HILDA MOLINA, MEDICA,
EX PARLAMENTARIA
Y MIEMBRO DEL PC CUBANO

Una mujer que le dio la espalda al régimen

Hilda Molina Morejón, de 61 años, nació en la provincia central de Ciego de Ávila, fue una excelente neurocirujana, miembro del Partido Comunista de Cuba, parlamentaria y adjudicataria de importantes condecoraciones. Pero en 1994 su trayectoria en la revolución cubana dio un giro de 180 grados y el gobierno la consideró una disidente. Aunaba un cerebro privilegiado con una figura muy bonita, con excelentes relaciones personales en las más altas instancias del país y bastante mal carácter, según quienes la trataron. "A mucha gente le hizo la vida un yogur", recuerda un antiguo colaborador suyo. En los 80, cuando brilló y fue portada de los medios de comunicación locales, que la definían como "la sensación de la medicina cubana", al practicar el primer trasplante de tejido en el cerebro para combatir el Parkinson.El diario Granma del 28 de abril de 1987 detallaba su biografía. Era entonces Subdirectora Docente del Instituto de Neurocirugía. El periódico del Partido Comunista de Cuba, decía que Molina había asistido a 42 eventos científicos médicos internacionales, fue médico internacionalista en Argelia tres años, estaba condecorada con la orden Ada Betancourt, concedida por la Federación de Mujeres Cubanas. También había recibido las medallas de los 10, 15 y 20 años en los servicios médicos del Ministerio del Interior (MININT), lo que según un experto en los asuntos cubanos, significaría que "con esas medallas, como poco debía tener el grado de teniente coronel: ningún civil puede trabajar en el MININT". En 1989 fundó y fue directora del Centro Internacional de Restauración Neurológica de Cuba (CIREN), unas de las instalaciones más importantes del Ministerio de Salud Pública, que atiende pacientes de todo el mundo. Comunista hasta la médula, investigó con células de fetos para desarrollar las terapias de recuperación del sistema nervioso. El distanciamiento se produjo en 1994. Criticó al gobierno y renunció al CIREN. "No estuve de acuerdo con la diferencia que hicieron entre pacientes cubanos y extranjeros. No quería participar de eso y dije lo que pensaba sinceramente, sin ninguna connotación política", dijo entonces.

HILDA MOLINA, MEDICA,
EX PARLAMENTARIA
Y MIEMBRO DEL PC CUBANO

Una mujer que le dio la espalda al régimen

Hilda Molina Morejón, de 61 años, nació en la provincia central de Ciego de Ávila, fue una excelente neurocirujana, miembro del Partido Comunista de Cuba, parlamentaria y adjudicataria de importantes condecoraciones. Pero en 1994 su trayectoria en la revolución cubana dio un giro de 180 grados y el gobierno la consideró una disidente. Aunaba un cerebro privilegiado con una figura muy bonita, con excelentes relaciones personales en las más altas instancias del país y bastante mal carácter, según quienes la trataron. "A mucha gente le hizo la vida un yogur", recuerda un antiguo colaborador suyo. En los 80, cuando brilló y fue portada de los medios de comunicación locales, que la definían como "la sensación de la medicina cubana", al practicar el primer trasplante de tejido en el cerebro para combatir el Parkinson.El diario Granma del 28 de abril de 1987 detallaba su biografía. Era entonces Subdirectora Docente del Instituto de Neurocirugía. El periódico del Partido Comunista de Cuba, decía que Molina había asistido a 42 eventos científicos médicos internacionales, fue médico internacionalista en Argelia tres años, estaba condecorada con la orden Ada Betancourt, concedida por la Federación de Mujeres Cubanas. También había recibido las medallas de los 10, 15 y 20 años en los servicios médicos del Ministerio del Interior (MININT), lo que según un experto en los asuntos cubanos, significaría que "con esas medallas, como poco debía tener el grado de teniente coronel: ningún civil puede trabajar en el MININT". En 1989 fundó y fue directora del Centro Internacional de Restauración Neurológica de Cuba (CIREN), unas de las instalaciones más importantes del Ministerio de Salud Pública, que atiende pacientes de todo el mundo. Comunista hasta la médula, investigó con células de fetos para desarrollar las terapias de recuperación del sistema nervioso. El distanciamiento se produjo en 1994. Criticó al gobierno y renunció al CIREN. "No estuve de acuerdo con la diferencia que hicieron entre pacientes cubanos y extranjeros. No quería participar de eso y dije lo que pensaba sinceramente, sin ninguna connotación política", dijo entonces. Un veterano conocedor de la política cubana asegura que la ruptura se produjo porque ella quiso salir de Cuba sin informar a las autoridades, al parecer casada o para casarse con un argentino. "Aquí no perdonan la traición. Puedes ser opositor pero de frente. Ella era una figura destacada con muy buenas relaciones en las más altas esferas. Si hubiera ido de frente, tal vez la hubieran dejado, aunque es sabido que los científicos y militares deben esperar unos cuantos años para que les den permiso para abandonar el país". Años después de presentar su solicitud de salida, siempre rechazada, Molina, según recoge la página web "La tercera no es la vencida", asegura que un militar le dijo que no podía salir de Cuba "porque su cerebro es patrimonio del país. ¿No conoce lo que pasa en EE.UU. con los científicos de la NASA?". Ya en la oposición, con perfil bajo, se convirtió al catolicismo y criticó las prácticas científicas que ella había iniciado. Su hijo, su nuera y sus dos nietos, esperan que los gobiernos de Buenos Aires y La Habana lleguen a un arreglo satisfactorio.

Milagros López Guereño
Clarín
Argentina