.

Para que las masas populares cumplan con su responsabilidad y papel

como dueñas de toda la sociedad, es preciso desarrollarles la capacidad

creadora. Esta es una cuestión importante a la que se debe restar atención

primordial y constante en la revolución y en la labor de construcción. como

las masas populares son creadoras de todo lo que existe en la sociedad, los

éxitos de estos procesos dependen del grado de su preparación como ente

poderoso. Formarlas como un ser poderoso significa elevar su capacidad

creadora junto con su conciencia de independencia. En la sociedad

capitalista no puede cumplirse adecuadamente su demanda de desarrollarse

de modo constante como ente independiente y creador. Los imperialistas y

capitalistas no necesitan hombres concientizados con espíritu independiente

y creador, y multilateralmente desarrollados, sino dóciles servidores que les

proporcionen plusvalía. Así es como, recurren a cualquier medio y método,

para convertir a los trabajadores en esclavos del capital, los corrompen

17

ideológicamente y deforman su capacidad creadora. La exigencia de las

masas populares por progresar como ente independiente y creador puede

ser realidad de modo satisfactorio sólo en la sociedad socialista. Nuestro

Partido, al implantar el más avanzado sistema de enseñanza socialista y el

de estudio de todo el pueblo, y ponerlos en funcionamiento a expenses del

Estado y la sociedad, está cumpliendo con éxito la formación de todos los

miembros de la sociedad como constructores del socialismo y el comunismo,

integralmente desarrollados. Es por eso que nuestro pueblo impulsa con

denuedo la construcción socialista, aun bajo condiciones extremadamente

difíciles, resolviendo todos los problemas con sus propias fuerzas y sabiduría

bajo la bandera del apoyo en los propios esfuerzos.

Las masas populares, siendo dueñas de todas las cosas de la sociedad,

merecen disfrutar de una vida digna y feliz. Para ello la vida material ocupa

un lugar importante. Constituye la esfera bajo el socialismo las masas

populares son dueñas del Estado y la sociedad, es natural que disfruten de

una existencia material abundante y culta. Al acelerar con vigor la

edificación económica nuestro Partido consolidó y desarrolló el sistema

económico socialista y construyó una poderosa economía nacional

autosostenida, y así logró preparar una sólida garantía para asegurar con las

fuerzas propias la vida material del pueblo. Es muy grande el potencial de

la economía nacional independiente que hemos construido con tenaces

esfuerzos, y apoyándonos en nuestras propias fuerzas; viene a ser un valioso

fundamento que asegura a todo el pueblo una vida material, sana y estable.

Seguiremos dedicando grandes fuerzas a la construcción económica

socialista para aumentar el poderío del país y elevar sin cesar el nivel de

vida material del pueblo conforme a la demanda del socialismo.

El contenido esencial de la vida digna y feliz de las masas populares, es

hacer brillar la vida socio-política y gozar de una existencia digna en medio

del afecto y confianza de la colectividad social.

Por su naturaleza, el pueblo exige vivir así, pero no es factible en la

sociedad explotadora. La explotación y opresión del hombre por el hombre

es incompatible con el afecto y confianza en el pueblo, y entre los

explotadores y explotados no pueden existir verdaderos sentimientos de

afecto y confianza. En la sociedad capitalista donde la dignidad del hombre

se convierte en valor de cambio, se evalúa por el dinero y las riquezas, no

se puede hablar del afecto y la confianza en las masas populares. Que los

reaccionarios burgueses parloteen acerca del amor por encima de las clases,

es una taimada treta encaminada a encubrir la esencia del régimen

explotador capitalista y opacan las contradicciones clasistas. La teoría

precedente de la clase obrera reveló el carácter reaccionario del amor por

encima de las clases que preconizaban hipócritamente los reaccionarios

burgueses y asentó que en la sociedad clasista también el amor tiene

18

carácter clasista. Esto no significa que el amor y la confianza pueden

compartirse sólo entre los hombres de la misma situación socio-clasista.

Estas relaciones pueden establecerse también entre quienes se esfuerzan

juntos por defender la independencia de las masas populares y realizan en

conjunto actividades creadoras, pese a sus diferentes situaciones socioclasistas.

Una vez asentado el régimen socialista, se elimina el antagonismo de

clase, y las relaciones antagónicas y de desconfianza entre los hombres se

convierten en las de afecto y confianza. En la sociedad socialista el afecto y

la confianza se fomentan entre los colectivos sociales y sus integrantes y

entre los miembros individuales, y tienen su manifestación suprema entre

el líder y sus soldados. La más valiosa y bella vida es la que une a los

soldados con su líder, al pueblo con el partido mediante los lazos de afecto

y confianza, y que con la conversión de toda la sociedad en un ente sociopolítico

permite a todos sus integrantes hacer brillar constantemente su vida

socio-política, y la sociedad que logra hacer realidad esta existencia es la

más sólida y vital.

El socialismo centrado en las masas populares materializa de modo

inmejorable las relaciones de solidaridad y cooperación camaraderiles y de

afecto y confianza en todas las esferas de la vida social, y también basa la

política en estos sentimientos. El afecto y la confianza constituyen la esencia

de la política en la sociedad socialista donde las masas populares, otrora

objeto de la política, se convierten en sus protagonistas. Nosotros llamamos

política de virtud a la que se basa en el afecto y la confianza. Los

imperialistas embellecen la política burguesa con cosas como el

"pluripartidismo" y la "democracia parlamentaria" y denigran la socialista,

pero no pueden convertir lo blanco en negro. La política burguesa, aliada

con el poder monetario, es opresora y saqueadora, cruel y astuta.

Para aplicar una genuina política de virtud en la sociedad socialista es

indispensable contar con un dirigente político que ame al pueblo

ilimitadamente. El tiene que poseer capacidad, pero, más que todo, la alta

virtud de amar infinitamente al pueblo. Esto es así porque la política

socialista es en su esencia la de virtud. Si el dirigente político en el

socialismo no posee suficiente capacidad, es posible que como consecuencia

dilate el desarrollo de la sociedad, pero si carece de las cualidades humanas,

puede traicionar al pueblo y llevar el socialismo a la ruina.

Para aplicar la política de afecto y confianza en la sociedad socialista es

indispensable que el partido en el poder se convierta en un partido

madre.

El partido de la clase obrera es la organización política rectora de la

sociedad, razón por la cual de cómo se estructure éste depende cómo sirven

al pueblo los organismos estatales y demás instituciones de la sociedad

19

socialista. Su conversión en un partido madre es la primera condición para

hacer de unos y otras servidores del pueblo. Construir tal partido significa

estructurarlo como un auténtico orientador y protector del pueblo que

atiende con tino, y bajo su responsabilidad, el destino de las masas como

una madre ama y cuida sinceramente a sus hijos. En otros tiempos, el

partido se consideró principalmente como un arma en la lucha de clases.

Desde luego, el partido de la clase obrera tiene que desplegarla, pero toda

su actividad debe partir, en todos los casos, del infinito afecto y confianza

en el pueblo. Tiene que poner en el primer plano la tarea de defender los

intereses de las masas populares y luchar contra aquellos que los lesionen.

Si muchos partidos perdieron el apoyo y la confianza de ellas y como

consecuencia dejaron de existir, fue porque en vez de atender bajo su

responsabilidad y sinceramente, con el sentimiento de una madre, el destino

del pueblo, degeneraron en organizaciones burócratas ostentosas y

abusadoras de autoridad.

Con miras a construir como partido madre al que está en el poder

socialista, hay que educar a todos los cuadros y militantes en el espíritu de

amar sin pueblo y servirle con lealtad.

Para ser un fiel servidor del pueblo, tiene que saber pensar primero en él

que en sí mismo y considerar sus alegrías y penas como las suyas. Servirle

con lealtad constituye un sublime deber del comunista y en esto está el

auténtico valor de su existencia. Los revolucionarios ingresan en el partido

de la clase obrera no persiguiendo intereses personales, notoriedad y

autoridad, sino para servir mejor al pueblo. El verdadero comunista y

miembro del partido de la clase obrera es quien primero se ofrece para

vencer reveses y deja atrás las satisfacciones personales, se encarga

voluntariamente del trabajo difícil y cede el éxito a otros. Para preparar así

a los militantes, es necesario intensificar entre ellos la educación ideológica

para orientarlos a servir con abnegación al pueblo.

En la construcción del partido en el poder socialista como un partido

madre lo importante es concientizar estrictamente de manera revolucionaria

a los cuadros y desplegar entre ellos una lucha enérgica contra el abuso de

autoridad, el burocratismo y las prácticas ilícitas y decadentes. Estos

fenómenos surgidos entre los cuadros son los elementos principales que

obstaculizan la aplicación de la política virtuosa en la sociedad socialista. El

socialismo se opone a los privilegios de toda índole. Con la implantación del

régimen socialista desaparece la clase privilegiada. Mientras el poder estatal

y los medios de producción estén en manos del pueblo, no puede reaparecer

esa clase. Sin embargo, si en esta sociedad no se desarrolla la lucha contra

el abuso de autoridad, el burocratismo y los actos ilícitos y depravados, es

posible que algunos cuadros mal preparados se deterioren en el plano

ideológico y, separándose del pueblo, se conviertan en una capa especial.

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Toda política del partido y el Estado se ejecuta por medio de los cuadros,

razón por la cual, por muy buena que sea, no puede plasmarse exactamente

si aquéllos abusan de la autoridad y practican el burocratismo. Si ellos

proceden así y perpetran actos ilícitos y decadentes resultará que el partido

en el poder socialista pierde el apoyo y la confianza de las masas y como

consecuencia deje de existir. La lección histórica muestra que si el partido

en el poder socialista permite a los cuadros cometer esos actos es como

cavar su propia tumba.

Haca ya mucho tiempo que nuestro Partido, percatándose de la

peligrosidad del abuso de autoridad, el burocratismo y los actos ilícitos y

depravados que pueden surgir en el partido en el poder viene desplegando

infatigablemente la lucha contra ellos. Hoy, nuestros, en fiel acato a la

consigna del Partido: "! Servimos al pueblo!", trabajan con lealtad para éste,

convirtiéndose en sus servidores. Pero, no debemos descuidar en ningún

momento esta lucha porque esos fenómenos tienen sus raíces en los

remanentes de las ideas caducas y no cesan las maniobras de infiltración

ideológico-cultural de los imperialistas, encaminadas a fomentar en nuestro

seno ideas trasnochadas. Nos compete seguir impulsando con vigor la

educación y la lucha ideológica para erradicarlos entre los cuadros.

La política de afecto y confianza, la de virtud, de nuestro Partido

constituye el principal factor que determina la superioridad e invencibilidad

de nuestro socialismo.

Gracias a esta política, implantada por el Partido y el Líder, nuestro

pueblo disfruta de una existencia de alto valor y digna bajo el régimen

socialista a nuestro estilo, centrado en las manas populares, haciendo brillar

su valiosa vida socio-política. Toda la sociedad forma una grande y

armoniosa familia, cuyos miembros, felices y conscientes del valor de vivir,

mutuamente confían, se aman y se ayudan. He aquí el verdadero rasgo de

nuestra sociedad.

En nuestro país, todo el pueblo enaltece y respeta al Líder como su propio

padre, sigue al Partido viendo en él el regazo maternal, y el Líder, el Partido

y las masas, integrados en un ent socio-político, comparten un mismo

destino. En todo su ámbito se manifiestan bellos rasgos comunistas: hay

quienes sacrifican sin vacilar su vida para salvar la de los compañeros

revolucionarios; jóvenes de uno y otro sexo contraen matrimonio con

quienes quedaron honrosamente inválidos en el ejército, y existen también

los que atienden con el verdadero sentimiento de familia a los huérfanos y

los ancianos desamparados. Todo esto es un relevante fruto de la política

benévola de nuestro Partido.

La vitalidad de esta política se verifica no sólo en los nobles rasgos

espiritual-morales del pueblo, sino también en su vida material y cultura,

sana y equitativa, que continúa mejorando. Todos están libres de las

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preocupaciones por problemas del alimento, vestido y vivienda, y

beneficiados por los sistemas gratuitos de enseñanza obligatoria y de

asistencia médica, estudian toda la vida, sin interrupción y disfrutan de

salud. El Estado asegura puestos de trabajo estables a todos los aptos,

garantiza con responsabilidad las condiciones vitales a los habitantes e,

incluso, atiende con solicitud a los impedidos para el trabajo temporal o

definitivamente y a los ancianos desamparados. Los veteranos de la

revolución y de la guerra, los militares heridos de honor y los beneméritos

llevan una vida digna bajo la protección estatal y disfrutando del alto

respeto y amor del pueblo.

Los beneficios de la política benévola de nuestro Partido llegan con mayor

calor a las nuevas generaciones. Sus integrantes son continuadores de la

revolución y representan el porvenir de la nación. La perspectiva de la

revolución y la prosperidad de la nación dependen de cómo ellos se forman.

Por esta razón, esta tarea no puede ser sólo de la incumbencia de sus

padres. En la sociedad capitalista donde el destino de los integrantes de la

joven generación lo decide el dinero de sus padres, es inevitable que ellos

caigan víctima de la desigualdad y los males sociales. Hoy, muchos niños y

demás miembros de la joven generación del orbe pierden la vida o se

convierten en inválidos, o vagan por las calles, o toman el camino de la

delincuencia y de la degeneración, a causa de la guerra, de los conflictos

sociales, de las enfermedades y el hambre, consecuencias de la agresión e

ingerencia de los imperialistas y del saqueo de las clases explotadoras. En

contraste, en nuestra sociedad socialista donde se aplica la política de

virtud, todos los integrantes de la nueva generación crecen a expensas del

Estado. Nuestro Partido y Estado los atienden con máxima solicitud y cariño.

El Estado les ofrece los uniformes, los artículos de uso escolar y otras cosas,

y les asegura el más avanzado sistema de enseñanza obligatoria integral de

11 años para que estudien a sus anchas. En virtud del profundo cariño y

atención del Partido y el Líder, del Estado y la sociedad, los integrantes de

nuestra joven generación crecen felices sin tener nada que envidiar.

Todas las medidas políticas populares que hoy se aplican en nuestro país

comprueban la superioridad del régimen socialista a nuestro estilo, centrado

en las masas populares, y se han originado del sublime amor del Partido y

el Líder hacia ellas. La política de virtud es la forma tradicional de la política

cuya raíz histórica preparó el gran Líder, camarada Kim Il Sung, en los años

de la Revolución Antijaponesa, y que profundizó y desarrolló con el avance

de la revolución y la construcción.

El estimado Líder, camarada Kim Il Sung, fue el afectuoso padre de

nuestro pueblo que encarnó en el nivel superior el amor a éste. Desde

temprano, considerando como su máxima "apreciar al pueblo como el

cielo", estuvo siempre entre el pueblo y compartió con él las penas y

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alegrías, consagrándole todo su ser. Por tener su Líder en el respetado

camarada Kim Il Sung, quien con sus nobles virtudes lo amaba

ilimitadamente, pudo escribirse en nuestro país una brillante y auténtica

historia de la política popular, política benévola.

Nuestro Partido lleva adelante y desarrolla sin cesar la brillante tradición

de esa política elaborada por el gran Líder, camarada Kim Il Sung. Se trata

de una política que les dispensa profundo afecto y confianza a todos los

sectores del pueblo sin distinción. En ses sentido la llamamos también

política de altos vuelos. Repito que esta es la política de invariable afecto y

confianza con que nuestro Partido orienta responsablemente la vida sociopolítica

de cada persona. Aunque se trate de un hombre que ha cometido un

error, no lo abandona sino lo educa, transforma y conduce por el camino

correcto, para que haga brillar hasta el fin su vida socio-política.

El sublime afecto y confianza del Partido y el Líder hacia nuestro pueblo

infunde a éste infinitos sentimientos de fidelidad a aquéllos. Desde antaño,

nuestro pueblo es ampliamente conocido como un pueblo laborioso,

valiente, cortés, y de fuerte sentido de justicia y obligación moral. Estas

excelentes cualidades se perfeccionan y desarrollan a plenitud en nuestra

época, sobre una nueva base espiritual y moral. Nuestro pueblo agradece

profundamente la benigna política del Partido y el Líder, y lucha en cuerpo

y alma corresponderle con fidelidad. Su lealtad al padre Líder, camarada

Kim Il Sung, se manifiesta en un nivel más alto hoy, cuando lo perdimos

inesperadamente. Es la voluntad inmutable de nuestro pueblo enaltecerlo

para siempre, de una generación a otra, y de todo corazón, como Líder de

nuestro Partido y la revolución. En fiel acato a su legado y bajo la dirección

del Partido, se esfuerza con mayor tenacidad para alcanzar nuevas victorias.

No hay un pueblo como el nuestro, que con sus nobles rasgos espirituales

y morales, sea fiel sin límites al Partido y al Líder y se entregue en aras de

la Patria, la sociedad y la colectividad. Sentimos un gran orgullo por tener

tan magnífico pueblo. El haberlo formado así es un gran mérito de nuestro

Partido y un sobresaliente triunfo de su política de virtud.

La política virtuosa de nuestro Partido sirve de fuente a la monolítica

unidad volitiva del Líder, el Partido y las masas. Esta unidad es más sólida

por basarse en el amor y la fidelidad, y nuestro socialismo es invencible por

tener esta unidad como su fundamento.

El mundo admira nuestro socialismo elogiándolo como ideal. Esto es

porque es un auténtico socialismo, centrado en las masas populares, que

encarna de manera estricta el principio de envolverlas en amor y

confianza.

El que las masas populares ocupan la posición y ejerzan los derechos que

les corresponden como dueñas del Estado y la sociedad, y somo tales

cumplan con su responsabilidad y papel y disfruten de una existencia

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valiosa, es prueba de que nuestro socialismo es un socialismo invencible que

ellas apoyan y en el que confían de modo absoluto.

Nuestro Partido seguirá ejerciendo de modo consecuente la política

genuinamente popular, la de virtud, que siempre presenta como un ente

supremo a las masas populares, dueñas de todas las cosas de la sociedad y

les dispensa amor y confianza ilimitados. Hoy, nuestro Partido y pueblo

tienen por delante la honrosa y pesada tara de llevar adelante y completar,

generación, la causa socialista del Juche, iniciada y dirigida por el gran

Líder, camarada Kim Il Sung. En el futuro, nuestro Partido la culminará

confiando en el pueblo y apoyándose en su fuerza, tal como lo hizo hasta

ahora para salir siempre victorioso.

El socialismo centrado en el hombre, en las masas populares, es más

científico, más ventajoso y más poderoso. Triunfará infaliblemente por su

cientificidad y veracidad.



 
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