Mensaje del Comandante en Jefe Fidel Castro, a la Mesa redonda informativa sobre las nuevas agresiones económicas del gobierno norteamericano y la respuesta cubana, efectuada el 25 de octubre de 2004, “Año del 45 aniversario del triunfo de la Revolución”.
Queridos compatriotas:
El pasado 10 de mayo, un cable de la BBC daba cuenta de una multa aplicada por la Reserva Federal de Estados Unidos a un banco suizo, aduciendo la supuesta violación de las sanciones estadounidenses contra Libia, Irán, Yugoslavia y Cuba. Al banco suizo se le acusaba de aceptar billetes de dólares de Estados Unidos o enviarlos a países que estuvieran bajo el régimen de sanción del gobierno de Estados Unidos.
Unos días después, la agencia NOTIMEX informaba sobre declaraciones del bandido Otto Reich, en las cuales refiriéndose a las recientes medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos, indicaba que algunas ya estaban siendo implementadas y otras en proceso. Concretamente dijo, en tono amenazante:
“Muchas de ellas requieren de establecimiento de reglamentos y de ciertos aspectos burocráticos, y en eso están los abogados y otros funcionarios del gobierno y están en camino de ser implementadas muchas otras más”.
En esa misma fecha, en El Nuevo Herald de Miami apareció un artículo cargado de infamias y groseras mentiras, bajo el título de “Cuba lavó $3.900 millones en banco suizo”, en el cual, además de tergiversar todo lo relativo a las operaciones comerciales normales que Cuba realiza con el exterior, incitaba a las autoridades norteamericanas para que tomaran nuevas acciones en contra de nuestro país. En su parte final decía ese artículo:
“Sabemos que la Reserva Federal tiene autonomía, y evidentemente no tiene interés en hacer cumplir la Ley Helms Burton, pero OFAC [siglas en inglés de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros] es parte del poder ejecutivo y sí se le puede exigir que explique mejor la parte cubana del affair UBS [Unión de Bancos Suizos], que fue elegantemente barrida bajo la alfombra por el Comité de Banca del Senado. Tal vez los congresistas cubanoamericanos puedan convocar audiencias en los comités correspondientes de la Cámara de Representantes para que se aclare este colosal escándalo.”
El gobierno cubano, fiel a su costumbre de mantener a nuestro pueblo debidamente informado, publicó el día 8 de junio una Nota Informativa en el periódico Granma, donde explicaba en detalle el origen de nuestras operaciones con los bancos extranjeros destinadas a depositar en cuentas bancarias los dólares en efectivo que se reciben en el país, con el fin de saldar obligaciones derivadas de nuestro comercio exterior.
Decía esta Nota Informativa, entre otras cosas:
“...hemos visto cómo en los últimos días la ultraderecha de la administración Bush está dando claramente pasos dirigidos a bloquear los ingresos a nuestro país por turismo y otros servicios y a reducir a cero la posibilidad de que los cubanos residentes en Estados Unidos puedan enviar remesas a sus familiares en Cuba, utilizando el método más perverso, artero e hipócrita que se podría imaginar: simplemente impidiendo que Cuba pueda depositar en bancos extranjeros los dólares que obtiene por concepto de las ventas en las tiendas en divisas, por actividades relacionadas con el turismo y otros servicios comerciales. De esta manera, Cuba no podría usar esos dólares para adquirir medicinas ni alimentos ni para importar los suministros necesarios para las propias tiendas donde adquieren los productos aquellos que reciben las remesas de familiares residentes en Estados Unidos.
“Con ese taimado propósito, el Gobierno de Estados Unidos presiona a bancos extranjeros para que no reciban de Cuba fondos cuyo origen es absolutamente legal y honesto. Además promueve la publicación, en la prensa de la mafia terrorista de Miami, de la repugnante infamia de que tales fondos podrían incluso estar relacionados con actividades que son enérgicamente combatidas por nuestro país, como el lavado de dinero y el tráfico de drogas.”
Prosigue la nota publicada en Granma:
âEstas acciones resultan más indignantes si se tiene en cuenta que la única razón por la cual los turistas que visitan Cuba tienen que utilizar efectivo, es que el bloqueo yanqui les impide usar tarjetas de crédito o cheques de viajeros emitidos por bancos u otras entidades financieras norteamericanas que controlan ese mercado. Además, solamente se le ha otorgado licencia a una empresa norteamericana para tramitar envíos de remesas a Cuba por vía bancaria, de tal suerte que actualmente los cubanos residentes en el exterior son sometidos a un verdadero vía crucis para hacer llegar la ayuda económica a sus familiares, que al final se ven obligados, en la mayoría de los casos, a enviarla en efectivo. La misma persecución y amenaza que constantemente se mantiene contra quienes envían dinero a sus familiares en Cuba desde Estados Unidos, contribuye a que estos prefieran muchas veces hacerlo en efectivo, para no dejar rastros documentarios que los sometan a la persecución de las autoridades norteamericanas y a las acciones violentas de terroristas residentes en Miami.
“No puede concebirse una fórmula más cínica y perversa ―continuaba la nota de Granma―: Estados Unidos con su criminal bloqueo obliga a que los envíos de remesas y los pagos de visitantes extranjeros en Cuba tengan que hacerse en efectivo, y ahora, con groseras presiones, trata de impedir que Cuba pueda utilizar ese efectivo para pagar por sus importaciones.”
Y terminaba afirmando:
“Todas sus trampas están condenadas al fracaso. Con la firmeza y serenidad de siempre, nuestro pueblo heroico luchará y vencerá frente a un enemigo poderoso pero ruin y cobarde, verdaderamente despreciable por su política genocida y sus métodos nazi-fascistas.”
Sobre estas consideraciones podríamos agregar que en el período de siete años a que se hace alusión Cuba ha ejecutado importaciones por más de $30.854 millones de dólares, de manera que los $3.900 millones que según se dice fueron remitidos al banco suizo en cuestión y transferidos a otros beneficiarios, son aproximadamente el 13 por ciento del total de pagos realizados por Cuba en ese período para enfrentar el costo de sus importaciones, de las cuales una parte sustancial la constituyen sus necesidades de alimentos, combustibles, medicamentos o materias primas para su producción, otros productos intermedios para nuestras industrias, artículos que se venden en la red de tiendas en divisas, etcétera.
Al día siguiente, un artículo adicional de El Nuevo Herald insistía en el tema y, con la mayor perfidia, sugería que los fondos depositados en el banco suizo mencionado eran acreditados a “personas o entidades desconocidas en bancos no revelados”, cuando en todos los casos tales fondos se utilizaron para transacciones comerciales normales con empresas comerciales e industriales internacionalmente reconocidas. Y de manera histérica demandaba el diario:
“Esos son los nombres que se deben saber. Los congresistas de la Florida Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart deben presionar para que se sepa a dónde fue a parar ese dinero y de dónde venía.â
En una clara campaña para atraer la atención internacional sobre este tema, el día 10 de junio El Nuevo Herald informaba otra vez que la mafia de Miami, a través de sus más connotados voceros, los congresistas Ileana Ros‑Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart, estaba solicitando al gobierno federal de los Estados Unidos una investigación sobre el origen y el destino de los mencionados fondos. Decía El Nuevo Herald en este artículo:
“Estados Unidos debe investigar el origen y el destino de unos $3.900 millones que el gobierno de Cuba ‘lavó’ a través de un programa internacional de la Reserva Federal, declararon ayer los congresistas de la Florida Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart en cartas enviadas a la Reserva Federal y a la Comisión de Finanzas de la Cámara.”
“‘Estamos profundamente desconcertados con que una violación tan grave de la ley federal por parte de la UBS [Unión de Bancos Suizos] pueda haber ocurrido’, escribieron los congresistas al presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. ‘Esperamos que las investigaciones puedan responder a muchas preguntas que tenemos sobre el tema.’”
En un comunicado de prensa del día 22 de junio, Ileana Ros-Lehtinen, “La loba feroz”, con su acostumbrada histeria, decía:
“Estoy conmocionada con que un banco al que se le ha encomendado la responsabilidad crucial de distribuir la nueva moneda estadounidense, violase las regulaciones de este país con respecto a un estado identificado como terrorista.”
Y con la mayor impertinencia demandaba:
“Espero el resultado de las investigaciones … si el UBS (Unión de Bancos Suizos) es hallado culpable de violar las restricciones de Estados Unidos sobre las transacciones que implican a regímenes terroristas tales como el de Cuba, es de vital importancia que los responsables sean multados de manera apropiada.”
Continuando con su campaña, el día 30 de junio Ileana Ros le escribía una carta al presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, demandando una investigación sobre el tema.
Evidentemente, detrás de estas campañas y groseras presiones se veía con claridad el objetivo de atemorizar a todos los bancos que pudieran tener relaciones financieras con Cuba, a fin de impedir que recibieran los billetes de dólares que nuestro país debe remesar regularmente hacia el exterior por los motivos ya explicados.
Ya a esta altura se comenzó a percibir con claridad que muchos bancos estaban siendo presionados por las autoridades norteamericanas para tratar de bloquear estos envíos y crear una situación extraordinariamente crítica a nuestro país.
En estas circunstancias, se comenzaron a analizar todas las variables posibles a fin de evitar que una nueva acción criminal del gobierno de Estados Unidos pudiera crear serios perjuicios económicos a nuestro país, al impedir el empleo con fines comerciales de los dólares en efectivo que se reciben en Cuba.
En tanto Cuba analizaba de manera serena y reflexiva todas las alternativas, llovían las mentiras e infamias sobre este tema.
El día 3 de junio, El Nuevo Herald arremetía contra el Banco Interamericano de Desarrollo y la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), acusándolos de inflar sus estimados de remesas familiares de Estados Unidos a Cuba, con lo cual, según ellos, se tendía a justificar la procedencia legal de los $3.900 millones.
Al respecto decían:
“Todo este tinglado es el que encubren el BID [Banco Interamericano de Desarrollo] y la CEPAL con las cifras infladas de remesas que le atribuyen a la comunidad cubanoamericana. Hay que aclararlo. Además, el escándalo del lavado de dinero refleja que Cuba es refugio confidencial para dinero de terroristas y malversadores. Hay que revelarlo.”
Con el burdo sensacionalismo característico de la canalla de Miami, bajo el título de “Buscan en Estados Unidos vínculos con fondos de Cuba”, el 23 de julio en El Nuevo Herald se publicaba un artículo que entre otras cosas informaba:
“Estados Unidos ha comenzado una investigación judicial para determinar posibles vínculos de ‘entidades y personas norteamericanas’ con los $3.900 millones que Cuba filtró en el sistema bancario internacional utilizando un programa de la Reserva Federal.
“La operación se hizo a través de la Unión de Bancos Suizos (UBS).
“‘Existe en este momento una investigación abierta por la fiscalía del Distrito Sureste de Nueva York’, aseguró Juan Zárate, subsecretario del Tesoro de Estados Unidos a cargo de la lucha contra el financiamiento al terrorismo, durante una visita realizada ayer a El Nuevo Herald.”
Aparentemente, eran tantas y tan groseras las mentiras que diariamente se publicaban en Miami sobre este asunto, que a pesar de la proverbial discreción de los bancos suizos, la institución bancaria vinculada con este caso se sintió en la obligación de negar públicamente cualquier acusación de blanqueo de dinero y un despacho de la agencia France Presse publicado en Zurich el 25 de julio informaba lo siguiente:
“La Union des Banques Suisses (Unión de Bancos Suizos, UBS), el mayor banco suizo, desmintió ayer haber blanqueado dinero para Cuba, como lo acusaron tres miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que exigen una investigación.
“Un portavoz de UBS en Zurich indicó que no tenía conocimiento de nuevas investigaciones sobre el banco y negó toda acusación de blanqueo.”
[…]
“De acuerdo con el portavoz de UBS, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y la Comisión Federal Suiza de Bancos (CFB) ya examinaron este caso.”
Tales declaraciones no impidieron que los mafiosos de Miami y sus órganos de prensa continuaran con su pérfida campaña, y el 16 de septiembre Ileana Ros-Lehtinen hacía nuevas declaraciones:
“‘Esto pica y se extiende’, comentó a El Nuevo Herald la congresista. ‘Hay por lo menos tres personas que tuvieron que ver con esta manipulación de fondos y se está mirando a otros bancos’, agregó.”
Véase la clara amenaza cuando dice “se está mirando a otros bancos”.
En esta fecha solicité al Banco Central de Cuba acelerar los trabajos sobre este tema, e indiqué ―señala el Comandante― que se concentrara el análisis en la posibilidad de utilizar el peso convertible en sustitución del dólar, de manera tal que el país no fuese vulnerable ante las nuevas presiones de la mafia de Miami y del gobierno de Estados Unidos.
Tal vez ustedes recuerden que el día 28 de septiembre, en la segunda Mesa Redonda sobre los temas de la electricidad, durante mi intervención alerté a la opinión pública sobre estos problemas sin dar muchos detalles. Al respecto dije textualmente:
continua...