Con sus pantalones manchados, una camiseta vieja y una gorra de béisbol rota, Ramón Soto llega a una tienda de productos latinos donde saca un manojo de billetes de su bolsillo y sonriendo le da mil dólares en efectivo al cajero. Después de tan sólo cinco minutos, Soto completa su transacción internacional. Desde de que llegó a Jacksonville hace tres meses, Soto trabaja en el ramo de la construcción y ha mandado gran parte de su salario a su familia que vive en la Ciudad de México.
"Mi esposa y dos niños dependen de mí", dijo Soto, quien envía dinero todos los viernes por la tarde. "No los he visto en tres años desde que me vine a Estados Unidos, pero estoy contento de enviarles dinero porque lo necesitan para comprar ropa y comida".
Al igual que Ramón Soto, decenas de inmigrantes mandan miles de dólares cada semana desde la "Tienda Latina", un negocio en el sur de Jacksonville en donde se venden comidas tradicionales, tarjetas para llamadas internacionales así como especias y bebidas que curan la nostalgia a la comunidad hispana.
"Los viernes, sábados y domingos son los días más ocupados," explicó Carlos Díaz, propietario del local.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una institución financiera internacional que presta dinero a los gobiernos y corporaciones de los países latinoamericanos, las remesas o transferencias de fondos a otros países han aumentado diez veces su cantidad en la última década, "Los inmigrantes comenzaron a enviar dinero a Latinoamérica hace 20 años, cuando dejaron sus países por razones políticas y económicas principalmente", dijo Pedro de Vasconcelos, Coordinador del Programa de Remesas del BID.
"Estas (las remesas) son un síntoma de la falta de oportunidad para las personas inmigran a los Estados Unidos en busca de un mejor trabajo y después, con el tiempo envían dinero para sus países", añadió de Vasconcelos para Eco Latino.
Según Sergio Bandixen, un investigador que se especializa en remesas, el año pasado se fueron enviados 30 mil millones de dólares desde los Estados Unidos hacia Latinoamérica.
Bandixen estima que 2 mil 450 millones dólares fueron enviados desde la Florida a Latinoamérica., y que desde Jacksonville los inmigrantes envían aproximadamente unos 75 millones.
Una Fuerza Económica
Los inmigrantes se han convertido en una fuerza económica para sus familias, sus países de origen y, además, para las economías locales del noreste de la Florida.
"Las remesas son positivas porque el capital fluye hacia Latinoamérica", explicó Bandixen."Son casi 3 mil millones de dólares que se van a Latinoamérica cada mes, mejorando el desarrollo económico de algunos de estos países".
Bandixen agregó que incluso, muchas de las economías de estas naciones latinoamericanas dependen del dinero que les llega del exterior.
"Países como El Salvador o República Dominicana, en donde las remesas significan hasta un 38 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pueden afectarse si hay una disminución en el nivel de remesas", dijo.
Pedro de Vasconcelos explicó que en muchos de los países latinoamericanos las remesas cuentan más que la ayuda financiera internacional y la inversión extranjera combinados.
"Esta es el mayor ingreso que la gente recibe", dijo el experto. "Pero las remesas no pueden reemplazar a la ayuda extranjera. Este es el dinero que fue ganado con el duro trabajo de la gente".
Cerca del 50 por ciento de las remesas que se envían desde los Estados Unidos hacia Latinoamérica, van para México. Para Bandixen, quien realizó un estudio de 37 estados para el BID, las remesas a México significan mucho más dinero en su economía nacional que el petróleo y la agricultura.
En este mismo sentido, las remesas también podrían tener un impacto negativo en algunos lugares tales como la inflación y la total dependencia de la gente que las recibe, dijo de Vasconcelos.
"Algunos pueblos en México reciben tanto dinero que están causando un alza en los precios", explicó de Vasconcelos. "Las remesas pueden causar dependencia para la gente que vive de ellas y esto no ayuda a que los países se desarrollen".
En los Estados Unidos, muchas personas temen que las remesas afecten a la economía local, porque el dinero sale del país. Pero para algunos expertos como de Vasconcelos las economías locales son las que reciben los mejores beneficios.
"El país de donde se envían las remesas es el que gana más", afirmó de de Vasconcelos. "La gente les está trabajando por bajos salarios y las economías locales obtienen el mejor beneficio de ellos. En promedio ellos sólo envían un quinto de lo que ganan y una gran parte de la comisión se queda en la economía local".
En Jacksonville, el negocio de las remesas ha ido creciendo. El Departamento de Servicios Financieros de la Florida en Tallahassee registró que existen 594 localidades de transferencia de dinero, sólo en el condado de Duval.
Astrid Ramírez, quien es propietaria de una tienda en Jacksonville, dijo que ha habido un aumento en las remesas que se envían desde su local.
"El negocio está creciendo", dijo Ramírez, una colombiana que es dueña de Ramirez Perfumería en Beach Boulevard. "Tengo hasta 200 clientes por mes y la mayoría de mi nueva clientela son de República Dominicana".
Un informe del BID y del Earth Institute de la Universidad de Columbia reveló que los dominicanos enviarán a su país un monto récord de $2,700.
El Precio del Dinero
Según un estudio preparado por el Doctor. Manuel Orozco para el Instituto Pew, con sede en Washington, un grupo de expertos, la comisión cobrada por compañías para enviar remesas ha ido bajando en los últimos años, pero todavía en muy alta.
"El mercado ya no es tan competitivo. El costo de las transacciones ha ido disminuyendo gracias al aumento en la competencia", explicó Orozco quien es el Director de Proyecto para Centro América para el Inter American Dialog, un grupo de expertos que se especializa en Latinoamérica.
"Se necesitan más bancos. Los precios son muy altos porque la compañía dedicada a envíos de dinero, Western Union todavía tiene control del mercado", expresó.
Danielle Pereira, portavoz de Western Union, aseguró que su compañía está pendiente de la competencia.
"Nosotros aseguramos que nuestros precios son competitivos en el mercado", dijo Pereira. "Tenemos más locales y buenas promociones. En este momento, por ejemplo, un envío de 200 dólares a México, puede tener un costo de 14.99 dólares".
Para Doris Gallegos, una colombiana que envía dinero todas las semanas a sus padres, la comisión que cobra Western Union es muy alta.
"Cuando recién llegue a los Estados Unidos, llegué a Miami en donde la única compañía desde donde podía mandar dinero era Western Union y me salía muy caro", dijo Gallegos.
Orozco encontró en su estudio que hasta febrero del 2004, el monto promedio enviado por cada inmigrante a Latinoamérica era de $200 por semana. El costo promedio por cada envío es de 7.6 por ciento sobre la cantidad remitida. México tiene el costo más barato y posee una cuota del 4.6 por ciento en promedio por esa misma cantidad.
Alfredo Vélez, propietario de una tienda de productos hispanos en San Agustín, explicó que él utiliza tres compañías, Sigue, Vigo y Uno, porque para el son más baratas que Western Union.
Víctor Manuel Quesada, quien envía dinero todas las semanas a su esposa e hijo en la República Dominicana, prefiere usar una compañía llamada Ría Envía, porque es "más barata y hasta llevan el dinero al trabajo de mi esposa".
Menos Cash, Más Capital
Mientras que Orozco elogia el aumento en la competencia, cree que la industria necesita más intervención de parte de los bancos, algo que los expertos se refieren como "Bancarización".
"Hay una participación limitada de parte de los bancos reconocidos", dijo Orozco. "Si hay más bancos, los precios caen y la gente puede abrir su propia cuenta bancaria".
De Vasconcelos dice que el dinero que los inmigrantes envían a sus países utilizando compañías de transferencia de dinero se gasta en su mayoría en consumo inmediato y no es usado para ahorros e inversión de capital.
"Con las cuentas de banco ellos pueden ahorrar su dinero, obtener una hipoteca, construir un historial de crédito o hasta si quieren comenzar con su propio negocio", indicó de Vasconcelos.
El gobierno mexicano comenzó con un programa en donde los ciudadanos mexicanos que viven en los Estados Unidos pueden obtener una tarjeta de identificación llamada "Matrícula Consular". Los mexicanos pueden abrir una cuenta de banco con este documento que es aceptado en muchas instituciones bancarias a nivel nacional.
Según una encuesta conducida por Bandixen, el 47 por ciento de los inmigrantes ilegales poseen este documento, pero no han abierto una cuenta de banco,
"Es más barato y fácil para ellos. Por lo general los bancos les dan dos tarjetas. Una, para el cajero automático y la otra para que persona que recibe el dinero pueda utilizarla en su localidad para retirar el dinero en México", explicó Gilberto Velarde, cónsul de México en Orlando.
David Castillo dijo que el todavía prefiere enviar el dinero en efectivo usando los servicios de transferencia.
"Es mejor de esta manera", dijo Castillo, quien envía dinero a su familia por Navidad. "El dinero llega rápido y está cerca de mi familia".
Durante las festividades de fin de año, Castillo y otros inmigrantes van a las tiendas que ofrecen servicios de transferencia de dinero, para poder ayudar con algo a sus familias en esta Navidad.
Pero también hay personas como Víctor Manuel Quesada, quien dijo que no enviará dinero a sus familias en Navidad.
"Mejor me voy a Santo Domingo para estar con ellos en estas Navidades", exclamó sonriendo, mientras miraba la foto de su hija adentro de su cartera, de donde saco los últimos dólares de remesa que enviara este año.